A poco casi tres semanas del pírrico triunfo del NO en el referendo sobre la reforma constitucional, es mucho lo que se ha especulado acerca de las causas de este resultado adverso al proceso, pasando desde el saboteo de muchos alcaldes y gobernadores hasta el falaz e implacable bombardeo mediático a que fue sometido el pueblo por los medios audiovisuales nacionales en manos de la ¡y que oposición! de la cual forma parte la Conferencia Episcopal Venezolana. De los medios internacionales, ni hablar, ya que representan la más pura expresión del capitalismo. Sin embargo, y sin la intención de explorar, hay otra que ha sido menos mencionada y que, a mi juicio, no es menos relevante que las antes mencionadas como fue la inclusión por parte de la Asamblea Nacional de numerosas reformas e incluso más numerosas que las propuestas por el Presidente. Pero ya eso es clavo pasa´o o como quien dice ¡A llorar a El Valle!. Lo que tenemos que enfrentar ahora es la reacción de la ¡y que! que jamás en su vida se imaginó que podía obtener mayoría en el referendo y estaba preparada, en cambio, para salir de inmediato a hacer guarimbas y otras salvajadas que le son propias, pero quedó totalmente desubicada cuando el Presidente, a los pocos minutos de emitir el CNE el primer boletín electoral, reconoció los resultados y se quedaron con los crespos hechos, atónitos, turulatos, con los ojos claros y sin vista, sin saber que hacer. Es que hasta cuando pierde “Chávez los tiene locos”.
Pero sus planes siguen siendo los mismos, tal como ya lo anunció uno de los miembros de la jerarquía eclesiástica, el señor Ugalde, lo que pasa es que el reconocimiento honesto de Chávez los desarmó momentáneamente, pero con toda seguridad ya los modificaron para tratar de lograr su real y único propósito: que se vaya Chávez. En este sentido ya alertó Mario Silva García en “La Hojilla”, hace algunos días y ya se está viendo que es verdad, que algunas empresa de servicio público, propiedad del Estado pero infiltradas hasta los tuétanos (me consta y lo he denunciado en esta página) desde hace mucho tiempo por opositores que ocupan altos cargos directivos están pensando despedir a todos los trabajadores contratados, identificados como chavistas, en la medida que se les vayan venciendo sus contratos, con lo cual provocarán un ambiente de descontento, por una parte, y por otra se quitan de encima la mirada de quienes pudieran evitar los actos de sabotaje programados para causar molestias entre los usuarios de dichos servicios, todo con el fin de crear un clima de desestabilización que no pudieron lograr con las guarimbas que tenían preparadas tras su inesperada victoria, que les cayó como una patada en el culo porque ahora andan más desesperados que antes y tienen que inventarse los motivos para protestar y guarimbear
Sin ninguna duda que lo van a hacer, pero cuando eso ocurra lo que importa saber es lo que va a hacer el gobierno. Los planes de la ¡y que! no sólo contemplan las guarimbas, sino la profundización del desabastecimiento a que tienen sometido al pueblo hace meses, sin que los organismos competentes hayan sido capaces de resolverlo y encima marchas de protesta por el mismo desabastecimiento provocado por esa misma ¡y que! De allí la persistencia de esas colas interminables que aún se ven en los sitios donde se abastece la clase media, que aterrorizada por la propaganda descarada de los voceros tipo señores Ugalde y Porras están haciendo compras masivas de productos, sobre todo alimenticios y en particular de los lácteos, para almacenarlos en sus casas en previsión de los terribles eventos anunciados por los irresponsables voceros de la ¡y que oposición! con lo cual aún se mantiene la impresión de desabastecimiento que realmente hubo hace unas semanas, superada, parcialmente, gracias a las medidas tomadas por el gobierno. Es de suponer que a estas alturas el gobierno ya tenga listos los planes necesarios para contener esta nueva arremetida de la oligarquía disociada, conformada por vampiros ávidos de riqueza o de poder que, eufemísticamente, se autoproclaman industriales o comerciantes y políticos actuando en contubernio contra el pueblo con la intención de recuperar los privilegios que detentaron durante más cuarenta años de opresión y exclusión a ese mismo pueblo.
Sería sumamente grave que el gobierno no tuviera ya listos esos planes para ejecutarlos de inmediato, pues eso dejaría las puertas abiertas para que el pueblo tomara sus propias medidas recurriendo a buscar los alimentos a los sitios donde supone que los tienen en abundancia, es decir en esas urbanizaciones de las clases media y alta, las cuales casi en su totalidad se encuentran rodeadas por barrios cuyos pobladores mayoritariamente apoyan al Presidente Chávez y numéricamente superan a las urbanizaciones que circundan, aun cuando en la situación hipotética planteada no sólo irían en defensa del Presidente, como en abril del 2002, sino de su propia supervivencia y de la de sus propios derechos como trabajar y circular libremente sin que una cuerda de disociados o infofrénicos se los impida. Creo que ese pueblo, del cual formamos parte la mayoría de los venezolanos, ya está hasta los cojones de los desmanes de la ¡y que! por las blandenguerías del gobierno que no ha sabido hacer cumplir la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y llegado el momento sería capaz, parafraseando a uno de los fascistas que sitiaron la embajada de Cuba de cortarles el agua, la electricidad, el teléfono y el gas para que tengan que, después de comerse crudos los alimentos que tengan almacenados antes de que se descompongan y defecarlos sin poder eliminarlos de la poceta, tengan que comerse las alfombras. No concibo tal espíritu de resistencia en esos disociados ni tanta paciencia en los sitiadores.
Recuerden el gaitanazo.y Dios nos libre.
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