La unidad de la oposición democrática -¡qué se le va a hacer!- sigue siendo una aspiración de vastos sectores de la sociedad venezolana. No importa que se razone que la unidad posible y eficaz es aquélla que comienza por el deslinde con las estrategias extremistas y los grupos que las promueven, que la unidad que importa es la del país todo y no sólo la de la oposición, que la unidad no puede ser un fin en sí mismo, que la unidad no es por sí misma una política sino el instrumento de una política, y un sinnúmero de otros argumentos. Siempre está allí el sustrato unitarista, deformado o no. Que no haya unidad, mueve a la desmoralización, a la desmovilización y, también, a la abstención. De hecho, el abstencionista militante tiene éxito más que por convencer de las virtudes de esa nada que propone por estrategia, porque ocasiona ese desencanto al que aludimos... y como resultas, la gente no vota.
Con base en esta constatación real, se me ocurre proponer, aunque sólo sea para animar un debate a este respecto, los términos de lo que podría ser un
Acuerdo Unitario de la Oposición Democrática que estimule las coincidencias estratégicas a pesar de las divergencias tácticas. En otras palabras, el acuerdo de quienes postulamos explícitamente que el cambio político que animamos es democrático, pacífico, constitucional, civil, progresista y soberano, aunque en determinadas circunstancias unos consideren que se debe votar y otros que no o que se puede acudir a dialogar con el gobierno y otros que no.
Un pacto a puertas abiertas del centro democrático, pero dentro de unos parámetros como los antedichos que el acuerdo delimitaría. Obviamente -dialécticamente, diríamos- esta unidad supone a su vez un deslinde: quedan excluidos quienes creen que la resolución de nuestro conflicto interno debe ser por la fuerza, llegando a contemplar y promover una intervención militar extranjera de nuestra patria. Vente, ABP y adláteres, favor abstenerse de acudir a este convite.
Así, redacté esta pormenorizada propuesta que copio a continuación in extenso para la lectura de quien esté interesado en profundizar en el tema y que he circulado entre diversos factores partidistas, civiles y sociales en el campo opositor. Como tuve ocasión de escribirles a algunos amigos a quienes se la consulté, el propósito es sólo sensibilizar a los actores de la oposición democrática para un debate necesario, sugiriendo una perspectiva más compleja que la simple y precaria dicotomía de unidad de todos o división. Ojalá haya cumplido su cometido.
Propuesta de
ACUERDO UNITARIO DE LA OPOSICIÓN DEMOCRÁTICA
1. Compartimos que la resolución del conflicto político que padece Venezuela debe lograrse mediante métodos democráticos, pacíficos y electorales.
2. Siendo que la ruta electoral está sometida a condiciones que pueden favorecerla o restringirla, cuando a este respecto hayan divergencias acerca de si participar o no en unos comicios determinados, acordamos:
• Cuando algún factor de los que suscriben este Acuerdo Unitario considere que no están dadas las condiciones para su participación, así lo proclamará, sin por eso desmerecer a quienes sí participen ni hacer campaña activa a favor de su política abstencionista, excepto dejar conocer sus críticas a las condiciones.
• Tratándose de un derecho humano y constitucional, los partidos que decidan no participar de los comicios no tomarán medidas disciplinarias contra aquellos de sus militantes que decidan votar.
• Los factores que decidan participar, lo harán sin denostar de quienes no lo hagan, manteniendo siempre el respeto fraterno entre unos y otros.
3. Compartimos que la ruta democrática implica consustancialmente el diálogo y la negociación de los factores de oposición con el gobierno. Siendo así:
• Cuando algún factor considere que no están dadas las condiciones para sostener un diálogo fructífero, dejará saber sus razones pero no cuestionará el derecho de otros a sostenerlo.
• Los factores que participen de negociaciones con el gobierno informarán a quienes no participen de sus desarrollos. Esa información se hará mediante reuniones especiales convocadas a los efectos, con frecuencia nunca menor de dos semanas.
