Economistas i humor económico

Leyendo lo que dicen sobre los economistas pro-imperio, la gente que los entrevista, los comentarios sobre envidias, afirmaciones falsas o las intervenciones serias i bien razonadas como la de mi admirado amigo, Tobías Nóbregas, i comparadas con la de fanáticos, dogmáticos i obnubilados religiosos como Megaterio Gómez (perdone que le cambie el nombre, pero este le viene mejor que el parecido suyo) quien parece que se graduó en Filosofía, pero en una universidad católica que apenas andan por los siglos del trece al dieciséis, que lo imposibilita para percatarse siquiera que vive en el siglo XXI. Por eso vemos que para los economistas en general, he nombrado un extremo bueno i cuerdo i otro dogmático i medio loco, por no ponerlo del todo orate. En consecuencia surge otra vez la pregunta que le hice en un Foro en el Banco Occidental de Descuento, en Maracaibo, al joven economista norteamericano William Schatt (no recuerdo bien el nombre i cuando escribo, casi nunca voi a consultar otros escritos o libros): ¿Por qué los economistas jamás están de acuerdo i ante un problema económico-social, nunca, ni siquiera dos coinciden? Eso a mí, que lo que he estudiado es filosofía de las matemáticas, me parece paradójico, pues desvirtúa por lo menos la aproximación a la perfección que tiene la matemática o en plural. El “andamiaje de las matemáticas” ha evolucionado o crecido tanto que, muchos creen que no tiene casi conexión o relación con la realidad, pero eso se ha demostrado que no es cierto i los cálculos para los viajes espaciales, los satélites, o los pronósticos económicos, prueban lo contrario i tienen casi una certeza prodigiosa.

Empero, como se dice, las matemáticas i las estadísticas “dan para todo” se valen de eso los economistas dogmáticos o comprometidos con intereses transnacionales para disimular o propagar falsedades i apariencias. Eso se sabe hace siglos i hasta los Juegos Lógicos o Matemáticos de Lewis Carrol (el sacerdote i matemático de Oxford Charles Dodgson) autor de Alicia en el País de las Maravillas, así como juega con relojes, conejos o naipes, reyes, reinas i subditos alocados, para asombro de la niña, demuestran que la lógica i las matemáticas dan para todo, como antes El Hombre que Calculaba, pero la finalidad es mostrar el ingenio, la belleza oculta de las matemáticas o de los números, pero jamás para engañar o aterrorizar. Sin embargo, algunos economistas de la oposición, para citar uno serio pero dogmático i disociado, i otro, politiquero, hablachento i para mí medio bruto, tendría que nombrar a Megaterio i a Teochoro. Sus apreciaciones económicas se me antojan como la resolución de un silogismo por Carrol, cuya solución no tiene interés i sólo produce un bostezo.

Volviendo a lo expuesto al principio con mi interrogante a Schat, este me respondió (ya lo expuse una vez): “Le voi a contestar con una anécdota. Cuando fui asesor de Brézhnev en Rusia, éste me dijo “Tengo cien (100) guardaespaldas i me han dicho que uno es un infiltrado que puede asesinarme; el problema es saber quién es ese traidor. Cuando fui asesor de Pompidou en Francia, éste me dijo que tenía cien amantes i que le habían hecho saber que una tenía Sida; el problema era saber cuál era la que tenía sida. I finalmente, cuando fui asesor del presidente Bush padre, en los Estados Unidos, este me dijo que tenía como asesores cien economistas i que el problema radicaba en saber, cuál es el cuerdo.” Creo que aquí, tendremos que ingeniarnos para aclarar la situación, aunque resulta más fácil, pues lo no cuerdos están todos en la oposición irracional, alarmista i golpista que tenemos, en la parte radical de ella, además benditos por la cúpula de la CEV, especialmente por el mafioso Porras i el disociado Lückert quien respetuosamente recomendó a Chávez, irse a Nicaragua en cayuco. Lückert lo que debe tener es cortedad económica particular, pues algunos “fieles” decían en Cabimas que amaba tanto a Bolívar, no en la historia por su vida i obra, sino en la cara de la moneda, que le sacaban chistes económicos o de negocios financieros, como el que referí una vez (i se lo he contado a él personalmente conversando en un festival, acompañados del inglés Jhonny Walker, allá en San José de la Matilla). “Cuando se restauraba o reparaba la Catedral de Los Puertos de Altagracia, el párroco que administraba las obras, le llamó para plantearle a Roberto mi tocayo (i también de Hernández Montoya i Malaver que lo podía incluir en “Los Robertos”) Monseñor, aquí está una pareja ya de la tercera edad, mui católicos, mui buenos i adinerados, que me han dado un millón de bolos para la iglesia, i dicen que habrá más; pero quieren algo que no se puede hacer jamás: no tienen hijos sino una perrita pequinesa mui querida i ¡quieren que se la bautice! El Monseñor se quedó pensando un rato i le preguntó: ¿Cuánto fue que te dieron? ¡Un millón Monseñor! Lückert volvió a callar pensando, i de seguida le dijo: ¡Padre, bautícela i dígale que el domingo tengo aquí confirmación!

Como vemos, el país tiene una bonanza económica i una prosperidad que no se puede ocultar, pero para los economistas de oposición, todo es un espejismo; para el mantenido Marcel Granier, el país se está cayendo a pedazos, i para Oswaldo Álvarez Guerra, serio competidor para el concurso de los que no pegan una i todavía no se ha arrojado “Desde el Puente”, vamos hacia el comunismo, iniciando con el castrocomunismo. Es un disociado, que igualmente tiene su buena clientela de disociados aterrorizados. Lückert lo bendiga i le devuelva el segundo apellido.

robertojjm@hotmail.com




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Roberto Jiménez Maggiolo


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