Como les ha costado entender a los escuálidos y a sus aliados internacionales, que el resultado de las elecciones del pasado 15 de octubre en Venezuela es producto de la dictadura más democrática del mundo, parafraseando al colega periodista: Earle Herrera, ya que solo en el este régimen castro-comunista-chavista-madurista-cabellista ocurre una vaina que no sucede en países como España, Estados Unidos, Colombia, Alemania o Francia: nos arrecha que nos tomen por mongólicos. En qué estaban pensando los dirigentes de la Mesa de la Ultra Derecha, MUD, cuando aseguraban que iban a ganar la mayoría de las gobernaciones por el solo hecho de haber iniciado una cacería sin precedentes de chavista, al punto que una persona por el solo hecho de que tuviera pinta de revolucionario era motivo para burlarlo, ridiculizarlo o amenazarlo, la broma es que como ellos no tienen paz con la miseria asumieron que los actos terroristas promovidos y patrocinados durante el primer y segundo trimestre del 2017 eran su boleto al éxito y lo peor no es eso, sino que insisten en buscar apoyo en la Comunidad Europea y en el gobierno de Donald Trump, para continuar con la campaña de odio contra el poder popular dibujados en los indígenas, afrodescendientes y una gran cantidad de eurodescendientes. Resulta que “las elecciones en Venezuela no fueron ni libres ni justas”, resulta también que la “UE decidida a imponer sanciones al régimen de Nicolás Maduro” luego del triunfo avasallante del chavismo y por su fuera poco, el expresidente colombiano Andrés Pastrana, como miembro del grupo Iniciativa Democrática de España y las Américas -Idea- entonó su grito de guerra: Fraude, completando así “la media luna” de odio visceral elaborada contra nosotros los tierrúos chavistas.
No es difícil entender por qué perdimos en el Zulia, Táchira, Mérida, Nueva Esparta, tampoco es difícil entender por qué ellos perdieron Miranda y Lara, de la misma forma no es difícil entender por qué Aristóbulo no pudo en esta contienda, coño pero lo que sí es arrecho de entender es por qué esta gente con dólares como arroz y con poderío mediático prefieren desgastarse en campañas ilógicas, apátridas, sin proyectos sociales y político alterno al bolivarianismo; solo que sean brutos pa'lante o malcriados que no les permite pensar como debe ser. Los grandes perdedores en este proceso comicial son: Julio Borges y su intento por bloquear el sistema económico a través de las sanciones impuestas por los Estados Unidos; Henry Ramos Allup, Lilian Tintori y María Corina Machado por el deseo enfermizo de una invasión militar a nuestro territorio; Leopoldo López, Carlos Ocariz, David Smolansky, José Guerra y todos los diputados de la írrita Asamblea Nacional por su incontrolable sed de poder que los convierte en los más grandes traidores a la patria. El ganador: Nicolás Maduro y todo su tren ejecutivo, más allá de los errores propios del dinamismo en el ejercicio de la administración pública y el gran ganador, todos los venezolanos que vivimos, sentimos y trabajamos en la dictadura más democrática del mundo: Venezuela.
