El pobre ya está muy viejo para poder llevar el ritmo de las chuletas que les pasan. Y además, lo que Dios no da Salamanca no lo presta. Hace poco vimos a Manuel proferir solemnemente: “Lo prioritario es lo primero”. Pero ya antes había protestado: “¡Caramba, aquí hace falta de negligencia!”, para casi inmediatamente protestar: “¡Vamos a mejorar la inseguridad!”. Los asesores andan temblando y no saben cómo controlarle la jeta, porque él pareciera decir: “Con mi jeta no se metan”
Agréguese a esto que en el Zulia le dicen “la Piro Piro”, puesto que se quema por los dos cabos. Piro Piro es el nombre que se le da a la hembra del marrano báquiro o chácharo.
Manuel alias “la Piro Piro”, se inició como chofer de Hugo Soto Socorro, aquel veterano policía que fundó la Sotopol. Entre policías, matones, sicarios, vigilantes privados y guardaespaldas, Manuel Rosales aprendió las barbaridades con que atropella el castellano. Al él parecía correcto lo de “autosuicidio”, lo de “ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario”, “llueve y escampa”, “no me meto en honduras”, y decir que fue Andrés Eloy Blanco el de la frase: “caminante no hay caminos, pero gano y cobro, ¿y qué?”.
Veamos este pequeño dossier: en 1995, siendo alcalde del Municipio Maracaibo, comenzó a manejar harta plata y decidió comprar una muy bien acomodada hacienda, la cual puso a nombre de uno de sus hermanos. Poco después falleció este hermano y pretendió que la viuda se la entregara, por lo que planteó una penosa querella en la que él terminó perdiendo.
Igualmente siendo alcalde, contrato a una empresa de limpieza de las calles que era de su propiedad. El cobro de las rentas municipales se la entregó a una firma administrativa privada, pero con la condición de que le entregara a él, el 30 por ciento de la recaudación.
La Avenida 15, Delicias, fue repavimentada y a lo largo de toda ella se le colocó un brocal de concreto entre 60 a 70 centímetros de alto. En este proyecto se había acordado que FONTUR pagaría el 75 por ciento de la obra y el 25 restante lo asumiera la alcaldía. Lo cierto fue que Rosales se cogió palmariamente el restante 25 por ciento.
Cuando le pasaron la chuleta con la información de que estábamos produciendo un millón de barriles de petróleo, fue cuando exclamó: “¡Qué molleja de falta de de negligencia!”
No sabemos lo que pueda hacer el día que le den las cifras de la espantosa derrota que recibirá el 3 de diciembre. Cuando frente a Arias Cárdenas perdió la Gobernación del Zulia, y encontrándose en el Hotel El Lago, convertido en un total energúmeno, tomó una botella de whisky y la lanzó contra la pantalla de un televisor. Destrozado el aparato dejó el lugar de lo más fresco. Ese es la Piro Piro, que la exquisita clase intelectual sigue como una gran cosa.
Pues bien, ese es el hombre milagroso que representa de manera perfecta a la oposición que aún sigue adorando a gente como CAP o Lusinchi. El prototipo del adeco ignorante, prepotente, ladrón, descarado, falaz, sapo, vividor y supremamente lacayo. Con los adecos se muere mejor, indudablemente.