Se ha quemado por todos los cabos pero persiste y mantener ardiendo la mecha de la discordia. Y dudamos que después de haber acompañado a Carlos Ortega y a Pedro Carmona en su criminal empeño por ensangrentar a Venezuela y por provocar entre nosotros una guerra civil como la que destrozó a España, alguien pueda tenerle por equilibrado, por justo, por humano y verdaderamente cristiano. A este Luis Ugalde no lo mueve otra cosa que el odio, que la enfermedad que aturde a la iglesia purpurada, fanática y fascista que se lanzó contra Azaña, contra la república española. Ugalde encarna la total locura y pánico que invade a esa oposición que aquí tuvo poder y licencia para cometer toda clase de abusos y de desmanes y que se vuelve a encontrar en otra amenaza de quedar enterrados para siempre. Estos cuervos infernales que ayer tuvieron alguna audiencia y apoyo, que consiguieron agitar multitudes aterradas de su feligresía, a los que le dijeron que el deslave en Vargas era castigo de Dios por haber permitido el triunfo de Chávez; que poco a poco fueron empujando a sus seguidores hacia la matanza del 11-A, y que trataron de identificar a la Virgen con su propia lucha y sus vesánicas locuras. De aquella banda de cuervos infernales que día y noche se la pasaban agitando banderas de muerte y de sangre, a la que llegaron a pertenecer los cardenales Velasco y Castillo Lara, con otros, hoy, muy apocados y tristes, ya sin argumento ni lenguaje como los obispos Pérez Ovidio, Luckert y Porras, sólo este Ugalde continúa en su feroz y perversa manía de seguir alimentando la discordia, el crimen, el mortal enfrentamiento al estilo de lo que vivió la España del año 36. persiste en su monocorde lamento: “El totalitarismo no se anuncia, avanza progresivamente ocupando los espacios, apoderándose de la cabeza de los ciudadanos, de los deseos, del pensamiento, de la historia. Dice con quién hablar, de qué se debe hablar". Ha hablado el Torquemada Rector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), en una de las jornadas de reflexión política de la UCAB denominada “Totalitarismo de izquierda y de derecha del siglo XXI”. Se supone que Ugalde no se encuentra en ninguo de esos dos extremos, canalla de catadura tan desvergonzada.
Este Ugalde está apostando por otros días de sangre, suspira porque su dios Manuel Rosales llegue a Miraflores para manejarlo él y su pandilla como les venga en gana, y le pide a los jóvenes y estudiantes a actuar ante "la amenaza de un totalitarismo de izquierda en el país". Petición que hace al mejor estilo de aquellos frailes conquistadores que aquí blandían la espada y la cruz contra los criollos; este godo infernal proclama: "en tres semanas son las elecciones y hay que reflexionar sobre lo que se está jugando en ellas: un modelo como el cubano donde solo hay una radio, una televisión, hay un solo empleador y si no te gusta el trabajo no puedes hacer nada porque no hay nadie más que te pueda emplear; o la democracia". Sermonea escudado por agentes de la CIA como Américo Martín, quien “estableció algunas similitudes entre el gobierno del presidente Chávez y los sistemas totalitarios que rigieron otros países del mundo, como la extinta Unión Soviética y la Alemania nazi”. Y para completar la jornada se recibió un mensaje en video, nada menos que del ultra vago estudiantil Nixon Moreno (de la misma escuela de badulaques en la que se forjó Manuel Rosales), “quien desde hace unos meses permanece en la clandestinidad por su participación en los disturbios de la Universidad de Los Andes”.