Nuevamente la oposición dinamita los puentes que se construían para el diálogo. Ya están tan acostumbrados a realizarlo, que esta vez lo hicieron sin mayor parafernalia y sin ninguna solemnidad; de hecho Julio Borges manipulaba el teléfono sin ponerle atención a los esfuerzos de Florido en realizar lo que mejor sabe hacer… el ridículo… y además aburrido… lo cual descompone más la patética escena.
Si no fuera por lo serio y delicado del asunto, la bufa declaración de la MUD rompiendo este nuevo intento de diálogo sería una gran fuente de inspiración para Aquiles Nazoa, quien podría convertirla en una versión post moderna de aquella magistral obra teatral "Las Personas Superiores…"
Romper el escenario de diálogo, después de haber generado la violencia en sus formas más brutales y letales, es otra de una larga lista de irresponsabilidades de una oposición que nuevamente ha demostrado que no quiere ni cree en el encuentro, en el consenso, en la paz. Nicolás Maduro lo ha denunciado desde siempre, primero como Diputado, luego como Canciller y ahora como Presidente, sin embargo, este hijo de Chávez siempre tiende su mano, su voz y su voluntad dialogante; me consta su talante de interlocutor para encontrar caminos para la paz y la concordia.
Asombra que esta oposición recorriera medio mundo pidiendo ayuda a gobiernos y parlamentos para que se sancionara a Venezuela y los ayudaran a retornar su deformada visión de Democracia en el país. Aún me atormenta la declaración mentirosa y lloriqueante de Julio Borges diciendo que lo habían herido en la pierna de un disparo y gimoteando pedía ayuda internacional para salir de la dictadura más extraña del planeta.
Los gobiernos del mundo saludaron un encuentro que ellos sabían que no iba a concretarse y nosotros también, porque conocemos bien a esa calaña que no merece llamarse oposición.
Negar el diálogo significa que van a retomar o a continuar el camino de la violencia.
Dentro de la racionalidad suena extremadamente contradictorio que se cierren al diálogo y se mantengan en las candidaturas. Sobre todo porque cualquier gobierno regional requiere conversar con el gobierno nacional para atender los problemas de los habitantes de su estado. Al pensarlo la contradicción de resuelve: no les importa los problemas del pueblo, solo requieren la instancia del poder regional para retomar la violencia, la guarimba que secuestra gente dentro de las urbanizaciones, la disociación que quema gente viva, tal como hicieron y destruyeron el este de Caracas.
Por esto le corresponde a los venezolanos redoblar esfuerzos para exorcizar nuevamente la violencia, para derrotar a los que se niegan al diálogo. Hay que trabajar duro para impedir que los que conspiran para la invasión, puedan lograr espacios de poder que se lo faciliten, tenemos que usar el voto para seguir abriendo sendas de Paz y trayectos de soberanía.