El gangsterismo en funciones de Gobierno

Hace muchísimo tiempo que el capitalismo se sumergió en una crisis insalvable e indefectiblemente entró en sucesivas fases terminales, dada su inmisiricorde manera de apropiarse de la plusvalía que pruduce el trabajo de los aslariados, generando así la miseria de la especie humana. Los europeos han sido geniales toreando esos momentos de agonía. En todos los espacios el Imperio norteamericano, el gran dueño de ese sistema de los ricos para desgracia de los miles de millones de excluidos de este Mundo, ha ensayado un complicadito juego de palabras, cuyos hermeneutas son los sociólogos, los trabajadores sociales, los Poetas, los culturosos, y los filósofos, entre una espesa selva de intelectuales orgánicos, al decir de Antonio Gramsci. De esta manera, el capitalismo no muere nunca, y su etapa agónica se convierte en una condición especial de vida perpetua.

En el Zulia, por ejemplo, el capitalismo ha desechado aquellas refinadas y sutiles maneras de supervivencia, y a la machimberra actúa desde el gobierno regional utilizando una vulgar metodología gansteril más chimba que la utilizada por Al Capone en el Chicago de principios del siglo pasado.

Este gobierno gangsteril, no solamente es que viola permanentemente la constitución nacional, lo cual es inaceptable, sino que no reconoce la autoridad del gobierno nacional. Con sus prácticas mafiosas el actual desgobierno del Zulia ha borrado toda noción de legalidad, y de justicia. Con un cinismo inimitable han convertido la seguridad de los ciudadanos en un negocio privado dirigido desde el mismo palacio de los Cóndores.

Quizás los nombres importen poco, son los gángster los que gobiernan al Zulia, y eso nos dice con claridad que nuestra soberanía nacional esta seriamente comprometida con lo que sucede en uno de los Estados más ricos de nuestro territorio. Los diputados por el Zulia a la Asamblea Nacional tienen una obligación de devolverle la legalidad al Zulia, pero parece que les ha quedado grande cumplir con esa tarea. Ante tal disyuntiva nuestro gobierno bolivariano y sus instituciones tienen la obligación de intervenir, no solamente a la Policía Regional, que es un brazo armado de esas ejecutorias, sino al gobierno gangsteril que oprime al Pueblo zuliano, y sólo obedece y rinde cuentas al Imperio norteamericano, como si fuese ya una Repúbliquita dependiente de la casa Blanca.

Nuestro gobierno, no podría seguir hablando de Revolución Bolivariana si antes no conjura los peligros que representa la impunidad con que actúa este gobierno gangsteril en el Estado Zulia.


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Eduardo Mármol


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