Hablando de valores i un clásico mentiroso de la política como Petkoff

Con suma frecuencia entre políticos i politiqueros, escuchamos hablar o mencionar la palabra VALOR, término que tiene distintas aserciones, la más conocida o empleada “utilidad o precio de bienes materiales” o con mayor aproximación a lo que significa filosóficamente, “la dignidad o mérito de las personas”, porque conlleva los conceptos de preferencia o elección. El uso filosófico del término “valor” comienza sólo cuando su significado se generaliza para indicar, según expone Nicolai Abbagnano “cualquier objeto de preferencia o selección; lo que ocurre por primera vez con los estoicos, quienes introdujeron el término en el dominio de la ética y denominaron valor a LOS OBJETOS DE LAS SELCCIONES MORALES. Por eso la consideraron también “Toda contribución a la vida, conforme a la razón”.

Esto resulta interesante, no solamente por lo moral o ético, sino por su hermosa contribución a moldear la personalidad del hombre como ciudadano del mundo. Por eso Cicerón cree que es “lo conforme a la naturaleza o lo digno de la elección”, entendiendo lo “conforme a la naturaleza” como “lo que debe ser elegido en todos los casos, o sea la virtud”. Aquí agrego lo que he dicho se me ocurrió en mis clases de ética médica, o sea “virtud es virtud, puesta a prueba”. Siempre pensé que un monje encerrado en un convento, no es ningún virtuosos si se esconde de las tentaciones del mundo, aunque no basta el encierro o pretendido aislamiento junto con dios, porque la Conferencia Episcopal Venezolana es precisamente la prueba contraria: encierro sin virtudes de dignidad personal, i exclusión de dios.

Sin embargo, como estas son consideraciones –las citadas de los estoicos i de Cicerón- veamos que en el mundo moderno (Edad Moderna) las cosas van profundizando o cambiando, hasta llegar, por ejemplo a Hobbes, quien definía “el valor o estimación de un hombre –según dice- como el de todas las demás cosas, su precio; es decir, tanto como sería dado por el uso de su poder” i sigue la extensión del término para indicar no solo el BIEN sino también lo VERDADERO i lo BELLO. Esto naturalmente se debe a los kantianos i en primer lugar a la dirección psicológica del kantismo. A ello agrega Windeband la idea conjunta VALOR DE VERDAD i VALOR DE BELLEZA.

Entramos, pues, en los dominios de la ética como reflexión filosófica de lo moral i pensamos que como el mismo lenguaje, lo moral o lo ético, son una adquisición cultural. Ni Tarzán habría aprendido el habla –vean el caso de la mujer salvaje descubierta en estos días, que se perdió a los 8 años, e incluso olvidó igualmente el poco lenguaje adquirido- i así, los políticos sin formación de hogar (mos: del latín costumbres; ethós: del griego, costumbres) o en los estudios no adquirieron o no tomaron de sus maestros i profesores, lo elemental para una formación ética. Confunden instrucción con educación, pueden tener conocimientos, pero carecen de virtudes. Por ello los capitalistas pueden saber muchísimo de cómo hacer dinero, monopolios i oligopolios, pero carecen de toda sensibilidad para comprender la realidad o tratar al prójimo, lo que realmente los hace tan salvajes como Tarzán o esa niña aparecida como salvaje.

Empero, en el cine nos mostraron al Tarzán tan incorporado a la civilización, que terminó visitando Nueva York i usando computadoras, además de saber hacerle el amor a Jane. La parte creativa de ellos es para el engaño de los pobres diablos que vivían en su patio trasero. Saben como engañar i sobre todo cómo conquistar conciencias i por eso, estos sujetos híbridos de nuestra política como el mejor ejemplo, TEODORO PETKOFF, guerrillero i ultra izquierda ayer, i payaso i ultraderecha hoi, nos enseña que igualmente aprendió el “arte” del plagio de ideas; ayer eran del Ché i de Mao, hoi son de algún rinoceronte del imperio o de un lacayo arrastrado del patio trasero. Dinosaurio i sabandija al mismo tiempo, un “Dinodija” que bien califica Hugo Ibarreto con el suave calificativo de “Teo el copión”. No es un plagiario. Lo bueno es cuado lo califica como un Clásico tramposo Política. Un verdadero Clásico, tránsfuga i mentiroso de la politiquería barata. ¡Hasta cuándo toman en cuenta a esta basura humana!

robertojjm@hotmail.com


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Roberto Jiménez Maggiolo


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