Así lo llaman en La Razón, “Cabeza e´ corcho”, a Agustín Blanco Muñoz, de los más grandes habladores de sandeces de Venezuela. Casi nadie le presta atención y seguramente estará muy contento por esta reacción nuestra a su última bazofia. Pero bueno, de vez en cuando hay que ser generoso hasta con los corchos... Este Blanco Muñoz fue comunista como Gloria Cuenca, como Teochoro, como Pompeyo, y últimamente me han dicho que está haciendo trámites para inscribirse en COPEI, cosa muy triste, si nos remitimos a aquel verso de Andrés Eloy Blanco:

Cosas que no son de ley

siempre resultan un fiasco:

mujer orinando en frasco

y negro inscrito en COPEI.

Pero “Cabeza e´ corcho” ha dado otro paso al frente y está deprimido por las acciones revolucionarias de Chávez, y en el más racista de todos los periódicos de Venezuela, en El Universal, él siempre vierte sus luengas y fastidiosas lloronas. Pocos seres se han cagado tanto por las medidas que emprende Chávez que “Cabeza e´ corcho”. Si el ex presidente de Fedecámaras Carlos Diarrea Fernández huyó a Miami en estado catatónico para tratarse sus tembladeras, lo de “Cabeza e´ corcho” ya es de leyenda, de delirio. Qué feo es ver a “Cabeza e´ corcho” gimotear como una vieja plañidera cuando dice que Chávez “quiere demostrar que en Venezuela se hace lo que él cree, lo que dice y cuando él lo dice sin que exista alguien capaz de detenerlo".

Pero lo que más preocupa a “Cabeza e´ corcho” es que Chávez pueda meter presos a algunos empresarios, ¡qué crimen!, y no se explica cómo fue posible que la masa le diera el 3-D un cheque en blanco: "Lo que pasa es que después de las elecciones de diciembre se siente guapo y apoyado. Chávez ahora amenaza para que se sepa que esta es una revolución pacífica que está dispuesta a tomar medidas violentas más profundas. Es la intimidación en su máxima expresión para que se sepa que puede hacer lo que quiera".

En lo que terminaron estos “revolucionarios”, que creían que la revolución es soplar y hacer botella. Todavía da risa cuando a “Cabeza e´ corcho”, un movimiento de jóvenes lo proclamaron rector de la UCV y el pobre hombre salió como Carlos Chorrera Fernández, dando explicaciones de que él era un hombre decente, correcto y serio. Tenía que serlo, porque de otro modo jamás El Universal le hubiese permitido escribir o aparecer como “gente” en sus páginas.

Blanco Muñoz es el Michel Jackson de nuestros políticos. Nunca un negro, ni siquiera Manuel Cova, se esmeró tanto por emitir juicios correctos, parecidos a un blanco de alcurnia, que alegraran a la aristocracia criolla. “Cabeza e´ corcho” ha hecho lo imposible por convertirse en la Mamá Dolores de los empresarios, y llama a Marcel y le dice que el error estuvo en acudir a votar para legitimar al ogro en el poder. Con sus ojos aguados, con su boca torcida y su rostro plagado de arrugadas como incógnitas, remata: "Todos dependen del Ejecutivo… En ese discurso se demuestra que todos los poderes son para el nuevo Napoleón o el nuevo Luis XV, es el poder absoluto para Chávez. Ni siquiera un Páez o un Gómez. Ya nos podemos olvidar de separación de poderes; eso no existe. Lo que existe es un proyecto internacional con conexiones claras: Cuba, que se extiende a Nicaragua, Bolivia y la resurrección del cadáver de socialismo del siglo XX". Qué barbaridad, ¿cómo puede resucitar algo que aún no ha nacido? Pero así son todas las imbecilidades de “Cabeza e´ corcho”.

“Cabeza e´ corcho” ha confesado que él es un cerebro que está decididamente opuesto a fugarse, porque lo necesitan las dos terceras partes de Venezuela. Que si él se fuga, ¿quién después lo va a traer si lo contrata la NASA o lo hacen profesor emérito Harvard o MIT?

La cosa es grave, y “Cabeza e´ corcho” amenaza con flotar en este mar de animales y de vacuos hasta más allá del 2031. Bueno, allá él que se arriesga a vivir en este “mar de la felicidad”. Son sus vainas.

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