Yon Travolta entró en una gran discusión con Pancho García, del Instituto Pedagógico: “¿Por qué carajo, Travolta le pones ese culo de Globovisión al Che Guevara? ¿Es que eres tan sifrino, tan bajo y miserable que por unos cuantos dólares, te prestas para esa vaina? Quítate ese culo amarillo o prepárate para que nos caigamos a co.. pero eso aquí no lo permitimos”.
Yon Travolta trataba de explicarse: “Eso no es un ano vale. Lo parece. Fíjate que el giro no es cerrado.”
“No aceptamos la frescura esa, con que vienes aquí a retarnos con ese insulto, vale. ¿Quién te dio esa cochinada, cerdo?”
“Esas fueron cinco mil franelas que mandó hacer Leopoldo Castillo. Respétame, chico. Yo también tengo a derecho a ser libro. Yo nací en un país libre. Me puedo poner si me da la gana una pantaleta y salir a la calle, ¿y qué?”
- Muy bien. Lo podrás hacer pero aquí no, ¿oíste? Un lacayito como tú no entiende de respeto; vamos quítate el ano de Ravell con el que insultas a este Instituto, al Che, a los revolucionarios del mundo. Llévate esas mamarrachadas y lúcelas donde tu rector eterno de Luis Ugalde.”
Entonces Goicochea comenzó a sonreír de oreja a oreja con su hocico de cochino y fue entonces cuando Pancho no pudo más, lo medio empujo mirándole recio a los ojos y luego le lanzó el trancazo. Gringochea pegó un grito horrible; ¡¡¡¡¡¡Ay!!!!!, ¡¡¡¡¡¡No!!!!, Noooooo, NOOOOO. ¡Ayyyyyyy!, qué esto. Huuuuuyyyyy Me tocaron, me dieron, estoy mal. Qué es esto. ¿SIGO Vivo?, ¿siento?, ¿escucho…? Vean, ¿a dónde me tienen?; ¡Luz please, denme luz! Quiero salir. Auxilio.”
‘Eso te pasa por llevar un culo en el pecho- le replico Pancho- Vamos, pelea como un hombre, y déjate de griticos.
- Yo soy pacífico. Esta es una resistencia pacífica. Yo lo que hago es leer a Gandhi. Yo creo en la ciencia, y obedezco al pensamiento de Einstein. Nunca me salgo de la lógica. Yo no soy Cabeza e’ Motor. Yo amo el amor; yo comulgo, yo creo en los hombres de buena voluntad.
- ¿Y ese ano amarillo, qué?
- Eso es de Ravell.
- Ah, a buena hora vienes a reconocerlo. Pues coge.
En el rebullicio las nenas de Globosivión exclamaban:
“Dios mío. A Yon le cortaron la cara”, “Ave María Purísima. A Yon le sacaron los ojos y dos dientes” “A Yon le desfiguraron sus bellas cejas, sus pubertos labios, sus delineados rictus…”.
Tomaron a Yon Travolta y lo metieron en una Four Runner. A toda velocidad y con alarmas a millón lo llevaban a una clínica. Y las nenas de Globovisión decían, igualito como dijeron en el caso de la curita que se ganó Enrique Mendoza, que a Yon lo habían metido en cuidados intensivos y estaba inconsciente y con todas las pepas de su cuerpo en total caos depresivo. Y las muchachas lindas y gafas de la UCAB no podían creerlo, y se preguntaba: “Perderá su look”, “Le quedarán igual sus rosaditos pómulos”, “¿podrá seguir luciendo el mismo peinado?”
Todo por un logo como culo.
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