4. Compartimos que el cambio político en Venezuela debe darse por métodos pacificos:
• Las protestas políticas y sociales organizadas por la oposición serán siempre pacificas. A tales fines, se evitará en su organización la confrontación con las fuerzas del orden.
• Las protestas políticas y sociales organizadas por la oposición estarán motivadas mediante declaración conjunta que se hará del conocimiento público con participación de todos.
• Cuando durante alguna manifestación pública se produzcan hechos de violencia, los mismos serán siempre rechazados por la oposición democrática.
• Si los hechos de violencia son causados por los organismos de seguridad del Estado, los mismos serán denunciados conjuntamente ante los órganos pertinentes tanto en Venezuela como en el exterior.
• Si se determina que los hechos de violencia fueron provocados por factores de oposición, nos deslindaremos de ellos sin indulgencia alguna.
• Conformaremos un comité conjunto de seguimiento de los derechos humanos, políticos y civiles, económicos, sociales y culturales y de las manifestaciones públicas.
5. Compartimos que el cambio que propiciamos es civil:
• Proclamamos que no buscamos soliviantar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, a la que expresamos nuestro respeto político e institucional.
• Siendo la institución militar un órgano necesariamente político pero no partidista, esperamos tener con ella una interlocución fecunda sobre asuntos de común interés, sin injerencia partidista alguna.
• Creemos que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana será un factor determinante en el proceso de transición de un régimen autoritario a una democracia plena, resguardando la seguridad interna, la voluntad del pueblo soberano y la soberanía de la nación.
• Enaltecemos el orgullo por nuestra herencia bolivariana y libertadora, y reconocemos a todos quienes en la institución militar la han promovido, desde posiciones de mando civil o militar.
6. Los factores que suscriben se comprometen a adoptar, con independencia de las divergencias tácticas, un programa mínimo común que tendrá por parámetros los siguientes:
• La defensa de la democracia como sistema, es decir, de los valores propios de la democracia representativa, como son la independencia de los Poderes Públicos, la pluralidad, la alternancia republicana, etc., y de la idea de participación directa del pueblo soberano en ejercicio constante de su soberanía mediante el referendo, los cabildos abiertos y demás instituciones de participación popular y ciudadana.
• La promoción de una economía que tenga al ser humano como centro, de modo que el desarrollo de las fuerzas productivas de la nación, dentro del marco de una economía social de mercado, conduzca al progreso de todos con justicia social, es decir, a la democratización de la riqueza mediante la implantación de un Estado de bienestar eficaz, que garantice los derechos esenciales a la persona humana como la vida, el trabajo, la salud, la educación, la seguridad personal, la seguridad social, el ambiente y unos servicios públicos eficientes.
• La promoción de una política internacional independiente y soberana, con respeto y sin desplantes infecundos hacia todas las naciones del concierto internacional.
7. Proclamamos que el cambio debe ser soberano, conducido por y entre venezolanos, sin tutelajes ni injerencias externos:
• Los factores que suscriben rechazarán públicamente las sanciones unilaterales a Venezuela.
• Sólo aceptaremos las sanciones de otros Estados contra particulares venezolanos cuando se les impute delitos cometidos en otro territorio, y en cualquier caso exigiremos el respeto al debido proceso. Los delitos cometidos por connacionales en nuestro territorio deben ser sancionados por nuestros órganos jurisdiccionales.
• Rechazamos de modo terminante la consideración siquiera de propuestas de intervención militar extranjera para resolver nuestros conflictos internos y así lo dejaremos saber en declaración conjunta dirigida a todos los organismos multilaterales y gobiernos del mundo.
8. El cumplimiento de este Acuerdo será monitoreado por un comité de coordinación integrado rotativamente cada seis meses por tres respresentantes de igual número de organizaciones, procurando siempre la cabal expresión de toda la pluralidad de la oposición democrática.