El pasado 3 de diciembre, durante las elecciones presidenciales, Teodoro Petkoff tuvo dos intervenciones televisadas que, a la luz de como se venían desarrollando los acontecimientos, contribuyeron a imprimirle a estos un desenlace diferente. La primera fue a media tarde, cuando de manera firme le hizo un llamado a los venezolanos para que no se hicieran eco de los rumores que estaban circulando a través de Internet y de las mensajerías de texto de los teléfonos celulares, sobre supuestas irregularidades que se estaban cometiendo en algunos centros de votación. La segunda fue ya en horas de la noche, al dirigirse a los exaltados partidarios de Manuel Rosales, para que esperaran pacientemente y con realismo, los resultados oficiales de las elecciones.
Esas dos acciones de Teodoro deben ser valoradas en su justa medida y evaluadas desde una perspectiva estratégica. Con tales acciones, este avezado político contribuyó, sin duda alguna, al clima de paz y estabilidad que en estos momentos estamos viviendo los venezolanos, independientemente de lo que pueda ocurrir en lo adelante. Con ambas intervenciones, y otras que pudo haber ejecutado pero que no se conocen, Teodoro colaboró para, al decir de Carlos Matus, torcer el rumbo de los acontecimientos. Tal vez estaban en marcha algunas estrategias que buscaban crear una situación muy diferente a la que reinó en la noche del 3D.
Ahora es cuando adquiere valor estratégico la forma como se conformó el Comando de Campaña de Manuel Rosales y las responsabilidades que recayeron en algunas personas sensatas. Porque seguramente los eventos habrían sido muy diferentes, si la posición de Teodoro hubiese sido ocupada por alguna persona con una visión diferente de la sociedad y con una percepción diferente de lo que estaba ocurriendo. Y ahora es cuando también adquiere valor estratégico, la precampaña que como candidato presidencial y “sin miedo” realizó Teodoro. Tal vez eso le permitió negociar ventajosamente con los otros factores de la oposición, su papel en el Comando de Campaña.
Pero el valor de Teodoro no se agota en esas pequeñas pero significativas acciones que ejecutó el 3D. Ya el 12 de abril del 2002, en horario nocturno, durante una entrevista televisada con César Miguel Rondón, advirtió sobre la forma nada democrática como se había constituido el gobierno de Carmona Estanga. Los acontecimientos posteriores le dieron la razón. Igual ocurrió esta vez. Ahora estamos frente a un clima democrático que puede servir de marco para mejorar a nuestra imperfecta democracia, a la cual él, con su pluma y con su verbo, puede hacer pequeños pero trascendentales aportes. He ahí el valor de los hombres con sentido de historia, con sus errores y con sus aciertos, pero siempre con deseos de contribuir a la construcción de una mejor sociedad, tan imperfecta siempre, tan mejorable por siempre.
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