Aunque pocos de sus seguidores lo esperaron inútilmente en el aeropuerto internacional La Chinita, después de haber perdido las elecciones presidenciales Rosalito prefirió ingresar silenciosamente a territorio zuliano a través del Puente sobre el Lago. El ex candidato de George Bush llegó al Zulia a bordo de un destartalado camión cargado hasta el tequeteque de miles de bultos de la abollada, averiada y engañosa tarjeta Mi Negra.
Aunque intentó regresar de incógnito a la región zuliana, Rosalito delató su presencia cuando ante el cobrador del Puente sobre el Lago se le escapó su conocida frase: “No hay que pedirle peras al horno”.
-Después de escuchar esa disparatada expresión, supe que aquel hombre era Rosalito porque, además de mirarle en la cara los grumos de su ignorancia, tenía marcado en la frente el primer revocatorio que se realizará el año próximo en el país -dijo el cobrador de peaje.
Puesto al descubierto por el éxtasis de su tosquedad intelectual, Rosalito aceptó conversar con el periodista al pie de la pila 21 del Puente sobre el Lago Rafael Urdaneta. Pero el que fuera llamado el candidato único de la oposición es hoy el candidato del apocalipsis de la desinformación. Para Rosalito, tal como ocurrió el 12 de abril con la firma del decreto de Carmona, todo lo ocurrido el 3D no tiene nada que ver con él. La garantía de veracidad y responsabilidad es ajena en el caso de Rosalito.
-¿Por qué está parado con las piernas abiertas? –preguntamos de entrada para iniciar la entrevista.
-¿De qué otra forma me puedo parar? Si regreso al Zulia con el rabo metido entre las piernas.
-¿Cómo puede calificar su aplastante derrota electoral?
-¿Estáis loco? ¿De qué derrota electoral me estáis hablando?
-De la que acaba de sufrir en los comicios presidenciales del 3D.
-De la misma forma que fantasearon que yo firmé el decreto de Carmona y hasta montaron un video con esa falsedad, ahora inventaron que Chávez me derrotó por paliza en las elecciones presidenciales del 3D. Desconozco de dónde sacaron esa falsa historia, porque el candidato presidencial de la oposición era Julio Borges y Teodoro Petkoff lo acompañaba como aspirante a la vicepresidencia ejecutiva. En referencia al 3D, yo lo que hice fue dar el frente por ambos políticos. Por lo tanto, si quiere hablar del fracaso de las elecciones presidenciales hágalo directamente con Borges y Petkoff.
-Quiere decir que…
-Nada de quiere decir que. Es como te lo estoy explicando. Borges y Petkoff son los derrotados. Yo los quise ayudar, pero como esa gente está muy desprestigiada entre el pueblo venezolano mi esfuerzo por socorrerlos resultó totalmente inútil.
-A todas estas, ¿cómo queda su promesa de la tarjeta de débito Mi Negra?
-Por favor, no me habléis como si yo hubiera sido el candidato de la oposición. El ofrecimiento de la tarjeta Mi Negra, fue el peor error que cometió la dupla Borges-Petkoff. Ellos creyeron que el pueblo venezolano sigue siendo el mismo bobo, el muerto de hambre al que engañaban dándole una burusa de pan, bloques y planchas de zinc. Por lo tanto, el soberano se iba a tragar la burusa demagógica de la tarjeta Mi Negra. Yo les dije que retiraran esa burusa populista, pero nunca me hicieron caso. Y ya todos conocen que el resultado electoral les fue adverso.
-¿Reconoce que la promesa de la tarjeta Mi Negra fue un error estratégico de la oposición?
-¡Claro! Los medios de comunicación son testigos de que siempre me opuse a la aplicación de la tarjeta Mi Negra. Pero los candidatos oposicionistas Borges y Petkoff, se pasaron de brutos al cacarear tercamente esa burusa electorera.
-¿Considera que las frases “no hay que pedirle peras al horno” y “voy a mejorar la inseguridad” también demostraron la precariedad del candidato oposicionista?
-Decir que públicamente que “no hay que pedirle peras al horno”, fue la peor demostración de ignorancia de un candidato que pretendía ganarse el apoyo de un pueblo que dejó de ser analfabeto. Yo le critiqué a Borges este error y aceptó a regañadientes que había cometido un lapsus. Pero luego incurrió en otro más grave al decir que “voy a mejorar la inseguridad”. Después de semejante disparate, me convencí que yo no podía hacer nada por este señor.
-Ex candidato, usted me tiene confundido con todo lo que ha venido diciendo.
-Si estáis confundido, no me culpéis de su enredo, de tu encalamuque intelectual.
-Pero es que ha incriminado a otros de los errores cometidos únicamente por usted…
-¡Estáis fresco! No pongáis en mi boca lo que jamás he dicho.
-¿Fue otro error calificar de “parásitos” a los venezolanos que se benefician de las misiones sociales del Gobierno?
-Ahí si la puso la dupla Borges-Petkoff. Esa calificación es la mejor demostración de lo que el oposicionismo piensa de los seguidores del presidente Chávez. Lo peor, es que el señor Borges negó ante los periodistas que hubiera dicho semejante cosa, cuando todos los venezolanos sabían que él lo había declarado a un canal de Miami.
-Si usted fue quien calificó de parásitos a los chavistas, ¿por qué acusa de esto a Borges y a Petkoff?
-¡A la jaiba! No pongáis en mi boca lo que jamás he dicho. No me sigáis inventando cosas, como esa de que yo firmé el decreto de El Carmonazo.
-Después de su aplastante derrota electoral el 3D, ¿tiene la fuerza política para poder enfrentar con éxito el intento de revocarlo como gobernador del …?
Sin dejarnos terminar la pregunta, Rosalito dejó escapar un laaaaargo lloriqueo que atravesó la costa oriental del Lago de Maracaibo, siguió por los Médanos de Coro, recorrió el Valle de Caracas, continuó por los llanos centrales y prosiguió su penoso camino hasta estrellarse estruendosamente contra el Macizo Guayanés, convirtiéndose en un río de lágrimas que pasó raudo por debajo del segundo puente del Orinoco, para ir a morir en el mar del olvido.
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