Consejos para la oposición

Primero de todo, y dejando claro que puedo serlo si quiero, y mucho, no pretendo ser sarcástico ni con este titular ni con este texto. Todo lo que aquí escribo lo hago de buena Fe, y espero que así se interprete.

Tras los claros resultados del 3-D, es obvio que la oposición tiene que plantearse muchas cosas. No es que el resultado haya sido para ellos un desastre en todas sus dimensiones, pero no lo sería de ninguna de haberse planteado las elecciones en otros términos. Desde luego que cuando quedas situado tres millones de votos por debajo de tu rival, algo hiciste mal. Es el axioma -bien facilico- del que debiera partir la oposición. Echando la vista atrás a lo que han sido estos ochos años y la reciente campaña, y analizando los primeras reacciones que se han producido en estos dos días de escenario postelectoral (y no postapocalíptico como algunos esperaban), me permito humildemente darles los siguientes consejos:

* Acepten los resultados. Sí, sé perfectamente que la mayoría de ustedes lo ha hecho, pero a lo que me refiero es que los acepten en toda su dimensión. Es decir, no crean que con no cantar fraude uno ya está "aceptando los resultados". Aceptarlos implica reconocer que hay una mayoría que es la que está dirigiendo el país, por mucho que no les guste. A esa mayoría se la puede criticar y con dureza cuando es necesario, pero llamarla "ignorante" por haber escogido una opción diferente a la suya, o agarrarse a argumentos pueriles del tipo "los obligaron a votar por Chávez" o "están comprados por la petrochequera del gobierno" no es la actitud de alguien que acepta los resultados. La actitud correcta es: "No coincido para nada con su visión del país, pero entiendo y respeto que una mayoría sí lo haga, y libre y soberanamente así lo haya expresado". Eso es aceptar. Limitarse a admitir que no hubo irregularidades significativas en el proceso no es aceptar: es pura cosmética electoral.

* No crean que nos han convencido. Aunque aplaudo la actitud de Manuel Rosales de aceptar sin casi rechistar (eso de que acepta los resultados aunque piensa que fueron con un "margen más estrecho" (1) que el que afirma el CNE, es decir que hubo "fraudecito", sonó muy ridículo) no piensen que no se percibieron algunos de los movimientos de una minoría opositora. Roberto Smith anunciando la tarde del domingo que iba a producirse "algo maravilloso" en unas horas (desde mi punto de vista no erró el pronóstico), los rumores alentados de celular en celular de una "inminente victoria" opositora, la intervención de Pablo Medina en TV (aunque los medios privados hicieran lo que debieron haber hecho hace mucho tiempo: sacarlo del aire en cuanto empezó a desvariar) y los paseos motorizados de William Ojeda por Caracas (2), en los que tomaba la temperatura electoral-guarimbera, y alentaba a los opositores a permanecer en las calles "a la espera de instrucciones" no han pasado desapercibidos a los ojos del pueblo venezolano. Sé que estas actitudes irresponsables no representan a la mayoría de la oposición, pero tampoco son despreciables, y es hora de que ustedes mismos les hagan frente.

* Hagan autocrítica. Asuman su derrota, y piensen por qué se ha producido. Qué hiceron mal, qué les faltó por hacer, qué hicieron de más, qué pueden hacer en un futuro. El primer paso para enfrentar un problema es admitirlo: están a estas alturas muy lejos de alcanzar electoralmente al proyecto bolivariano, y en cada elección se alejan más. No se internen en los tentadores terrenos de la ciencia-ficción, aferrándose a argumentos de gente obligada a sufragar por Chávez, miedo, represión militar, dictadura, etc. El mundo entero ha alabado la actitud democrática de gobierno y oposición en estas elecciones. No intenten esquivar esa realidad tan simple. El domingo descubrieron algo que muchos se negaban a enfrentar: que son minoría. Háganse algunas preguntas. ¿Por qué les ha llevado tanto tiempo aceptar algo tan fácil? ¿Quién los ha llevado a esta situación?

