Esta oposición que nos ha tocado en desgracia no pega una ni con cola. Han empleado todo el poder mediático internacional y nacional del que disponen –que es mucho- para enviar al mundo un mensaje de angelitos serenados invocando paz y libertad. Han puesto gran cuidado en mostrar a los niñitos de las universidades privadas como seres impolutos, ingenuos y dulces como un refresco de papelón.
Nada que ver con intenciones golpistas frente al dictador y tirano Chávez, sólo unas criaturitas de Dios, con manitas pintadas de blanco, los símbolos de peace & love, movimientos rítmicos y manos arriba, todo un show para convencer al mundo de que la dictadura terrible de Chávez los asfixia, los persigue y nos les deja vida. Al mejor estilo de “una noche tan linda como esta” han exhibido ante el mundo –pantalla y periódicos de por medio- una imagen que les permitiera hacer caer al gobierno y alguna población descuidada en su trampa “pacifista”.
¡Tanto nadar para morir en la orilla!, no bien comenzó la Copa América han destrozado en un santiamén toda la estrategia. ¡Torpes! El mundo los ha visto y oído cantar en los campos de fútbol el “se va, se va, se va…sevaaa, se vaaaa”, o el no menos encantador “y va a caer, y va a caer…este gobierno va a caer”. Inmediatamente, mezcla de escepticismo y desconcierto, se empezaron a comunicar conmigo de diversas partes del mundo. La gente se hacía preguntas como estás: ¿qué clase de dictadura es la de Chávez?, ¿cuantos de los “cantantes” fueron a parar con sus huesos en las ergástulas del régimen?, ¿se habría podido oír algo así en la Copa del Mundo de Videla en Argentina?, ¿no nos estarán tomando el pelo?
A estas preguntas yo añado otras, ¿y va a caeeer?, ¿se va a caer un gobierno que hace sólo seis meses obtuvo el respaldo mayoritario (63%) del pueblo?, ¿se caerá sólo o lo van a tumbar?, porque un gobierno que tiene el respaldo de la inmensa mayoría del pueblo venezolano no se cae solo, hay que tumbarlo. ¿Es eso entonces lo que anuncian con sus cánticos?
Lo sabemos, sin necesidad de ser analista político, lo sabemos porque no somos tan frágiles de memoria, fueron esos cánticos los mismos que junto al ¡fuera, fuera, fuera!, entonaban cuando con todo el plan golpista y genocida bien montado dirigieron la marcha el 11 de abril de 2002 hacia Miraflores.
Los mismos cánticos, el mismo odio, las mismas consignas, ¡no han cambiado!, hace 8 años que no toleran que este pueblo haya adquirido protagonismo, no lo aceptan, Venezuela es de ellos, les pertenece como les perteneció siempre, una marabunta de zambos y desdentados no puede disputarles los privilegios. No han cambiado en lo absoluto, son los mismos de siempre, los mismos de la Cosiata en 1827, los mismos del Tratado Coche para traicionar las conquistas de la Federación, los mismos que vendieron el espíritu del 23 de Enero de 1958, los mismos… tristemente los mismos… y no aprenden.