"Ahora si que no voy a hacer nada. Me voy a acostar en un chinchorro, y voy a esperar a "mi negra"; y cuando llegue, porque dicen en la Televisión que va a llegar. Me voy a poner a jugar caballos en la Peña Hípica de la esquina, de repente me gano una bola de billetes apostándole al burro de Rosalito. Me voy a dedicar a rearmar el fósil de la guanábana, brollaré de lo lindo, y hasta puede ser que me den un programa en la televisora del Chulo de Bárcenas, o en el mismísimo Globoterror. Me voy a emparrandar, voy a nenear hasta más no poder, no voy a estudiar más, total yo quería un título para que me pagaran por él, y si era sin trabajar mejor. Ahora que me van a dar a "mi negra", la pinga, yo no estudio más: Quizás hayan comenzado a sospechar que odio el estudio, y no se equivocan; me parece el oficio más fastidioso, más pajúo que uno pueda realizar; por eso amó a las trojitas académicas que tan elegantemente llaman "Universidades Privadas".
En realidad esos parapetos que yo amo, funcionan como fábricas de Chorizos, cómo silvestres pulperías que venden la choricera (los títulos) sin averiguar si alguien sabe lo que dice el Diploma. Esas trojitas, son tan envainadas, que yo estoy seguro que por un poco de billullo estarían dispuestas a darle un título de doctor en Agricultura Espacial a nuestro amigo Rosalito. Mi amor por esas trojitas, se debe a que ellas me cumplen mi sueño dorado: graduarme, sin tener que calarme la paja de estudiar, sólo tengo que tener billullo, y ese me lo va dar "mi negra". Creo que Rosalito, en este esfuerzo de parir a "mi negra", ha quedado exhausto, el agotamiento de ese parto le ha producido una hernia cerebral. De modo pues, que si ustedes oyen a Rosalito pegando chillidos de Rata, balbuceando un monólogo incoherente. Si lo ven envejeciendo aceleradamente, como esta envejeciendo, es a causa de esa hernia cerebral que le produjo concebir y parir a su "negra", "mi negra", mi bituminosa, de la cual voy a vivir sin necesidad de trabajar por el resto de mi vida. Dentro del concepto de la choricera académica, a mi no me extrañaría que le dieran muchos doctorados honoris causa a Rosalito por ser la madre de "mi negra"
Con "mi negra" acabo de entrar al mundo de "las oportunidades" de que habla la verborrea imperial. He llegado a la Meca del vivapepismo. Yo coger caché con esta negra. Esta negra es tan buena, que ella me permite revivir el simbolismo racista de que la negritud es el eterno color de la servidumbre, sin la cual yo no podría seguir con mi flojera.
La flojera es la única línea del plan estratégico de Rosalito, por eso me siento tan cómodo con la propuesta del Carboncillo (léase Rosalito). No quisiera despertar de este sueño de Serafín que me invade todas las noches, sigo soñando que Rosalito puede llegar a ser presidente, sólo si antes él (Rosalito) demuele y construye otra vez con su Policía Regional, la muralla china, antes del 3 de diciembre. Si Rosalito fue capaz de parir a "mi negra" puede realizar cualquier proeza. Es como la caricatura de Hércules volviendo a realizar sus doce trabajos.
En esta soñadera de una posibilidad barataria, se que la flojera paralizaría a Venezuela, y a mi no me importa: flojo que se respete, vive de su negra.
Aprovecho para alertar sobre un destino que anda rodando por toda Venezuela: hay flojos que no se cómo carrizo han obtenido a mi negra, y andan por ahí intentando vivir de ella, antes de tiempo. Deben saber mis colegas, flojas y flojos, que "mi negra" es todavía una ilusión de cumbiambera. Y si ellos siguen con esa vaina, pueden romper el hechizo, y yo pudiese despertar en la cruda y lacerante realidad de que mi negra no es más que una prieta y grosera mentirita, la mentirita más folklórica del Carboncillo Rosalito.
Poco me importa que la flojera como enseña nacional, paralice al País, acabo de descubrir que todo mi concepto de Patria se reduce a la ilusión de poseer a "mi negra". Perdónenme, soy flojo, y un flojo no tiene otro remedio que vivir de su negra".