El estado de postración mental del escualidísmo culto venezolano da pena. Sufre de ceguera negra. Se regodean en toda una madeja de argumentos enrevesados para explicar lo inexplicable. Por ejemplo, que Venezuela perdió en la ONU y ganó el Imperio. Mi nieto la vio clarita pero ellos no. Si el pentacampeón del mundo de Fútbol, Brasil, se enfrenta a una selección juvenil venezolana y empatan 57 veces, para mi nieto el triunfador es Venezuela que no pudo ser derrotada por el gigante. Para estas lumbreras de la diplomacia el perdedor es Venezuela que no pudo derrotar al gigante. ¡Ahí queda eso! ¡Ah, vaina para cipayísmo sabroso!
Hoy todos los abogados, expertos, laboristas, defensores de los derechos humanos y un largo etcétera amanecen demandando juicio penal para el Ministro Rafael Ramírez. ¡Uy! ¿Qué hizo Ramírez?, ¿qué fue lo que dijo para espantar de tal manera a estos demócratas impolutos? Yo lo vi. Le recordó a los empleados de PDVSA que hoy esta empresa es del pueblo, que esta empresa derrotó una manera de concebir su funcionamiento y que hoy se rige por los principios y las políticas del gobierno revolucionario. Recordó, con firmeza, que quien no esté de acuerdo con las políticas de la empresa deberían dar un paso al costado y dar paso a quienes sí lo estén. ¡Horror!, ¡cáspita!, ¡caracoles!, ¡se está violando el derecho a pensar libremente!, ¿y quienes son los escandalizados ante una asamblea que coreaba “alerta, alerta, alerta que camina, la espada de Bolívar por América Latina"? Pues los mismos que durante dos meses pasaban en cadena otras asambleas protagonizadas por ellos. Unas asambleas en las cuales los gritos eran: ¡Se va, se va, se va!, ¡Fuera, fuera, fuera!, ¡Ni un paso atrás, ni un paso atrás!, ¡y va a caer… y va a caer…este gobierno va a caer!, ¡Ah vaina!, de modo que los escandalizables por esto encontraron de lo más mono aquello otro. Que una Asamblea de empleados se manifieste solidaria con la política de su patrón es un escándalo que merece juicio y prisión, pero que una Asamblea decida, con la cobertura de los medios, manifestarse para tumbar un gobierno legítimo porque sí… porque les daba la gana…eso es normal... ¿Ven? Eso es parte del juego democrático. Mi abuelita llamaba a eso: escrúpulos de María gargajos. Por eso están como están.
Al menos cuatro grandes televisoras nacionales, unas decenas de televisoras regionales, más de cuatrocientas emisoras radiales, unos ochenta medios impresos nacionales y regionales se confabulan las 24 horas de cada día para convertir su programación en un demoledor ataque a todo lo que signifique gobierno bolivariano. Invisibilizan todo cuanto de bueno se hace y magnifican lo que van consiguiendo con pinzas que pueda descalificar la obra de gobierno. Se sientan en el pajar y se clavan la aguja. Para hacer frente a este ataque desigual el gobierno cuenta con un par de televisoras, otro par de emisoras de radio nacionales, unas cuantas televisoras y radios comunitarias, algunas páginas web, listas de correos y poco más. ¿Igualitaria la pelea, no? Pues según la resucitada SUMATE el “ventajismo mediático del gobierno es intolerable… la ventaja es de 27 a 1, a favor del candidato Chávez respecto del candidato de la "unidad nacional", Rosales (¿Se fijan en el nombrecito?, así se llamaba el gobierno de Carmona...de unidad nacional). Bien. ¿De donde sacan esos números? Descarados hasta las heces, toman las Cadenas Nacionales, el programa Aló Presidente, las emisiones de información de la obra de gobierno, lo empaquetan todo en un solo bulto y le añaden los actos de campaña… ¿resultado?...27 a 1. De modo que para ser justos el gobierno debería violar la Constitución Nacional y no informar al pueblo de su obra. Para complacer a estos miserables que suman a 'su' candidato de unidad nacional sólo las cuñas y obvian las 24 horas de campaña, todos a una como en Fuenteovejuna, mediante sus programas de “opinión” (las comillas no son inocentes), sus noticieros amañados, sus articulistas de todas las horas y todos los días, sus editoriales, sus manipulaciones con los titulares y denuncian ventajismo del oficialismo, habría que reducir al silencio al gobierno. ¿Habrase visto mayor descaro?