Luego de la concentración de ayer son los dueños del juego

Los violentos tomaron el timón de la conspiración

El liderazgo opositor y con este esa masa de personas disociadas por años de inoculación diaria de veneno anti-chavista está entregado en manos del sector que más sintoniza con las órdenes que vienen de Washington. El pulso que hasta ahora se venía dando entre un sector con cierta vocación política y este otro criminal, genocida y radical lo ha ganado este último. La concentración de ayer actuó como un catalizador. La repetición de una aventura golpista con libreto similar al 11 de abril de 2002 le faltaba un condimento que ayer obtuvieron. El único impedimento que hasta ahora jugaba a favor de una salida con agitación pero sin aventura criminal: la incapacidad movilizadora, fue removido por la activación brutal de la campaña de odio de los medios puntales de la conspiración. Se saben perdidos por las buenas. Chávez les sacará no menos de 20 puntos de ventaja y vendrán por las malas.

En la tarde y noche de ayer este sector radical andaba de carreritas. En un ambiente preorgásmico se fueron dando reuniones pasadas por wiskey 18 años mientras se afinaban los detalles del complot. ¡Al fin tenían carne de cañón para sus planes! Marcel Granier, Alberto Federico, Miguel Henrique, Antonio Ledezma, Oscar Pérez, Álvarez Paz, Peña Esclusa, Poleo, Rafael Alfonzo y los militares del Frente Institucional Militar tomaron el mando de las operaciones para las acciones del 3-D. Hubo reuniones en casas de empresarios financistas destinadas a barrer con cualquier vestigio de resistencia a sus propósitos. El único requisito que algunos objetaban ahora lo tenían. Activar el plan de violencia ante los resultados adversos que dará el CNE necesita de carne de cañón en la calle. Lanzar a los paramilitares sin respaldo de la “sociedad civil” para que ponga los muertos era demasiado arriesgado.

El plan se pondrá en marcha con las acciones de encuestadoras como Penn, Shoenn & Lembard y CECA dando resultados a boca de urna y el respaldo bien diseñado de los medios de desinformación. Esas horas de la tarde/noche se utilizarán para crear la sensación virtual de triunfo seguro de Rosales. Personajes de diversos sectores: empresarios, iglesia, sindicatos, gremios, irán pasando por los estudios de estos medios para dar un mensaje inequívoco de triunfo. Todo estará bien montado para que al producirse el boletín del CNE se genere una reacción violenta. El resto del plan son los muertos. Allí entran a jugar su papel el contingente de paramilitares que a lo largo del año han ido concentrando en distintos lugares de la república, especialmente –para el show mediático- los dispuestos en los barrios caraqueños. Deben lograr que la provocación a la Fuerza Armada produzca heridos y muertos que serán –como el 11 de abril- debidamente filmados y documentados como para que el mundo asuma que el presidente Chávez ante la evidente derrota ha decidido reprimir salvajemente a su pueblo.

A diferencia de aquel abril, ahora si hay 11 no habrá 13. Aprendieron la lección y no repetirán los errores. Sin importar por sobre cuantos muertos pasen esta vez no se dejarán arrebatar el poder. Están decididos a jugárselo todo a la aventura y así lo harán. El pueblo revolucionario debe saber que no puede haber 11, que el plan se les debe desbaratar antes que tome cuerpo. Sólo la movilización popular puede evitar que estos canallas se impongan y se salgan con la suya. El plan debe ser desmontado antes que arranque. A la primera señal, el pueblo organizado, movilizado y decidido debe romperle el espinazo a la conspiración. Medios como Globovisión y RCTV son claves. Al primer síntoma –que lo darán- el pueblo debe rodearlos, cercarlos, obligarlos a dar marcha atrás. La presencia del pueblo revolucionario en la calle, sin violencia pero masiva, desanimará a sus huestes y las devolverá a sus casas, tal como pasó el 13 de abril sólo que esta vez antes. Los cuerpos de seguridad del Estado deben actuar en forma muy selectiva y con resolución. El liderazgo conspirador tiene que ser asegurado y puesto fuera de circulación. El pueblo venezolano se juega la patria y todos sus sueños de redención, ellos…como siempre…sus privilegios y el dinero. ¡No pasarán!

En medio de todos sus planes y poder vuelven a equivocarse, siguen subestimando al pueblo. Todo lo tienen bien montado menos una cosa, nada más y nada menos que la vocación libertaria del pueblo de Simón Bolívar. Van directo al abismo y esta vez los empujaremos. Haremos que se arrepientan de una vez por todas. Estos criminales no podrán –luego de esta aventura- seguir pavoneándose protegidos por una impunidad desesperante. Esta vez les sale justicia popular. Esta situación gravísima que hoy vivimos se debe precisamente a la impunidad. Todos ellos tienen causales de sobra en cualquier país del mundo para estar bien presos, pero en Venezuela, una justicia sorda, ciega y dormida les ha permitido repetir una y otra vez sus crímenes. ¡Hasta aquí los trajo el río! ¡Yo, le ruego a Dios que entren en juicio y no se atrevan! ¡Ojalá este llamado tuviese ese efecto!.



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Martín Guédez


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