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El líder opositor venezolano Juan Guaidó comenzó la semana por la goma, lanzando puro strikes. Nadie sabe desde donde declara o si es que manda sus notas de prensa por twitter o por mensajes de whatssap. Pero la prensa mundial que está a la caza de sus dichos, refranes y pareceres recogió una fenomenal declaración suya, que según fuentes fidedignas, fueron expresadas el pasado sábado en los llanos occidentales. En esa importantísima exposición, el achocolatado presidente intra-interino, dijo por todo el cañón, algo que estremeció los medios internacionales (Washington no sale de su asombro): "….el gobierno del presidente Nicolás Maduro llegará a su fin en el 2050, y esto no tiene vuelta atrás, y lo que estoy diciendo es neto, definitivo y formal…".
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Tras lanzar de modo tan explicito tal vaticinio, este importante hecho, el presidente impuesto a Venezuela por Trump, recalcó además que la oposición seguirá en las calles, porque por otro lado las últimas conversaciones en Noruega han finalizado sin acuerdos.
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Guaidó, hablando el mismo lenguaje de los altos funcionarios de la Casa Blanca insistió que mantiene sobre la mesa todas las opciones como respuesta ante la crisis económica y humanitaria que afecta al país sudamericano y que ha presionado la migración de millones de venezolanos y afectado a países vecinos.
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Recalcó Guaidó: "Esto no empezó en el 2019, pero lo que sí les puedo decir es que esto sí va a terminar en el 2050. Anótenlo. Que sea el régimen quien decida si salen por las buenas o si salen por las malas (...) porque 50 años deberán ya ser suficientes…". Esto lo aseguraba Guaidó, citando un comunicado de la Asamblea Nacional, pero en ningún momento mencionó directamente a Maduro.
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Añadió, colocando un ingrediente nuevo a sus palabras nunca antes mencionado: "Llegó el momento de echar el resto porque no hay soluciones mágicas", y todos los opositores que lo escuchaban aplaudieron rabiosamente.
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Poco antes, el también presidente del Congreso, en un acto con sus seguidores en el occidental estado Barinas, gritó: "Vengo a decirles, que hoy por hoy, para nadie es un secreto que el sol no se puede tapar con un dedo".
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La oposición al mismo tiempo de manera desesperada trata de tapar lo que realmente está ocurriendo en el país petrolero nórdico. Porque Noruega, mediador entre los enviados del Gobierno y la oposición de Venezuela, dijo en la semana que hubo "disposición" para buscar una solución a la actual crisis política, luego de una segunda ronda de conversaciones.
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La prensa mundial que reseña esta última declaración del intra-interio, resalta que Guaidó, en enero invocó artículos de la Constitución para proclamarse presidente encargado por considerar ilegítimo al mandatario venezolano.
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Dijo Guaidó: "En ningún momento puedo ser un títere de nadie por cuanto tengo todo el apoyo de Estados Unidos y de otros cincuenta países que no son Estados Unidos….".
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La crisis política que buscó instalar Guaidó el 30 de abril, no le cuajó, cuando junto con algunos militares, opositores y manifestantes hicieron un llamado a las fuerzas armadas para que desconocieran a Maduro, considerado por sus críticos ilegítimo en su cargo por haber sido reelegido en unos cuestionados comicios. Por eso ahora ha lanzado su última profecía, la cual asegura sí se cumplirá de modo cierto e inevitable… punto.
