Respuesta a Carlos Pacheco

A un pajarito inocente que se las da de disidente

Bueno. Metámonos en la polémica, si de eso se trata. Pero vamos a tratar de que sea útil. Repasemos los hechos.

El asunto comienza en el punto donde anuncié la próxima inauguración de la Imprenta de la Cultura, con capacidad para producir unos veinte millones de libros al año. Días después, el 17 de junio, El Nacional publicó una doble página sobre el tema, recogiendo las opiniones de seis editores y supuestos especialistas.

En el reportaje, firmado por Albinson Linares, se reprodujeron unas declaraciones suyas, Carlos Pacheco, que más adelante comentaré, pero que me parecieron gratuitamente ofensivas.

El 18 de Junio, en el marco de la conversación semanal con los medios, retomé por mi parte el tema de la Imprenta para criticar a El Nacional, por su reportaje desequilibrado y tendencioso.

Dije entonces que fundamentar su crónica en la opinión de seis personas, todas ellas oposicionistas confesas, sin ni siquiera, para disimular y salvar la honra, recoger el criterio de un editor no prejuiciado, me parecía un ejemplo de mal periodismo. Pero que…, bueno…que no se le podían pedir peras al horno donde se cocina la pauta de ese periódico.

En esa conversación fui comentando cada una de las severas opiniones que se formularon contra la imprenta. Traté de hacerlo en tono divertido, para quitarle solemnidad, puesto que me enfrentaba a un ejercicio combinado de descalificaciones intolerantes y surrealistas que no era posible, a mi juicio, tomárselo demasiado en serio.

Basta citar como muestra la declaración de uno de los entrevistados, Bernardo Infante Daboín, que acotaba: "Será una avalancha de una sola tendencia monopólica y totalitaria, típica del modelo stalinista y cubano que se quiere implantar acá. El sueño del ministro es ser el único editor de Venezuela, es así de simple.

Curioso, ¿no es verdad? Y así por el estilo. Ya Usted ve, Carlos Pacheco, por dónde venían los tiros.

Fue en ese contexto donde, enfrentándome a la inmoderada cayapa de seis espadachines pertenecientes al mismo bando, comenté sus declaraciones con la frase: ¨…este señor debió fumarse algo…¨

Pero Usted se equivoca cuando lo toma a mal. Ni por el tono ni por el contexto de la tertulia con los periodistas, podría pensarse que la alusión haya sido insultante. No puede sorprenderlo esa expresión usada coloquialmente ante alguien que acaba de decir un disparate.  Discúlpeme Usted, en todo caso, si cree que lo ofendí.

Pero ahora vamos a analizar, no lo que yo dije, sino lo que Usted expresó, tanto en esas primeras declaraciones como en su réplica posterior.
¿Le parece que lo hagamos?

Vamos, pues. Copio de El Nacional lo que se refiere a sus comentarios sobre nuestra Imprenta:

"La veo con gran preocupación. Me parece que hay una tendencia que confluye hacia la unificación y va contra la expresión, lo que se revierte en términos de calidad. En la cultura es muy necesaria la diversidad, porque lo más alejado que puede haber de un pensamiento crítico, de una actividad creativa o artística, es la uniformidad. Es negativo cuando todo tiene que estar regido por un mismo patrón y las decisiones son tomadas por un mismo centro de poder", afirmó Carlos Pacheco, investigador académico y director de la editorial Equinoccio de la Universidad Simón Bolívar."Uno se pregunta qué es lo que se busca con esta centralización. ¿Un control total? O sea, un pensamiento único, partido único, distribuidora única, red única de librerías y también imprenta única. ¿Por qué debe ser única?, ¿por qué no es diversa, multicolor, multiideológica?, con criterios, formatos y gustos variados", reflexionó el académico.

 Y paso a preguntarle: ¿por qué introduce ese elemento de la libertad de expresión, para referirse a la inauguración de una imprenta pública, justamente en plena campaña mediática sobre el tema?

Pienso que esa frase, colocada allí, no es especialmente cándida.

