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La oposición se imagina que Edmundo, con sus inmensos poderes, descendiendo del cielo, cual Superman, el 28 de julio, logrará liberarlos del comunismo y trasladarlos al paraíso de cuando eran felices y no lo sabían. Imagina esa oposición en sus sueños que aquí, a partir del 28-J, en santa paz y armonía, en un espabilar de loro, se logrará esa fase del progreso y desarrollo que los de su clase afanosamente vienen buscando desde hace 125 años. Que María Corina domeñará a Rosales y a Capriles, meterá por el carril de sus personalísimos pareceres a Leopoldo López y a Julio Borges, al Vecchio y a Guaidó…; que los Guanipas, Andrés Velásquez, Delsa, Pérez Vivas y William Dávila, cual domeñadas hienas, se dedicarán sólo a sembrar papa en los páramos merideños, y que toda esa jauría de enfermos contumaces como el Rafael Poleo y su hija, el Matacuras, el Marcel Granier, el Miguel Ángel Rodríguez…, regresarán recataditos, para implantar sus virtuosos, enjundiosos y ilustrados conocimientos en sensatos programas de televisión, tal cual como los que tuvimos durante la IV República.
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La oposición se imagina un Edmundo, moviéndose como el rayo, impartiendo mensajes estremecedores al por mayor, dirigiéndose a las Fuerzas Armadas, a los poderes del Estado todos, a la portentosa Asamblea Nacional para revolcarlo (o revocarlo todo), incansable, astuto, agudo, diestro, ágil, convincente, certero… todo agitándose como un estadista, una masa unida de virtudes, compacta, coherente, absolutamente formal e institucionalista.
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Al lado de estas observaciones, pues va uno por las calles interrogándome, ¿qué nos reservará el 28-J? Va viendo uno la realidad, lo que tiene, con lo que cuenta que es bastante: la grandiosidad del cosmos tan cambiante y pleno de gloriosas señales: nuestro pueblo hermoso, inteligente, bondadoso y delicado. Y de repente me viene a la memoria esos pavosos que siempre han maltratado a nuestra patria con sus fatuidades intelectuales, por ejemplo, ¿de dónde carajo sacó don Francisco Herrera Luque que Venezuela es un país enfermo, y que por culpa de todo el vertedero de lacras y miasmas que trajeron los españoles, nosotros estamos irremediablemente jodidos, malogrados, y que, por ende, tendremos que ver a los europeos y los gringos como los mejores integrados en sus perfecciones físicas y mentales? Eso es totalmente ridículo: en cada gringo y en cada europeo hay un Hitler encaletado, un asesino en serie, un sicópata, un monstruo con una poderosa máscara de civilizado y decente. Nosotros somos mil veces más sanos que los gringos y los europeos, mil veces más nobles, mil veces más sencillos y bondadosos y mil veces más sabios. Nuestra tierra, esta tierra bendita y sagrada, consigue transformarlo todo en lo humano para bien, cuanto llega a poseer lo convierte en arte, en sublime poesía, en canto y en revelación divina. Ahí están nuestros indígenas, cuya cultura y sapiencia vienen tan bien expresadas en esa obra sublime, poética y profundamente virginal e impoluta llamada "Watuna", de Jean Marc De Civrieux.
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Escribe Herrera Luque, simplezas con apariencias de turbiedad profundad, como: "Dos hechos creo encontrar, después de ardua y profunda investigación, que explica la INMADUREZ DEL VENEZOLANO: en primer lugar, la existencia entre nosotros, como creemos demostrar, de algunos RADICALES DE INDESEABILIDAD BIOLÓGICA, que triplican las constantes habituales de los países europeos. En segundo lugar, una serie de factores NEGATIVOS, que incidieron en los primeros tiempos de su historia, provocándose, al igual que el neurótico, una fijación, a un tiempo diferente al que le corresponde, con lo cual sus mecanismos de adaptación, objetivización y superación de los problemas resultan inadecuados por anacrónicos". Quién puede sacar algo en claro de tamañas galimatías. Y pensar que los libros de Herrera en Venezuela batían récord de ventas, provocando enorme confusión y hasta cretinismo en tantos lectores que lo llegaron a tomar en serio. Hay que ver los daños morales que causan esos malos "escritores", "investigadores" o "poetas".
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Don Edmundo González Urrutia no es venezolano en el sentido de nuestra identidad, él, como hemos visto, rechaza a negros e indios, a nuestras mujeres (a las cuales califica de "cucharas") siendo éstas lo más perfecto de la creación humana. Don Edmundo González-Urrutia es uno de esos centrifugados del Puntofijismo que más han vivido fuera que dentro del país. Bueno, con razón, vemos que el Urrutia es de origen vasco, y se remonta a los conquistadores González-Urrutia que llegaron a América en plan de conquista y colonización, y nada más que por eso fue seleccionado y elevado a estrellato del ultra-derechismo (más que todo como pendón) comandado por doña María Corina Machado.
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Pero como en la oposición todo funciona a fuerza de cerrazón, con el cazurrismo más obseso, de nada vale que se les den razones a sus simpatizantes, procurando exponerles verdades, en relación con los perversos intereses que sus jefes o directores persiguen. Los más obtusos son los seudo-intelectuales que se creen con derecho a recibir de manera exclusiva todos los bienes de la tierra. En este caso estamos tratando más que todo con problemas de creencias o de fe (reflejados en actitudes de impotencia, obstinación, obcecación, empecinamiento, y pertinaz quejumbre…). No hay opositor en Venezuela que no se exprese quejosamente en política como agredido y vejado, y a la vez con profundos deseos de venganza. Con tal de llevar la contraria al gobierno, ratifican con seguridad absoluta que ciertamente Chávez pidió freír en aceite a los adecos, por ejemplo, que aquí Diosdado dirige el cartel de los soles y hay comandos "terroristas" de Irán y el Líbano trabajando codo a codo con nuestras fuerzas ramadas. Lo malo que se diga del gobierno los opositores jamás lo ponen en duda. No están para eso, para asumir responsabilidades ante la vida o sus principios, ni interesarle si alguien puede conducirnos a una hecatombe, a un caos mundial, provocando así, el exterminio del planeta. Por eso vemos como el mundo está siendo tomado por la estirpe de payasos o frívolos como Bolsonaro, Trump, Macrón, Zelenski o Milei.