A la SIP le aterra que en Ecuador, Venezuela y Argentina continúen los pueblos sin interesarle el tipo de “libertad de expresión” que favorezca a sus negocios. La SIP se siente desolada ante la posibilidad de que llegue un día en que ya nadie les crea y que sus periódicos sólo queden para vender bagatela. La SIP no condenó nunca a EE UU, ni lo condenará jamás por ser el mayor negador de la libertad de expresión, controlando mentes, creando matrices de opinión para invadir países e imponer dictaduras. Bobolongo vive con una lupa buscando noticias que perjudiquen a nuestro Presidente Chávez con el único fin de engordar su fortuna. Bobolongo está escandalizado porque cada día que menos le paran a su parapeto mediático de “El Nacional”, y menos fuerzas tienen sus pujes alarmistas contra nuestro gobierno. Ahora la cosa ha reventando en Washington por la propuesta de reforma del artículo 337 de la Constitución Bolivariana de Venezuela, que facultaría al Presidente a suspender el derecho al debido proceso y la información durante los períodos excepcionales; tal decisión produjo en la Asamblea un caos de auto-pánico infernal que trastocó la agenda formal de discusión de la 63° Asamblea de Sapos Interamericanos de la Prensa. El show del informe preliminar del Bloque de Prensa Venezolano, señala que "el presidente Hugo Chávez está tratando de imponer un dominio intelectual y público similar al de la dictadura cubana".
Por enésima vez el caso de Venezuela acaparó la atención de los presentes luego de que David Natera, director del Correo del Caroní y responsable de presentar el informe, aseguró que la supresión definitiva de la libertad de prensa en el país se materializaría tras las reformas constitucionales que ha propuesto Hugo Chávez. Afirmó que ello facilitaría "la desaparición de los medios de comunicación y toda posibilidad de democracia, libertad de expresión y de información". A Natera le sirvieron en plena jerga conflictiva un plato de lechugas remojadas en vino fino de Jerez entre papas y judías con matanza, y las rechazó porque refirió haber perdido el hambre luego de pasar una larga temporada entre "perversas formas de control social".
Aún así, ni él ni Bobolongo se explican por qué cada uno ha aumentado ocho kilos de peso desde que vienen elaborando este último informe contra el pueblo venezolano. Los pícaros se ríen de sí mismos. Fue lo mejor del show. Los presentes debatieron sobre los peligros de que el modelo de gobierno que adelanta el presidente Chávez se extienda a otras naciones como Ecuador, Nicaragua, y Bolivia, porque entonces la adiposidad generalizada de la SIP podría hacerse incontrolable.
Bobolongo se preguntó en estado catatónico: ¿qué pasará dentro cinco años, cuando México, Perú, Colombia, Costa Rica y Chile sigan el mal ejemplo de Chávez? ¿Existirá para esa época “El Nacional”?
No obstante el Bloque de Prensa Venezolano ratificó que “defendemos a todo riesgo los derechos constitucionales y valores democráticos que el régimen que gobierna en nuestro país intenta suprimir definitivamente".
De acuerdo con el documento, la pretensión del régimen de Chávez es "uniformar el contenido, los mensajes, deformar los valores y principios de la democracia y la pluralidad, tratando de desconectar al pueblo de la realidad nacional".
Los miembros del Bloque de Prensa Venezolano denunciaron que el control de cambio impuesto desde febrero de 2003 es utilizado como mecanismo para silenciar a los medios a través de la negación de divisas para la importación de papel. Que en la época de Blanca Ibáñez ellos pudieron obtener papel en grandes cantidades porque la entonces Reina de Miraflores era muy buena no sólo con los medios sino también con esa columna vigorosa y sufrida de la Conferencia Episcopal Venezolana.
Bobolongo aseguró que la reforma de la Carta Magna es inconstitucional porque modifica las bases legales del país. "No es una enmienda o una reforma parcial. La Asamblea Nacional está incorporando nuevos cambios dirigidos a un modelo de sociedad mucho más enmarcada en el marxismo-leninismo y no en la democracia tradicional que todos conocemos".
Asimismo, se refirió al Plan de la Nación 2007-2013 que impulsa el Ejecutivo y en el que se incluye el control social de la prensa, la radio y la televisión por organismos populares, y en el que también se estipula que los medios deberán difundir las ideas de la "nueva sociedad". “Es insólito que la chusma, que los muertos de hambre y esos bandidos y ladrones que no trabajan ni quieran trabajar sean ahora los que tengan derecho a informar.”
Entre los presentes, explicó Bobolongo: "el proyecto de reforma es visto como una amenaza directa para que Venezuela –utilizando la vía legal– se convierta en una nación dominada por el totalitarismo, como sucedió en Cuba o en la Alemania del período anterior a la Segunda Guerra Mundial".
A la asamblea asisten 500 directores, editores, y propietarios de los medios de comunicación más importantes del continente. Por Venezuela están presentes Miguel Henrique Otero (El Nacional) David Natera (Correo del Caroní) Andrés Mata (El Universal), Gilberto Urdaneta (El Regional), Ricardo Degwitz (Notitarde) y Carlos Bardasano (Venevisión), entre otros.