Cuando Usted acusa de montar una imprenta para ir ¨contra la expresión ¨, sepa que está ofendiendo. Algunos hay que se sienten ofendidos con las palabras. No es mi caso. Pero ambos sabemos, Usted y yo, que esa opinión suya es más que una opinión: es un cuchillo innoble.
No me rasgaré las vestiduras, Carlos Pacheco, porque Usted nos presuponga censores o promotores del pensamiento único. Sin embargo no puedo dejar de anotar que ese dibujo que Usted hace de nosotros es absolutamente maligno, tendencioso y alejado de la realidad.
¿Pensamiento único por crear una buena imprenta para que le abarate costos al Ministerio y le facilite las ediciones?
¿Partido único? ¿Y eso qué tiene que ver con la Imprenta? Pero, además, por cierto: ¿quién ha hablado en Venezuela de partido único, sino la maquinaria de manipulación mediática con la que Usted contribuye? Aquí lo que hemos venido haciendo es organizar a la izquierda en un partido unido. ¡Partido unido y no único!

Pero Usted continúa: …Distribuidora única, red única de librerías y también imprenta única¨.

Pero bueno, Pacheco, ¿Qué le pasa?

A Usted, que dirige la editorial Equinoccio, ¿No le parece bueno que el Estado tenga una eficiente Distribuidora Nacional del Libro, para acabar con el karma de la distribución de sus propios libros y de los de las pequeñas editoriales? ¿Ha probado a ofrecerle sus libros a nuestra Distribuidora? ¿Sí? ¿Se los han rechazado? Si es así, le ruego que me informe. Y ¿también le molesta que el Ministerio tenga una Red de Librerías del Sur, presente en los 24 estados? Usted puede encontrar una librería hasta en la ciudad más alejada de Caracas que, si no me equivoco, es Santa Elena de Uairén.

¿Es eso sospechoso? ¿Será que nuestras librerías son antros totalitarios? ¿Usted se ha acercado a alguna de ellas?

Con respecto a lo de la imprenta única, ahí, si, le digo que se equivoca de medio a medio: No es única. Pues 24 imprentas regionales están siendo manejadas, en cogestión con nosotros, por la Red de Escritores de Venezuela. Una pequeña imprenta en cada Estado. ¿Qué le parece? Y que yo sepa, la Red de Escritores es una asociación civil, plural y no oficial.
¡Qué cosa! ¿Verdad?

Pero, atienda a lo siguiente: Tal vez Usted no lo reconozca pero es para muchos evidente que las actuales políticas de estado en la promoción del libro, la escritura y la lectura, han impulsado como nunca antes al mundo editorial, no sólo público sino
también privado.

Esto es vox pópuli.

Nuestra opinión es que cuando el Estado se mueve con fuerza en un campo, ello beneficia a la sociedad en su conjunto.
Hace menos de dos meses, exactamente el 3 de Mayo, Usted mismo hablaba públicamente acerca de la buena marcha de la Editorial que coordina. Decía Usted entonces refiriéndose a Equinoccio: su desarrollo ha continuado a buen ritmo. Estas 13 publicaciones del primer cuatrimestre ratifican el promedio de dos docenas de libros anuales que cumplimos en 2005 y 2006, quintuplicando la producción de 2004 y doblando la del mejor de los 34 años de Equinoccio. El número de publicaciones es sin embargo sólo un indicador. Hemos avanzado también hacia nuestra meta de consolidar las colecciones propias, mediante una imagen gráfica homogénea y estable y una coherente selección de nuevos títulos. Simultáneamente, como puede apreciarse, hemos continuado coeditando. Una mejor distribución y una promoción más intensa comienzan a dar sus frutos. Se ha incrementado nuestra visibilidad en librerías y nuestra presencia en los medios de comunicación.

¿Lo ve? ¿Logra establecer la relación? ¿Se da cuenta de lo que está pasando? ÇPero fíjese, Pacheco, avancemos hacia sus segundas declaraciones, las de su réplica.

Si yo pensaba que en Usted había una intención descalificadora desde un principio, ¿qué puedo pensar ahora viendo su respuesta de nuevo en El Nacional, ese típico ejemplo de periódico para la información falaz?

Allí Usted dice como sí nada: ¨ No estoy contra la imprenta, ¡por Dios!, pero si contra su potencial uso fiscalizador, hegemónico y discriminatorio. Ni pensamiento único ni expresión uniformada y ¡atención fir! de ese pensamiento. La calidad no se decreta con el dedo alzado ni admite supervisión ideológica funcionarial...¨

 ¿Sabe una cosa, Pacheco? Ante tamañas ridiculeces, me dan ganas de perder la paciencia y, esta vez en serio, mandarlo bien lejos para…¿dónde? Pero, descuide, no lo voy a hacer. Quédese aquí cerquita para que oiga.

