Qué beatificadera, Señor ¡Qué barbaridad!, qué manada de SIERVOS están haciendo cola para entrar al cielo, esperando que los beatifiquen o canonicen. Cuando hasta a gentuza como Arístides Calvani lo tienen metido en la lista. Mientras en el Vaticano se reparten beatificaciones como quien obsequia agua de azúcar, vemos a Baltazar Porras declarar en Cuba que los obispos se sienten excluidos en Venezuela. Para mí que el Cardenal Ignacio Velazco tiene mayores méritos que Calvani para ser Siervo de Dios, pero no hay respeto y ya se le adelantaron. Ni en los estratos superiores de la Iglesia se respeta la santa equidad. ¡Qué quedará para nosotros!
La nómina de los elegidos la podemos leer en la página web http://www.oremosjuntos. com/SantoralVenezolano.html.
Los nombres que aparecen son todos oligarcas: Una es la hermana Georgina Josefa Febres Cordero Troconis, fundadora de la congregación de hermanas dominicas de Santa Rosa de Lima. Otros son los monseñores Tomás Antonio Sanmiguel Díaz; Sixto Sosa (cofundador de las hermanas Carmelitas junto a la madre Candelaria); Arturo Celestino Álvarez (obispo del Zulia); además de los sacerdotes Luis Rafael Tinoco Yépez y Tomás Morales Pérez, este último fallecido en 1994.
También están la madre Marcelina de San José Aveledo Ostos, fundadora de las Hermanas de los Pobres de San Pedro Claver en Colombia; Carmen Elena Rendiles Martínez, fundadora de las Siervas de Jesús; y la laica tachirense María Geralda Guerrero García de Piñeiro.
Un caso llamativo de personas declaradas Siervas de Dios es el de una pareja de esposos: Arístides Calvani y Adelia Abbo Fontana de Calvani, quienes murieron en un accidente aéreo en Guatemala en 1986. EL COMENTARIO QUE LEO DICE QUE sorprende a muchos que Calvani, un conocido político (llegó a ser vicepresidente de Copei, y canciller) esté en el camino a los altares, pero no extraña a quienes conocieron su obra católica.
Para mí no hay ninguna duda de que el apellido Calvani proviene de Calvino.
Calvani era un racista horrible, y fue uno de los promotores del Opus Dei en Venezuela (aunque en la moyera ni en el alma tuviera algo de Opus ni mucho menos de Dei).
Hay que recordar que Arístides Calvani fue a Roma en 1958, una vez que mueren en un accidente varios obispos venezolanos, entre ellos Monseñor Arias Blanco, con la expresa comisión de sabotearle el cardenalato a monseñor Humerto Quintero. Movió de manera pertinaz y criminal todas sus piezas para perjudicar al famoso mucuchicero, realmente admirable por sus talentos: poeta, excelente orador e historiador, aunque confundido por su anticomunismo. Pero Calvani cumplía órdenes de Rafael Caldera, hombre terriblemente hipócrita e intrigante, quien odiaba al monseñor Humberto Quintero. Pero hay que decirlo, Calvani era un hombre muy simplón, vacuo y hasta frívolo. Se mató en un avión porque ya retirado de la política se dedicó a viajar. Yo recuerdo haberlo dos veces en mi vida: una en Altamira en una estación de gasolina, vestido de blanco, altivo, petulante, que le salió a reclamar a un pobre con voz muy pedante unas niñerías. Luego lo vi iba yo (con el verdadero santo Juan Félix Sánchez) para Barinas; estaba don Arístides comprando boletos para ver “La Venezuela de Antier”; estaba don Arístides muy contento y fresco, pletórico de alegría, visitando esas copias tipo gringa, de ciertos parques de diversión. Casualmente, y está en mi libro “La Cultura como Sepultura”, Juan Félix comentó al momento en que nosotros pasábamos por allí: “Esas vainas son para pendejos.”
Igualmente me entero que está en proceso también el caso de una Sierva de Dios que podría ser declarada mártir. Se trata de María Israel Bogotá Baquero, hermana de las Carmelitas de Madre Candelaria, quien trabajaba en un ancianato en La Grita y fue asesinada cuando trató de proteger su virginidad. Por su condición de mártir sería la única que no requeriría un milagro para ascender a la santidad.
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