"Ponte ahí John Goicochea"

Hasta en la política la mercancía no tiene perdón por los humanos, el clásico producto de mercado capitalista no tiene reparos ni vergüenza a la hora de defender intereses o posicionarse en su ámbito en busca del dominio requerido, Una gaseosa, hamburguesa, vehículo o vestido no tiene diferencia alguna con la promoción de una persona en aras de venderlo como producto masivo.

Se desprende del análisis anterior que el acudir a cualquier estrategia con la finalidad de alcanzar objetivos, no está reñido con dignidad alguna, ni tiene parangón con el daño que se le puede producir a un ser humano que se presta de manera escandalosa a ser un producto más, por ende objeto de la ley de la demanda y la oferta en su más acudida aberración sistémica.

De toda la actuación en la que hemos visto la conducta y vocifería de este personaje sacado del laboratorio de la política mediática, podemos concluir sin temor a equivocarnos que realizado el casting definitivo, se escogió al mejor actor de reparto que la telenovela venezolana haya conocido a pesar de haber sido otros los que han pasado por esta tragedia no épica ni romancistica con resultados pasados por el olvido temático, quedándose tan solo en el primer acto de la función por lo escuálido de los aplausos.

Con el premio del casting en la mano, se procedió a su juramentación en uno de los sombríos estudios de Globovisión, a objeto en primera instancia de enseñarle la expresión oral y corporal propia de la filmación de una obra dramática por demás, con una condición expresa para proceder a la firma del respectivo contrato, dejar que la fijación visual sea siempre hacia las cámaras del canal, independientemente del auditorio en cuestión.

Ya realizado el proceso de maduración mediática faltaba la orden sentenciadora que la resumimos de manera bastante corta “Ponte ahí Jhon Goicochea” , ya sabes lo que vas a hacer, eso sí, con energía ejemplar no tengas reparos en atacar al gobierno y todo lo que signifique chavismo o lo que se parezca como los canales “hermanos” vendidos y entreguistas.

Como toda obra inconclusa, porque de eso se trata, no porque se fue la luz, o se acabaron los recursos o el actor principal tuvo un infarto, sino porque la fuerza de los hechos sociales determinarán más temprano que tarde que el artista utilizó esteroides o como pez sin dirección y hambriento dijo lo que no tenía que decir y murió arponado.

Esa es la triste historia de un producto que bajo publicidad engañosa no contenía los elementos indicados en el contenido, lo que al ojo del fraude en puertas, lo convirtió como en todos estos casos en un producto perecedero, devorado por las hordas de sus propios copartidarios, quienes no perdonarán los errores cometidos. Como diría el otro sabio, así son las cosas.

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Rafael Febles F.

Economista. Msc. Seguridad Social. U.C.V.. Militante revolucionario. Locutor. Articulista Correo del Orinoco. Poeta y escritor de la revolución bolivariana

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