Los planes "CH" y "V"

"No habrá tiempo para cambiarse de ropa"

Si de algo debemos estar seguros es del triunfo del presidente Chávez el próximo tres de diciembre. A partir de allí, recogeremos en el contexto de la celebración la preparación inmediata hacia la defensa de la revolución por todos los medios que por su actuación nos quiera imponer el enemigo, porque de eso se trata, ya no es un adversario electoral es un enemigo para la guerra porque es lo que ellos les queda como alternativa, lo demás es engañarnos y engañar al pueblo venezolano.

Ahora bien, esa hipotética guerra dependerá más de la fuerza enemiga en la medida en que la desesperación los abrume y se lancen por la borda sin saber nadar en el sortilegio del más allá que nos les importa para nada. Efectivamente, si se detuvieran a pensar sobre las consecuencias de lo que aspiran entronizar en la vida venezolana, realmente no lo harían, una fuerza descontrolada, fuera de lo normal, con características paranoicas es lo que los tiene sujetos al fracaso.

Lo que aspiran alcanzar por supuesto, que no lo lograrán, por una razón muy sencilla pero difícil de comprender por el enemigo, los designios de la historia, sí, esa historia que nunca alcanzaron a aprehender y mucho menos a aprender. Digamos que las cartas están echadas en cuanto a la claridad de propósitos y objetivos a alcanzar por parte del líder de la revolución y heredero universal del bolivarianismo, acompañado de ese pueblo que lo entiende, comprende y apoya hasta la muerte o la victoria.

Lo que viene por parte de la oposición es una declaratoria de guerra sin declararla porque la cobardía y la irresponsabilidad son signos de su historia, de la repetición impune de sus desafueros y tropelías. Lo que nos ocupa para escribir esto se cimienta no sólo en el llamado solapado y a veces abierto de sus dirigentes; sino de la enfermedad hecha guerra de la mente de muchos de sus copartidarios, que sin disimulo alguno lo profesan a voz abierta en cualquier sitio público, enfermedad que por cierto no la cura la actitud permisiva y complaciente de amplio espectro democrático, no lo quieren ser, porque el concepto de democracia que manejan es el de siempre conocido y trillado miles de veces sobre la defensa de sus intereses que como viudas del pasado aún rememoran y al cual desean volver.

Es el Estado y sus Instituciones, desde el Ejecutivo Nacional que está por descontado hará lo que tiene que hacer y el resto de ellas, tienen que hacer y asumir su papel alejados del concepto de legalidad trivial, nos referimos al Poder Judicial y al Ministerio Público, a los cuerpos policiales, a CONATEL, a la Superintendencia de Bancos a la Comisión Nacional de Valores, a la Asamblea Nacional, a los medios de comunicación del Estado, en fin a todos y cada uno de los actores que deben estar vigilantes sobre el desarrollo de los acontecimientos.

Estamos seguros que en estos días los medios alternativos tendrán un papel estelar para desmembrar uno a uno los efectos del plan macabro, impidiendo de esta manera su desarrollo. De tal manera que debemos prepararnos para celebrar y para luchar si es necesario

Lo que puede pasar según el Plan “V” de la oposición, requiere una respuesta contundente y militante del pueblo unido y en pie de guerra si esta nos lo quiere ser impuesta, conjuntamente con el pueblo militar y decididos ambos a contrarrestar la arremetida que piensan hacer entre otras cosas porque ignoran al pueblo que apoya al presidente, ese pueblo que para ellos no existe. Es decir el Plan CH, debe estar montado desde ahora y siempre, sin vacilaciones y con decisión y voluntad políticas.

Antes del día tres de diciembre, la diana nos despertará todos los días si es necesario dormir para estar alertas y otorgar al enemigo la más fiel y decidida derrota desde el punto de vista electoral y luego si persisten en sus planes, derrotarlos de tal manera que se vean obligados a enterrar esa enfermedad que los carcome y que solo con fortaleza y decisión de nuestra parte, se darán cuenta que hay todo un pueblo dispuesto a defenderse y no permitir que las conquistas logradas sean borradas de esta historia que hacemos todos los días.

El tres de diciembre no habrá tiempo para cambiarse de ropa, con la misma que saldremos a votar, nos quedaremos en la calle con la conciencia y la dignidad y si es necesario con algo más, que no depende de nosotros, amanecerá el día cuatro y veremos por donde pretenden venir los tiros, esa debe ser la consigna, lo que está en juego, no nos cansaremos de repetirlo, es la patria misma, la consolidación del proceso revolucionario vía el Socialismo que construiremos con más fuerza a partir del tres de febrero. No hay tiempo sino de actuar, por la calle del medio y quien quiera entorpecer encontrará la unidad necesaria de los factores revolucionarios.

A votar masivamente y esperar el triunfo con alegría y con el ojo puesto en cada una de las cajas donde se depositarán los votos que le darán el mejor respaldo nunca visto a presidente alguno en Venezuela.


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Rafael Febles

Economista. Msc. Seguridad Social. U.C.V.. Militante revolucionario. Locutor. Articulista Correo del Orinoco. Poeta y escritor de la revolución bolivariana

 rafaelfebles@yahoo.com      @rafael_febles

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