Una buena parte de mis vecinos son políticamente de la oposición. No todos, ciertamente, pero sí una buena parte.
La derecha gana en los centros electorales del sector donde vivo: la avenida Victoria y sus alrededores.
Allí, por cierto, hay mucha población de origen inmigrante. De Italia, de España, de Portugal y de otras partes del mundo. Por supuesto, los hijos, los nietos de aquellos inmigrantes ya nacieron en nuestra Patria.
Llegaron a Venezuela buscando una mejor vida que la que tenían. Huían de las dificultades en sus países, del desempleo, de la pobreza, incluso del hambre. Hay que decirlo, porque es así.
Y aquí encontraron un pueblo extraordinariamente abierto, que los acogió y les permitió desarrollarse para alcanzar lo que lograron, lo que ahora son.
Pues aquí también había desempleo, pobreza y hambre. Y sin embargo este pueblo solidario, igualitario, compartió sus dificultades con quienes llegaron. A nadie le negó su oportunidad. A nadie excluyó de los que venían de afuera. A nadie menospreció, porque el pueblo venezolano es el más generoso del mundo.
Ahora este pueblo ha emprendido desde hace unos años un proceso intenso de transformación profunda para dejar atrás la pobreza y la injusticia estructural, sin necesidad de emigrar masivamente a su vez.
Se ha propuesto mejorar la vida de todos y construir una sociedad de iguales.
Y en ello ha tenido éxitos impresionantes. Todos los indicadores sociales manejados por las instancias internacionales lo dicen. Así como es un hecho constatable que vamos derrotando aceleradamente la pobreza.
Sin embargo, volviendo al tema, muchas de estas familias inmigrantes se oponen a este proceso justo, humanista, y vuelcan sus votos hacia la derecha.
¿Por qué así? Me pregunto que los hace ser de oposición. Es decir, de esta oposición que, además, está dirigida por elementos fascistas de la oligarquía.
¿Qué hace a muchos de mis vecinos ser así? ¿El miedo tal vez? ¿Es que acaso se sienten superiores? ¿Es la ideología del individualismo? ¿O tal vez menosprecian al pueblo humilde que un día los recibió?
¡Qué fácilmente algunos borran la historia y hasta su historia personal!