* Exijan explicaciones a los medios privados. Imagínense qué habría ocurrido si efectivamente Manuel Rosales hubiera vencido en las elecciones del domingo, por un margen relativamente claro como el que anunciaba día y noche Globovisión. Les aseguro que ahora mismo las organizaciones sociales que apoyan a Chávez estarían exigiendo airadamente explicaciones al Comando Miranda y a VTV, por haberles asegurado lo contrario durante meses. Globovisión, voy a decirlo crudamente, los engañó. A conciencia. Una cosa es generar espectativas de victoria para provocar entusiasmo en sus seguidores, una práctica muy común en cualquier campaña, y otra muy distinta crear ilusiones poco realistas, manipular encuestas de modo burdo, dudar de la existencia de personas que avalaban estudios de opinión que no les resultaran de su agrado (3), dar voz a irresponsables (4) que sin fundamento preparaban un levantamiento ciudadano contra un supuesto fraude que ellos sabían no iba a producirse, utilizar los estadios de béisbol como encuestas significativas, etc. Los manipularon, y el 80% de la frustación y amargura que ustedes sienten ahora no es culpa de Chávez, ni de Fidel Castro ni del presidente iraní: es culpa de unos medios de comunicación tendenciosos, mentirosos y manipuladores que los han manejado a su antojo. Créanme, cuando se den cuenta de esto, se indignarán y exijirán una explicación. Discrepo en que el gobierno tenga que tomar cartas en las irresponsabilidades de Globovisión y RCTV: a riesgo de resultar ingenuo, creo que la propia oposición es la que debería reaccionar.

* Purguen sus filas. Purgar es un verbo feo porque nos recuerda a Stalin. Pero realizar una purga moral -no política ni física- dentro de sus filas les ayudará a permanecer unidos. Piensen que muchos de aquellos en los que han depositado su confianza en estos años -Rafael Poleo, William Ojeda, Pablo Medina, Globovisión casi al completo...- los han llevado de derrota en derrota. Ahora han conseguido una aparente unidad y un número nada insignificante de votos. Créanme, si siguen por la senda disociada que marca esa gente, su unidad se hará añicos en menos de un mes. ¿O es que quieren regresar a lo que Mari Pili Hernández llamó acertada y gráficamente "saco de gatos"? Mi opinión es que les da miedo formar una oposición responsable, porque temen que eso sirva de "ayuda" para el proyecto bolivariano, por eso les cuesta tanto asumirla. Construyan una oposición cuya primera meta sea mejorar el país, no tumbar el gobierno.

* Revisen la historia. Ésta es difícil de aceptar, lo sé, pero habiéndose demostrado que este domingo la victoria de Chávez fue clara y contundente... no me negarán que la teoría conspirativa del "fraude" en el revocatorio del 2004 pierde la fuerza que pudiera tener todavía entre bastantes de ustedes. Suena surrealista que Chávez haya ganado prácticamente todas las elecciones con un porcentaje similar (alrededor del 60%) desde 1998 y uno tenga que creerse que -oh casualidad- en el 2004, durante un brevísimo lapso, ese porcentaje se invirtió. Eso nos llevaría a creer que varios millones de votantes "robados" entonces ahora decidieron votar por Chávez. Reflexionen al respecto, y admitan que esta victoria oficialista en el 3-D debe dejar bastante claro que el "fraude del 2004" no tiene cabida ni en una obra teatral de Eugene Ionesco.

