Reconocía recientemente el líder opositor Henrique Capriles Radonski, que la oposición está viviendo una "verdadera tragedia". Por supuesto para no reconocer del todo que ellos son los únicos responsables, lanzaba la tesis que el gobierno era el culpable (?). En honor a la verdad, lo que queda de la llamada oposición, le han caído las siete plagas de Egipto. La oposición está pagando tanta irresponsabilidad y de haberse colocado a espaldas de los intereses del pueblo venezolano. Eso de aupar y propiciar una guerra económica con el imperio de los EEUU, nunca podrá ser perdonado por el pueblo venezolano. Eso de solicitar a los cuatro vientos que Venezuela sea invadida militarmente por una potencia extranjera, no tiene perdón de Dios. Y no hablemos de las acciones violentas (guarimbas) a que han sometido al pueblo venezolano en los últimos tiempos.
Esta gente le vendió su alma al diablo. El pueblo le dio a la extinta MUD una oportunidad cuando ganaron las parlamentarias del 2015, pero estos en vez de ponerse a legislar se dedicaron a pisotear la Constitución, en su empeño fracasado de sacar al Presidente Maduro por la fuerza. Ahí está la triste y menguada oposición dividida en ocho (8) grupos o parcelas: El sector de la desaparecida MUD integrada por los grupúsculos Primero Justicia, Voluntad Popular y Únete. Está el sector Romulero de Acción Democrática, que les dejó el pelero recientemente. Le sigue el grupo de Henri Falcón (chiripero), que es partidario de participar en las elecciones. Otro sector lo representa el comandado por María Corina Machado y Antonio Ledezma, que solo creen en la violencia como salida política.
Le sigue el llamado "Frente por la libertad de Venezuela", de reciente creación y que murió al nacer. Otro sector está agrupado en los llamados exiliados y prófugos de la justicia. Hacen política desde los EEUU, Europa y otras partes del mundo. Manejan muchos recursos en buena parte de lo que se robaron cuando estaban en nuestro país. Otro segmento opositor lo representan los llamados intelectuales y rectores de algunas universidades. Se consideran los superdotados y se creen que están por encima de todo el mundo. Y finalmente están los que hacen política desde las redes sociales, tratando de imponer matrices de opinión pero nunca han sabido lo que es pisar un barrio. Son los propios "sifrinos" de la política. La mayoría de estos grupitos no creen en la tolerancia ni en la Democracia, de allí que su tesis es llamar a la abstención electoral e implorar una invasión extranjera. Solo creen en la bota o salvación extranjera. Ese el patético drama que vive la dirigencia opositora en Venezuela, imbuida en un mar de escepticismo, frustración, desmoralización, intolerancia y desesperanza. No tienen un dirigente que valga la pena.
Todos son bate quebrao. Lamentable desde todo punto de vista, ya que el país demanda de ese sector un poco de seriedad y responsabilidad. Definitivamente esta oposición no tiene compón.