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"¡Yes, yes, yes!" Barbie Maricori va imparable en su proyecto de coronarse como candidata única de la oposición enferma y desquiciada de Venezuela. De Barbie a barbarie no media ni un paso, pero así son ellos, los que aman las guarimbas, las quemas de negro o chavistas, el amor a los "Rastrojos" y chulos ambulantes como Guaidó, Smolansky, Leopoldo López, Del Veccio, Julio Borges y demás asquerosos canallas de Los Wild Bunch, made in of USA.
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Está corriendo como pólvora por balnearios, discotecas, areperas, saunas, centros comerciales, bares y centros de entretenimientos, que Maricori será habilitada por el CNE, "una decisión del régimen que tiene que ver con la reanudación de los diálogos en México". Eso dicen, eso riegan por los medios, todos en coro a punto de alcanzar el orgasmo 3.777.398.202 de los últimos siete años.
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Las redes están que estallan en ese emporio de la disipación y el bonche perpetuo: "¡María Corina sí va!". Así también lo certifican personajes de la farándula. Lo husmean, lo perciben y lo intuyen tipos como Orlando Urdaneta, Claudio Nazoa y Laureano Márquez, entre los que sueñan cada hora, cada segundo con la Venezuela del whisky caro y del bueno, la del caviar para los perros, los bailes a lo Travolta en La Castellana, los saraos todos los miércoles con empresarios de altura en la Lagunita Country Club.
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La Venezuela aquella de los eternos "CANGREJOS", la de los crímenes horrendos que nunca se resolvían, resumidos en el libro aquel de "CUATRO CRÍMENES CUATRO PODERES" (de Fermín Mármol León), al de los militares corruptos, la Iglesia, de los empresarios y la de los políticos de partidos, y aquel otro impresionante DICCIONARIO DE CORRUPTOS de la VI, de Capriles Ayala.
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Si, porque en los mayameros se produce un sueño americano al revés, resulta que lo de ellos es querer volver a la Venezuela Saudita, a la del "está barato dame dos", a la del derroche imparable, a la de las barraganas como Cecilia Matos y Blanca Ibáñez; a la Venezuela de aquellos "próceres" como Carlos Andrés Perez y Jaime Lusinchi, Pedro Tinoco, Vinicio Carrera, el borrachito de Carmelo Lauria, Arturo Sosa, José Vargas, Eleazar Pinto…
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Sueñan los mayameros con sus dos tierras amadas, la de su terruño con grandes jaladeras de caña y la de Disney para que sus niños estén siempre a la moda del último grito de las virguerías gringas, se parezcan a los gringos, sean "bellos" y "prósperos" como los gringos.
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Eso es todo lo que promete la Barbie Maricori, a eso quieren volver, por eso sudan, chillan, se contorsionan y bailan al son que les monta los bellos supremacistas como Trump…
