Creo que manuelito y sus compinches nos van a dar una nueva oportunidad de seguir construyendo patria. Tenían una Fedecamaras con cierta capacidad de convocatoria y la convirtieron en un cascarón vació al que nadie respeta; controlaban la CTV y la pusieron al descubierto, en su sumisión a los intereses más bastardos de la reacción; tenían el control de una PDVSA que ahora es roja rojita; tenían una Iglesia que contaba con respaldo popular y dieron con ella un retroceso de por lo menos un siglo; tenían militares de alto rango comprometidos con la oligarquía y formados en las Escuelas de Las Américas y los lanzaron a la plaza Altamira; tenían a su gordo Rosendo y al que se infiltra las nalgas y los pusieron al descubierto aquel 11 de abril; tenían al homónimo de Zamora en el CNE y lo hicieron renunciar creyendo en pajaritos preñados; tenían una nutrida representación parlamentaria y los convirtieron en desempleados; tenían gobernadores y pronto perderán los dos que les quedan; tenían unos medios con ascendencia sobre la población y se pusieron al descubierto como manipuladores; tenían a Martha, a mingo, a Orlando, a Napoleón, a Patricia, a Ibeyice y algunos otros que hoy no son más que chatarra periodística.
La oposición tenía, pero cada día tiene menos; porque su odio y su deseo de retornar al poder, por cualquier vía, los hizo torpes, previsibles y débiles.
Quienes por años gobernaron al país a su antojo y se enriquecieron vilmente, no fueron capaces de evaluar las causas por la que perdieron la confianza de las masas. Por el contrario, creyeron que sólo necesitaban desatar una campaña de calumnias, odio y miedo para desplazar a quienes por decisión popular tenían ahora la responsabilidad de conducir los destinos del país.
Poco a poco nos brindaron la oportunidad de ponerlos al descubierto ante los ojos del país y del mundo, de desplaz arlos de posiciones de poder y de reducir al mínimo su capacidad de maniobra. Mas no aprenden, siguen convencidos de que este pueblo es el mismo que pudieron engañar por décadas y que al frente del gobierno están unos ineptos al que sorprenderán estrategias desgastadas.
Es evidente que hoy están jugando a desestabilizar el país, mediante la participación en un proceso electoral, cuyos resultados calificarán de fraude. Creen que el usar a sus seguidores como carne de cañón, sumado a una avalancha mediática, deslegitimará el triunfo de Chávez.
Van, en un intento por reeditar el escenario de aquel nefasto 11 de abril, a provocar algunas muertes entre sus seguidores. No es de extrañar que algún militar pendejo repita el error de aquellos payasos de Altamira y hasta es probable que el gobierno de Estados Unidos y algún otro gobierno cipayo desconozcan los resultados. Pero estamos listos, esperando a que den la señal.
Van a hacer ruido, mucho ruido; pero nos van a brindar la oportunidad de poner presos a algunos que desde hace tiempo deberían estarlo; de enviar a Miami otro lote de gusanos y por qué no, de revertir algunas concesiones de medios televisivos.
Nos gustaría que tuvieran la gallardía de reconocer su derrota, pero los conocemos; no conocen otra vía que la conspiración.
Fracasarán, amigo lector. No tenga usted la menos duda; y con su fracaso nos darán la oportunidad de seguir haciendo patria y de darle a los venezolanos, además de un triunfo contundente, el regalito que vienen pidiendo desde hace varios años.