El candidato de la IGNORANCIA NACIONAL ya no puede con sus barbaridades. Lo que declaró el día de la toma de Caracas de punta a punta es otra raya para su abultada befa: “Ese sistema de la bombona de gas es arcaíquico”, y siguió tal cual como es y ha sido siempre. Para Rosales, Blanca Ibáñez es mil veces superior a Teresa de la Parra, por ejemplo, e imitándola ha dicho: “ya las expectativas de mi campañas están cubridas”. Pero también ha dicho: “Lo prioritario es lo primero”. Pero ya antes había protestado: “¡Caramba, aquí hace falta de negligencia!”, para casi inmediatamente agregar: “¡Vamos a mejorar la inseguridad!”. Los asesores andan temblando y no saben cómo controlarle la jeta, porque él pareciera decir: “Con mi jeta no se metan”.
Ese hablar fofo, meloso y gangoso, no oculta otra cosa que su catadura de malandro supremamente inculto, además de vulgar. Sus lugares comunes dan grima, y por ello al finalizar la caminata del sábado 4 de noviembre, con la cincha reventada, dijo que él no iba hablar porque lo que quería era escuchar a su pueblo. Apenas añadió: "Muchas gracias, pueblo de Caracas y a Venezuela, seguid el ejemplo que Caracas dio. Mis saludo para las mujeres de Venezuela, para los hombres, para todo el pueblo, porque esta lucha es por los niños de Venezuela y por el futuro de Venezuela. Con Mi Negra, con Mi negra sacaré a todo el mundo de abajo". Uno de los asesores de su comando le aconsejó que no hablara porque bastaba con haber caminado más de diez kilómetros y porque además la gente de Caracas era demasiado criticona, y podían encontrarse chavistas con cámaras, con grabadoras. “Menos mal”, contestó Rosales, para añadir: “estoy que reviento cincha”. En verdad que ese día se le había pasado una chuleta que él no logró aprenderse muy bien y que comprendía el asunto del video de Ramírez, la derrota de Venezuela en la ONU, la regaladera de plata a los demás países y la inseguridad. Repitiéndola llegó a decir: “Porque Ramírez ha cometido un pecado venial imperdonable que ninguna Virgen, ni la Chiquinquirá se lo va a perdonar. Ramírez no parece venezolano sino cubano, y con Mi Negra si le vamos a dar un verdadero sentido social a la plata de Pdvsa”. Fue cuando a sus asesores se le pusieron los pelos de puntas, y le dijeron que mejor no hablara.
Un poco más tarde sus asesores ya tenían elaborado lo que tendría que decir en Barquisimeto: “No sea grosero, nuestras Fuerzas Armadas… no son rojas rojitas sino amarillo, azul y roja,…”. Este párrafo tuvo que repetírselo más de diez veces porque temía confundirse. Después le insistieron en que hablara del Alto Mando “para asustar y poner bien bravo a Chávez”, y con su voz cansona y gangosa dijo lo que dijo, y “¡YA!”, le gritaron desde abajo para que terminara. Y fin de fines. Añádase que en el Zulia le dicen “la Piro Piro”, puesto que se quema por los dos cabos. Piro Piro es el nombre que se le da a la hembra del marrano báquiro o chácharo.
Manuel alias “la Piro Piro”, se inició como chofer de Hugo Soto Socorro, aquel veterano policía que fundó la Sotopol. Entre policías, matones, sicarios, vigilantes privados y guardaespaldas, Manuel Rosales aprendió las barbaridades con que atropella el castellano. Al él parecía correcto lo de “autosuicidio”, lo de “ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario”, “llueve y escampa”, “no me meto en honduras”, y decir que fue Andrés Eloy Blanco el de la frase: “caminante no hay caminos, pero gano y cobro, ¿y qué?”.
Veamos este pequeño dossier: en 1995, siendo alcalde del Municipio Maracaibo, comenzó a manejar harta plata y decidió comprar una muy bien acomodada hacienda, la cual puso a nombre de uno de sus hermanos. Poco después falleció este hermano y pretendió que la viuda se la entregara, por lo que planteó una penosa querella en la que él terminó perdiendo.