Definitivamente en los medios de la oposición la cursilería, la ridiculez y el descaro siguen a la orden del día. Ahora resulta que al candidato que le han dado la mayor paliza en proceso electoral alguno en Venezuela, “obtuvo un triunfo político, en medio de una derrota electoral”.
Para granielito, el matacuras, Teodoro y toda esa chatarra periodística que plena los medios, manuelito es ahora el líder que aglutinó a una oposición disminuida y dispersa, el demócrata que reconoció con hidalguía su derrota y el valiente que asumió el reto de enfrentar en desventaja al “tirano” Chávez.
Allá ellos en su empeño por continuar engañando a sus seguidores y allá aquellos que se dejan engañar. La verdad es que no puede calificarse de demócrata a quien decide participar en un proceso electoral y desde la partida comienza a ofender al arbitro, calificándolo de vendido. Manuelito sabía que era imposible hacer trampas, sabía que las captahuellas no vulneraban el secreto del voto, sabía que era innecesario auditar el 100% de las urnas, sabía los resultados de las auditorías y conocía la opinión de los observadores internacionales; sin embargo, ofendió y descalificó al CNE hasta el cansancio. Aún en el momento de reconocer su derrota, dejó colar la puñalada contra el arbitro, al afirmar que la diferencia de votos era mucho menor que la anunciada por el CNE.
Mentiroso, manipulador, irrespetuoso y antidemócrata son los únicos calificativos que pueden dársele a quien sostenga una postura tan vil.
Por otro lado, hay que ser bien pendejo para creer que gracias al liderazgo de Rosales, la oposición es ahora una fuerza organizada y compacta. Si hubiesen lanzado de candidato a un mono, por el mono hubiese votado esa masa de antichavistas a la cual los medios hoy les hace decir que no hay condiciones para participar en un proceso electoral y mañana, con las mismas condiciones, les hace participar.
No se requiere de virtudes, de formación intelectual, de un programa de gobierno ni de amor por la patria para capitalizar los votos de la oposición. Sólo se requiere ser antichavista y contar con la bendición de los dueños de los medios.
En un mes los de Primero Justicia y el MAS comenzarán a trabajar para evitar que el partido de Rosales se quede con su gente. Si los dueños de medio no intervienen para presionar a los dirigentes de esos partidos, veremos que tanta capacidad de liderazgo tiene Rosales… le vaticino un descalabro.
En cuanto al reconocimiento de la derrota, conveniente es aclarar dos cosas: La oposición manejó siempre la posibilidad de gritar fraude y llamar a la desobediencia civil; pero eso exigía que manuelito asumiera la responsabilidad, y todos sabemos que al filósofo maracucho le tiembla la voluntad cuando de asumir riesgos se trata.
Por otro lado, la garantía de transparencia del proceso electoral dada por los observadores internacionales, la amenaza del Presidente de darle en la madre a los medios si se pasaban de la raya y la poca disposición de los seguidores de Manuel a confrontar en la calle al pueblo chavista; no le dejaron otra opción que decir lo que dijo.
En lo que a la valentía se refiere, creo innecesario abundar en explicaciones; todos sabemos lo que le ocurre al gobernador del Zulia, cuando tiene que enfrentar las consecuencias de sus actos, allí está la historia reciente para los que tengan dudas.
Manuel fue candidato no por valiente, sino porque su ignorancia y ambición lo hacían el ideal para ser manejado por la oligarquía y sus amos del norte.
Por último, lo que sí quedó demostrado, sin lugar a dudas, es que manuelito engaño a sus seguidores con encuestas chimbas, hizo uso de propaganda subliminal para manejar el subconsciente del electorado, ofendió al pueblo llamándolo parásito y atentó contra la moral y la imagen pública de funcionarios que trabajaron con honradez e imparcialidad. Como si fuera poco, dejó constancia de su pobreza intelectual y de su capacidad par decir disparates.