Usted habla de un ¨potencial uso, fiscalizador, hegemónico y discriminador”. Y a partir de ahí dispara y se retrata a sí mismo como un disidente maltratado por la intolerancia ministerial.

Bien.

Le voy a decir lo que pienso sin que me quede nada por dentro y tratando de no ofenderlo.

Yo creo que el fascismo está de su lado y que Usted ha sido cómplice en forma directa o, al menos, cómplice por omisión.
Veamos.

He tratado de encontrar alguna opinión suya, como intelectual meritorio y reconocido, que haya sido condenatoria de los hechos llevados a cabo en nuestro país, sobre todo en 2002, 2003 y 2004 por una derecha asesina, cruel y, ella sí, hegemónica y arrasadora de toda disidencia.

Esos hechos ya están lo suficientemente documentados para que ahora podamos darnos el lujo de negarlos. La masacre del 11 de abril se preparó con suficiente tiempo. Los muertos a manos de francotiradores estaban previstos. El grupo de generales y almirantes engorilados grabaron su declaración hablando de esos muertos, horas antes de que los hechos se sucedieran. Luego dieron el golpe e instalaron una dictadura que abolió todos los poderes. Mataron y prendieron gente, allanaron hogares y violaron gravemente derechos humanos en esas 47 horas que duró el gobiernito. Cerraron canales. Se rieron de la libertad de expresión. Después ya sabemos también lo que siguió. El golpe petrolero, la plaza Francia y sus desmanes. La guarimba. En fin… ¿Que voy a contarle que Usted no sepa? ¿Le hablo de los dirigentes campesinos muertos?
La derecha, donde Usted parece estar ubicado mientras no se demuestre lo contrario, es terrible, feroz y, si se le presenta la oportunidad, sanguinaria.

Si esa derecha fascista se hubiera consolidado en este país, seguramente esta polémica no hubiera podido tener en lugar. O al menos, no en estas condiciones. ¡Quién sabe dónde estaría este ciudadano que le escribe!

Ahora bien. He buscado en Google y le he pedido a mis colaboradores que intentaran localizar alguna declaración pública suya, digo suya, Carlos Pacheco, condenatoria de ese golpe macabro del 11 de abril y, hasta ahora, no hemos podido encontrarla.

De modo que ¿a qué viene acusarme a mí de “potencial” hegemónico y discriminador?

Si lo hace porque estoy creando desde el Estado los instrumentos necesarios para impulsar una política editorial incluyente y exitosa, habría que analizar las razones de esa acusación. Pero yo no me puedo meter en su conciencia. Sólo Usted tiene acceso a ella.

Lo único que puedo hacer, en este caso, es preguntarle que por qué le preocupa que tengamos la posibilidad, de modo alguno exclusiva, de editar, imprimir y distribuir millones de libros.

¿Usted no maneja también, con dineros públicos, una editorial del Estado, es decir, Equinoccio, de la Universidad Simón Bolívar? ¿Alguien ha cercenado su capacidad editorial? Entonces ¿a qué quiere aludir cuando habla de editorial única?

¿Sabe lo que creo?

¡Se lo voy a decir!

¡La disociación existe!

Encuentro la definición en el Diccionario Ideológico de Casares, que me acompaña desde que tenía catorce años. Allí dice: Disociación: mecanismo mental por el que un grupo de ideas se separa de la conciencia normal y funciona independientemente.

¿Qué quiere Usted que piense, cuando leo opiniones como las suyas o las de Bernardo Infante Daboín, terriblemente agresivas prejuiciadas, basadas en nada, y sin argumentaciones serias?

¿Qué puedo pensar sino que ustedes son coherentes con El Nacional y la Plaza Altamira?
No me venga a hablar de tolerancia. Aquí ya hace tiempo que dejamos de lado la inocencia y la ingenuidad.

Caracas, 25/06/2007



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Farruco Sesto

Arquitecto, poeta y ensayista. Ex-Ministro de Estado para la Transformación Revolucionaria de la Gran Caracas. Ex-Ministro de Cultura.

 @confarruco

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