Quizás volver al tema contrarié las versiones oficiales y le rompa los esquemas a los robotizados, lograr llamar la atención de muchos será un escándalo porque cada quien está en su intento diario por sobrevivir, en la mezquina limitación de su logro personal, o en el intento supremo de imponer a todos su verdad, verdad a medias o media verdad, pero, en fin; desde el poder, cualquier barbaridad se convierte en lucidez cuando el objetivo es engañar y dominar.
Se convierte en lugar común, el análisis de resultados, los pronósticos, las encuestas, la ilustración de quienes se atribuyen mil batallas de ilusión y se dicen herederos de los triunfos, que, reflejados en los números, se hacen inobjetables en una realidad mediada por la conveniencia y la euforia que deja en los ganadores el aplauso y la lisonja de quienes aspiran un poco de esa conexión recién lograda, y para ello se vale de dotes cortesanas, aprendidas o legadas.
¿Cómo decir que se ha ganado, cuando en la calle se siente y se vive lo perdido? Los encuestadores del absurdo, tienen un trabajo ya pendiente, develar con cifras y estadísticas, con tablas, tortas, barras y escalas, asuntos más relacionados con la vida diaria y de la gente, que, enfrentando el reto de vivir con un salario mínimo en un máximo de dificultades y carencias, logra llevar bocado y cubrir necesidades, esos mismos que se devanan el cerebro maquillando porcentajes y diciéndonos que "el verdugo es bueno porque te ha dejado vivo", aunque te haya cortado los dos brazos y la lengua, esos que desde su intoxicación pretenden hacernos creer que los índices inflacionarios son inducidos e inducen a que nos convirtamos en tarados, deben responder a la interpelación permanente del pueblo y ante la historia reciente de promesas incumplidas.
Los últimos acontecimientos van definiendo muy bien los escenarios por venir, por un lado el atajaperros de lo que conocemos por oposición, venida a menos por los resultados del 15-O y las desavenencias con su amo imperial, que exige resultados palpables, luego del financiamiento dado y los esfuerzos hechos en todos los niveles, para posicionarla en la opinión pública mundial como "democrática pacífica y constitucional" y además colocar a su servicio instancias como la OEA, MERCOSUR y otros, emprender una arremetida diplomática que logro tribuna y medios, hizo aparecer, lo vende patria que son algunos, que acomplejados en su concepto burgués de soberanía, aspiraban a todo trance, derrocar un gobierno que nacido de la voluntad mayoritaria del pueblo, sigue gozando del respaldo comprometido de una gran masa de VENEZOLANOS, aspirantes todos de una nueva realidad, de un nuevo concepto de sociedad y democracia.
Por otro lado, de este lado, un estribillo interminable de una canción devenida en cantaleta, en la que, los que tienen responsabilidad de ser vanguardia, atrapados en su lógica feudal, rodeados de arlequines y bufones, se niegan a reconocer la realidad que les reclama, en voz de los que han asumido, por largo tiempo la tarea de impulsar de manera voluntaria, la idea libertaria que, en su vientre, trae la revolución bolivariana.
Después de casi 20 años enfrentando, lidiando, reconociendo lo bastarda que resulta la oposición venezolana, nadie puede negar que estamos ante un enemigo histórico, que se vale de cualquier medio para volver al poder y en sus intentos permanentes por lograrlo, ha ensayado todo tipo de medios, desde sabotaje económico, eléctrico, alimentario, paros, golpes de estado, conspiración, quemar vivas a personas, solicitar intervención extranjera, ataques a la moneda, y pare ud de contar cuantas acciones que la identifican muy bien en sus valores, y nos da, la argumentación necesaria para decir con propiedad: "te conozco bacalao"
No creemos en la tesis que sostienen los atragantados en el poder, cuando tildan de "traidores a la patria" a quienes, en su sano juicio, emiten opiniones que dejan ver las debilidades nuestras, e interpretan el clamor de un pueblo que reclama compromiso, más allá de las consignas huecas y un lenguaje casi rosa, negadores de la dimensión real de los problemas y expertos en desvirtuar las opiniones, no cejan en su empeño de devaluar criterios y visiones, luchas y logros, de los protagonistas verdaderos de un proceso que ha costado sacrificios.
Ante la presencia de un sujeto político que de manera disciplinada está reclamando espacio, está reclamando, compromiso y responsabilidad, reclama cumplimiento de lo establecido y exige acciones que resuelvan los problemas, hay un sujeto que medra en los espacios de construcción y de decisión, para sacar provecho de cada coyuntura, para torcer el rumbo que decide la mayoría y entregar sin rastros de vergüenza, los logros colectivos, ese sujeto se lucra de contratos y de coimas, de comisiones y tajadas, de cargos y mandados, de preferencias e influencias.
Traficante de miserias, mercader del hambre, vendedor de ilusiones, contrabandista de la conciencia, disfraz de militante… faltan términos para definir el talante político de quien se atribuye condiciones de superior por estar circunstancialmente en el poder y deja de ser referente para quienes siguen luchando aun en las peores condiciones, hay que ser bien caradura para tomar la palabra y arremeter contra quienes tienen trayectoria intachable por el solo hecho de no aceptar que haya personas capaces de interpretar la realidad, capaces de convertirse en líderes de sus propios procesos y de tomar sus propias decisiones.
Por más que busco, no encuentro diferencias entre el rey Juan Carlos, cuando le grito al comandante Chávez "porque no te callas" y los que hoy, a través de los medios, giran órdenes y deciden que hacer y qué decir, como decirlo, donde decirlo y para que decirlo, pretenden hacernos tragar ruedas de molino y en caso de encontrar alguna resistencia, echan mano de los calificativos conocidos: "traidor, quinta columna, tonto útil, agente de la CIA, le haces el juego a la derecha" (con la que se sientan sin tapujos para salvar la cuota de poder alcanzada), y otros, que solo demuestran ausencia de argumentos e ignorancia de la esencia de un proceso social en marcha a pesar de su arrogancia y sus errores, que son muchos
No me dan pena los burgueses vencidos.
Y cuando pienso que van a darme pena,
aprieto bien los dientes y cierro bien los ojos.
Pienso en mis largos días sin zapatos ni rosas.
Pienso en mis largos días sin sombrero ni nubes.
Pienso en mis largos días sin camisa ni sueños.
Pienso en mis largos días con mi piel prohibida.
Pienso en mis largos días.
NICOLAS GUILLEN
franco__rivas@hotmail.com