El desabastecimiento

Desde que se anunció la no renovación de la concesión a RCT vas se ha venido produciendo un desabastecimiento de productos alimenticios que trae de cabeza a las amas de casa de la llamada clase media que un día tras otro tienen que andar brincando entre los diferentes puntos de suministro que, normalmente, son los auto mercados que abundan en las principales ciudades del país, aunque también se consiguen en núcleos menos poblados, pero casi siempre ubicados en las mejores urbanizaciones de esas ciudades. En condiciones normales a cualquier ama de casa le bastaba con ir a cualquiera de esos centros para aprovisionarse de todo cuanto necesitaba en materia de alimentos, pero ahora no ocurre lo mismo, lo cual ha cambiado la rutina de mi vida. Ahora mi mujer, que es la que lleva las riendas de la casa y siempre se había encargado de la logística del hogar, vive amargada y llega todos los días quejándose, con toda razón, de las vueltas que tiene que dar para conseguir productos de uso diario que han sido retirados del mercado y que apenas llegan vuelan por lo cual mi mujer me ha asignado la misión de que yo me encargue de conseguir la carne y el pollo, lo cual he acatado y cumplido en la medida de que el frigorífico próximo a mi oficina reciba el suministro, por demás infrecuente.

Me cuenta mi mujer las largas colas que se forman en esos auto mercados cada vez que llegan los productos que faltan, los cuales pareciera que los van alternando como en el cuento del infierno venezolano: cuando hay carne, no hay pollo; cuando hay leche, no hay mantequilla; cuando hay aceite, no hay mayonesa, y de granos ni se diga: caraotas, arvejas, lentejas, etc. NO HAY, y la gente protesta y algunas de ellas le achacan la culpa al gobierno. Mi mujer, que no tiene pelos en la lengua y que ya sea por sus modales o su aspecto, unido a su edad, a primera vista todos creen que es escuálida, no vacila en decirles que ese desabastecimiento a quien está perjudicando es a la clase media, ya que en MERCAL se consiguen muchos de esos productos que no se consiguen en los supermercados y, de hecho, en materia de granos nunca hemos carecido de ellos porque la señora que nos asiste en los trabajos domésticos, cien por ciento identificada con el Proceso al igual que su esposo e hijas, nos provee de los mismos cada vez que es necesario y a un precio bastante inferior al de los auto mercados.

Así que el desabastecimiento que está siendo provocado por quienes controlan las empresas que suministran los productos que el pueblo requiere para su alimentación, cuyos líderes no cabe la menor duda que están identificados con la ¡y que oposición! es un bumerang, ya que al final la propia clase media que se hartará de la forma como la han manipulado y hasta la han privado de consumir lo que siempre han consumido en virtud de las ambiciones de algunos grupos de poder económico que se niegan a aceptar que Venezuela es otra y que ellos ¡NO VOLVERÁN!.

lostienelocos@intercable.net.ve


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Ño Leandro


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