* No se desesperen. Anoche vi a Carla Angola, comunicadora del programa Buenas Noches en Globovisión, visiblemente crispada e irritada. El motivo, además de la derrota "sorpresa" que durante meses ella se había negado como posibilidad a sí misma y a su audiencia, fue la presencia del político oficialista Luis Tascón en su show (Ravell, director de Globovisión, debe odiar a la pobre muchacha: durante la jornada electoral la mandó a vivir desde dentro la fiesta del Comando Miranda, y al día siguiente encima le lleva al programa a uno de los poquísimos -si no el único- invitados chavistas con los que hayan contado). Aunque los presentadores son tres -ella, Kiko y un gordito cuyo nombre siempre olvido- y atosigaron al invitado todo lo que pudieron, la que más perdió los nervios fue ella. Sus gestos y expresiones contrastaban con la joven alegre y esperanzada de la campaña electoral, donde todo eran sonrisas y buenas maneras. Llegó a afirmar lo que pocos debieran afirmar a estas alturas: que los funcionarios públicos decidieron votar por Chávez por miedo a perder su empleo (aunque se repitió en todos los medios, públicos y privados, y de mil maneras posibles que las famosas captahuellas NO violan el secreto de voto). Ella sabe que lo que dijo no es cierto, las autoridades internacionales y la propia oposición han negado que peligrara el secreto del voto en Venezuela y si, tal como ella afirmaba, algún funcionario amigo suyo votó por Chávez por "miedo", en tal caso fue culpa de la propia Globovisión, que durante todo este tiempo se ha dedicado a asustar a la gente con esa leyenda absurda, para desdecirse cuando la fecha electoral se acercaba. El mundo no se acaba por la nueva victoria de Chávez. No se acabó en estos años, ¿por qué habría de acabarse ahora? No se desesperen, continúen con sus vidas, y con su labor opositora si así lo desean. El desespero es muy mal consejero.

* No se vayan a Miami. Por Dios, ¡no lo hagan! ¿Para qué? ¿No se dan cuenta que están renunciando a una vida feliz en su propio país? Probablemente allá tendrán que iniciar todo desde cero, su nivel de vida será peor (abandonarán un buen empleo aquí por uno peor allá) y encima cambiarán la angustia política que les crean los medios privados venezolanos, por la angustia política que les crearán los medios miameros (que son más irreflexivos, más fanáticos y más disociados que los de acá). No cambien de escuela a sus hijos. No dejen a parte de sus amigos y familia detrás. No sigan los consejos de los mismos que los han engañado en estos años. Venezuela necesita a todos los venezolanos que sepan aceptar las reglas democráticas. La mayoría de ustedes están entre esas personas. No se dejen envenenar y no tomen decisiones drásticas y alejadas de la realidad. Sigan esta rutina: cada vez que se les plantee la posibilidad de ver Globovisión o de realizar cualquier otra actividad (dar un paseo, ir con su pareja al cine, jugar con sus hijos, estudiar un idioma...) escojan siempre la segunda opción. Se darán cuenta en menos de un mes que su vida no es la horrible pesadilla que les hace ver la TV, y que pueden ser perfectamente felices en su propio país, gobierne quien gobierne.

Hasta aquí mis consejos. Sé que muchos podrán señalarme agriamente con el dedo, haciendo hincapié en que algunos de estos consejos son válidos para los que apoyamos al presidente Chávez. Es cierto. Pero existen una diferencia fundamental: la oposición perdió, el gobierno venció. Este proceso, con todos sus defectos, cuenta con el apoyo de la mayoría, y aunque no duden que los que lo apoyamos trabajaremos por corregir sus numerosas deficiencias, y al menos yo señalaré lo que no me guste, los que realmente deben replantearse muchas cosas son ustedes, que empiezan a afrontar de una vez el hecho de que son minoría en el país. Y si me he molestado en escribir esto para aconsejarles, es porque soy un firme convencido de que un país necesita no sólo un buen gobierno, si no también una oposición a la altura.

(1) http://youtube.com/watch?v=ZlXZS2zm7YM
(2) http://youtube.com/watch?v=2Y_LUgFPvak
(3) http://youtube.com/watch?v=gYc7lVYUsu4
(4) http://youtube.com/watch?v=UT02dOmjb1s

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Okrim Al Qasal


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