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Lo que más aterra a la candidata de la ultra-derecha (es decir, a Estados Unidos y a la Unión Europea) es que, a medida que transcurren los días, la paz en Venezuela se siga consolidando, que la situación económica poco a poco se vaya arreglando, estabilizándose. Venezuela, actualmente, es uno de los países más tranquilos de la región. En el simulacro del domingo vimos a muchos empresarios tanto pequeños como muy bien colocados, asistir a las urnas, confiados en que el 28-J continúe el alentador bienestar que poco a poco se ha ido levantando. No es doña María Corina quien le va a traer seguridad y confianza a la economía nacional. Por el contrario, traerá violencia e inseguridad, preocupaciones y grandes convulsiones, como por ejemplo, se están hoy viendo en Argentina.
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La inflación, como hemos dio viendo, ha sido contenida, como a la vez, el abastecimiento del país en todos sus rublos esenciales. Han bajado a niveles nunca vistos los problemas de inseguridad. Es tal este cuadro que narramos, que nos pinta para un futuro muy cercano una Venezuela que renace fortalecida de sus cenizas provocadas por los bloqueos, asedios, guarimbas y guerra económica. Muchas agencias de inteligencia norteamericana, concuerdan en que el presidente Nicolás Maduro será reelecto el 28-J sin ningún contratiempo. Por esta razón, ejecutivos petroleros y tenedores de bonos creen que Estados Unidos y la Unión Europea deben encontrar una manera de reconocer cuanto antes al Presidente Maduro.
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Así, pues, ya Estados Unidos, se siente pesimista con una oposición venezolana, torpe, estafadora que sólo persigue prolongar su único negocio, el cual consiste en recibir apoyo y dinero para fines partidistas netamente particulares.
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Ya la oposición radical, está anunciando por las redes, que a partir del 15 de julio comenzarán a activarse sus grupos de choques, porque el gobierno tiene programado suspender las elecciones. La idea central de sus movilizaciones la concentran en la violencia. Hablan de quemar las estaciones de gasolina, de que volveremos a quedar sin comida y que cerrarán el paso en calles y avenidas. Que volverá a paralizarse el transporte, que viviremos en medio de grandes apagones y en medio de una severa incertidumbre, "porque es necesario que la comunidad internacional intervenga para contener los planes continuistas de la dictadura".
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Observen que la doña que le mueve la cuna al Edmundo, en su campaña, no habla de cuál será realmente su programa de gobierno. Sólo se dedica, como Milei, a gritar Viva la Libertad, a decir que esto es una dictadura, que no la dejan comer empanadas donde a ella quiera engullírselas (porque entonces cierran el referido local), que le impiden la circulación (lo cual es falso porque anda como Pedro por su casa por toda Venezuela).
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Promete acabar con las Fuerzas Armadas y eliminar CLPA’s y los bonos porque dice que eso es alimentar la flojera. Que hay que privatizar la educación y la salud, porque eso alguien tiene que pagarlo. Idéntico a lo que Milei fue anunciando durante su campaña.
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En cuanto a esa expresión "COBRAR", "Nosotros vamos a cobrar", se refiere a que van a poner en práctica la VENGANZA. Es parte de las fulanas guarimbas encaletadas, sus amenazas perennes. Va a ir contra los chavistas, en el entendido quizás de que el chavismo está mocho y de que éste se va a dejar insultar, agredir y matar como un lisiado o un pendejo.
