En Cabimas, al igual que en el resto del país, Chávez le acomodó una
paliza al filósofo maracucho, en las elecciones del pasado diciembre. Ese
hecho llenó de esperanza a muchos habitantes de una ciudad que sueña con
ver a Hernán Alemán fuera de la alcaldía.
El sueño, sin embargo no ha podido materializarse. Como si se tratara de
una maldición, cada oportunidad que al pueblo se le presenta para salir
del nefasto alcalde, es frustrada por una serie de eventos que obran a su
favor y terminan atornillando el alcalde al poder.
La ciudad, mientras tanto, se va convirtiendo en un pueblucho, que sin
lugar a dudas es uno de los más feos, sucios, mal oliente y con peores
servicios del país.
Alemán es uno de esos políticos de la cuarta con bastante maña y más
suerte. Sin carisma y sin formación intelectual se las ha arreglado para
vivir de la política durante toda su vida. La mayoría del pueblo vota una
y otra vez en su contra sin lograr derrotarlo, gracias a las intrigas,
las posiciones personales y las divisiones de quienes le hacen
oposición.
Un chavismo fraccionado ha abierto la rendija por la que múltiples veces
se ha colado sino el peor, uno de los peores funcionarios del país.
Cuando en la ciudad había consenso sobre lo perjudicial que había sido la
gestión de Alemán y parecía inminente su fin como político; se
presentaron los hechos que generaron la polarización que dividió al país
entre chavistas y escuálidos.
Alemán de alcalde fracasado y adeco rechazado, pasó a ser el líder de una
oposición enferma que es capaz de respaldar al mismísimo diablo, si éste
se declara antichavista.
Unos ciudadanos conscientes de la nefasta gestión de Alemán y de que
Cabimas se había quedado estancada gracias a su incapacidad; se hicieron
un haraquiri al votar nuevamente por él, sólo para evitar que ganara
“alguno de los candidatos de Chávez”
Cualquiera que haya visitado Cabimas hace treinta años, la vea en estos
momentos y se entere de que el alcalde tiene cuatro periodos gobernado,
concluirá que a los cabimenses les gusta vivir en condiciones indignas.
Ahora, si se entera de que no fue posible recoger las firmas para
convocar un referendo revocatorio, no dudaría en afirmar que la ciudad
está habitada por una parranda de locos.
Mas no es así; en política no siempre dos más dos es cuatro. La suerte (
y la maña) jugaron nuevamente a favor de Alemán y le permitieron
sobrevivir a la intención de convocarle un referendo el pasado fin de
semana.
Cabimas fue la ciudad donde más personas expresaron su deseo de salir del
alcalde. Ni en Caracas, ni en Puerto La Cruz, ni en ninguna otra ciudad
del país, se produjo una movilización similar a la de Cabimas.
Lamentablemente las 28400 firmas no fueron suficientes, faltaron poco más
de dos mil para lograr el objetivo.
Alemán y su socio, el gobernador, le dan a este hecho la lectura que más
les conviene e intentan sacarle ventaja política. La realidad, sin
embargo, es que una muy buena parte de los habitantes de la ciudad no se
enteró de cuando iba a realizarse el proceso de manifestación de
voluntad.
Una actividad sin publicidad, sin recursos, con pocos centros de
votación, con electores reubicados a granel y para colmo de males en el
día del padre y su víspera, hizo la tarea imposible.
Si a ello sumamos la actitud fascista de Alemán de enviar sus brigadas de
choque a cada centro electoral, para que intimidaran a quienes querían
revocarlo y tomaran nota de los becarios o empleados de la alcaldía y la
gobernación que se presentaran, habría que concluir que tiene pocos
motivos para celebrar.
Nuestro análisis de la jornada, es que a futuro Cabimas tendrá mejor
suerte. Si las fuerzas del chavismo acuden unidas a la próxima elección
de alcalde en Cabimas, los adecos van a recibir una tunda. Cualquiera que
conozca un poquito de política y procesos electorales sabe que no es
fácil mover una masa de electores como la que se movilizó en Cabimas y
mucho menos en las condiciones ya descritas.
Conseguir, en la actualidad, el respaldo de 28400 almas sin el
pronunciamiento de Chávez no es tarea fácil. Esos son votos duros con los
que no cuenta ni Hernán, ni manuelito, ni nadie que se le parezca.
El camino a la alcaldía de Cabimas, en consecuencia, está despejado para
el chavismo.
arellanoa@pdvsa.com