Ya todos saben sobre cual candidato estaremos hablando aunque el título sólo tiene las iniciales, no obstante, queremos darle otra connotación y no puede ser otra que la de Marca Registrada, difícil de evitar y de evadir. Como todo producto que sale al mercado para identificarlo con una empresa u origen, su marca debe ser registrada por muchos aspectos legales y otras por normas de publicidad o sencillamente para no ser “pirateada”, por la competencia “desleal”.
Si hablamos en términos de mercadeo como lo es nuestra pretensión, un producto antes de ser lanzado, debe cumplir algunos requisitos propios del marketing, por ejemplo; impacto ante los consumidores, gusto de los consumidores, profundidad en la permanencia de la preferencia por un producto determinado y por encima de todas las cosas el punch que una campaña publicitaria puede ofrecer sobre las bondades del producto, son reglas si se quiere naturales que ha impuesto el sistema capitalista para atosigar a través de la publicidad la oferta de cualquier producto. Otras veces nos quieren imponer el consumo sustitutivo de un producto establecido históricamente, tendiendo a la modificación de la conducta del consumo, como ocurrió con el caso del trigo por el maíz, o de los enlatados de refrescos por jugos naturales.
Ahora bien, en una campaña electoral propiamente dicha, cambiamos los productos por candidatos, es el ser humano revestido de la particularidad especial como lo es ser candidato más si es presidencial. En el caso de Venezuela las campañas electorales en algunas oportunidades han tenido candidatos folclóricos y a pesar de ello el proceso no ha perdido la seriedad debida. Tal es el caso del presente proceso electoral que en esta materia no es una excepción, la inscripción de más de veinte candidatos y candidatas es ya una figura excepcional, la aparición de un cómico chabacano y vulgar ofreciendo arreglar el país y prometiendo no acabar con las misiones sociales no le quita respeto y seriedad al escenario electoral aunque la candidatura nos parece forma parte de la retirada antes de culminar el espacio de propaganda y encaja en lo que se palpa se huele y la intuición nos indica de una estrategia opositora. Recientemente este candidato introdujo una demanda ante el poder judicial para el retiro de las captahuellas.
El candidato Marca Registrada de una notable cultura general, es otra presentación patrocinado por la casa matriz Pentágono C.A. , este candidato escogido por “consenso” entre dos excandidatos, tiene entre sus características publicitarias el lanzamiento de un subproducto electoral “la tarjeta mi negra”, así en minúsculas para que no suene a racismo, pero ahí no se queda la M.R., su escogencia luego del lobby no de aquí para allá, sino de allá para acá, estuvo signada por la garantía ofrecida por la casa matriz y viceversa, lo cual quiere decir, que el candidato que aparecerá en el tarjetón electrónico no es el competidor natural como en cualquier elección presidencial, sino que por trastienda el verdadero candidato es el dueño de la casa matriz y por ende de todas las sucursales.
Pueden observar que el lanzamiento de este producto electoral adolece de algo esencial en cualquier producto de uso masivo, la composición química más los preservativos, componente éste último importante para que el producto no se deteriore y pueda llegar en perfectas condiciones al consumidor quien en definitiva es quien va a decidir si adquirirlo o no, además no se señala en cuantos años se ofrece la garantía y aún más, no tiene fecha de vencimiento.
Dadas las premisas anteriores puede perfectamente deducirse que el consumidor venezolano tan exigente en la hora actual en cuanto calidad, precio y garantías, no estará dispuesto a perder su voto, perdón sus reales por un producto que en caso de consumirse masivamente podría desatar algo parecido a lo ocurrido con las mascotas que ingirieron Dow Chou, de tal manera que a esa Marca Registrada no se le debe renovar el permiso sanitario, es decir que no es apto para el consumo humano.
Por último, podemos señalar que en la Real Academia Española, estudian muy seriamente, la modificación del dicho popular de origen europeo “No hay que pedirle peras al olmo” y la Academia de las Matemáticas determinar si es verdad que un siglo tiene cien años, de todas maneras hay tiempo para rectificar y por tanto errar es de humanos y las misiones ofrecer el conocimiento necesario para ponerse al día aunque sea con los refranes.
Ciertamente la campaña electoral si tiene un candidato naturalmente escogido por el pueblo en su inmensa mayoría que ha propiciado el resurgimiento de la nacionalidad el patriotismo y la dignidad nacional, que ha elevado el nivel de vida de la gente pobre, que acabó con el analfabetismo, que tiene a la mitad de la población en sistemas de estudio y que ha mejorado la salud de los venezolanos, que construye para el futuro autopistas, trenes, puentes, varios metro, incrementando de manera ostensible el patrimonio nacional, que ha desarrollado toda una red de cooperativas y empresas de nuevo cuño con sentido social, en fin un candidato con honestidad y calidad humana registrados en el libro notarial de la historia, no es cuento y por ello, el tres de diciembre no habrá cómico que valga ni marca registrada fraudulenta, ese candidato hoy presidente se presenta para la reelección con el voto favorable marca venezolana, con años de garantía en la lucha por la justicia social y con fecha de vencimiento para el año 2021 y quizás más si el cuerpo aguanta y el pueblo consolida la marcha hacia una nueva sociedad socialista a la venezolana.