Los adversarios del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, o para ser más preciso, esos traidores y apátridas empecinados en destruir al país con tal y se haga su voluntad: sacar al comandante de Miraflores, nunca han dejado de protestar las ayudas y negocios que el Gobierno bolivariano ha hecho con otras naciones hermanas como Cuba, Bolivia, Nicaragua y Ecuador.
En esa batalla para tergiversar el objetivo esencial de esas relaciones, los opositores intentan descalificar la gestión gubernamental, diciendo que es inconcebible regalar dinero a otros países con tantos problemas en las comunidades venezolanas.
Bajo este concepto, emprenden grandes campañas para inculcarle a la población que, de esa forma, la revolución bolivariana despilfarra los recursos de todos nosotros, sin importarle las necesidades de los barrios más pobres.
Pues bien, luego del referendo del 2 de diciembre, el presidente Chávez admitiendo su derrota y consciente de los errores lanzó las famosas tres “R”, revisión, rectificación y reimpulso del proceso bolivariano.
Chávez pronunció estas palabras en medio de un desabastecimiento feroz de los artículos de primera necesidad. Los productores y empresarios se quejaban del control de precios de alimentos como la leche, el arroz, la azúcar, la carne...
El Presidente decidió entonces anunciar el incremento de la leche de 1.1 a 1.5 BF. Recuerdo que efectuó el anuncio diciendo estar consciente de que el precio de este alimento se había quedado corto y estaba dispuesto a elevarlo para beneficiar al productor primario. Ya mucho antes había aprobado el de la carne.
Seguidamente, hizo énfasis en que se debía pensar en el consumo del pueblo, para que de esa manera no siga incrementándose el precio de este alimento.
Expresó textualmente: "Espero que todos los productores respondan como necesitamos, que en vez de estar haciendo sólo quesos o llevarse la leche para Colombia, lo cual consideró una traición, ese alimento sea en principio para los venezolanos, nosotros queremos ayudar a Colombia, pero primero la casa".
De modo, que se efectuó el incremento tal como se previó, sin embargo, sigue siendo un viacrucis, encontrar un kilo de leche en polvo, mientras en Maicao y Cúcuta, poblaciones colombianas, siguen abundando los productos venezolanos.
Sabemos que existe un comercio legal entre Venezuela y Colombia, pero también que, a pesar de las restricciones y controles, los especuladores y hambreadores del pueblo, continúan incentivando el contrabando de los alimentos de primera necesidad.
Cabe, de tal forma, una reflexión que quiero compartir con mis amigos lectores: La oposición mantiene una campaña contra Chávez en la que se incluyen los epítetos más desproporcionados y desconsiderados, porque ha enviado –y es que así lo expresa el propio Chávez, dado que son operaciones transparentes- recursos a otros países.
Ahora, esa misma oposición apátrida y criminal, que ataca por la ayuda a otras naciones, en operaciones oscuras y delictivas se llevan los alimento del pueblo a las poblaciones fronterizas colombianas, algunos porque el contrabando les proporciona mayoras ganancias y otros, porque son partícipe del golpe económico que lidera el imperio en su afán de salir de Chávez.
Para decirlo de una forma más sencilla y coloquial: los enemigos dicen que Chávez es malo porque suministra recursos a los países hermanos, pero la oposición no, aunque ellos verdaderamente si quitan el alimento a las familias más necesitadas y la llevan a Colombia, a fin de conspirar y enriquecerse.
Por eso, los venezolanos no creen en esos oponentes que enfrentan al comandante. Actúan guiados por la mentira, el odio y el rencor. No me cansaré de decirlo.
Una oposición responsable en lugar de destruir, colabora con la revisión y rectificación que propuso el máximo líder de la revolución venezolana, en beneficio de la población.
Pero se sabe, que a los adversarios venezolana no les interesa revisar ni rectificar, mucho menos corregir, sólo les importa derrocar el Gobierno, para recuperar aquellos privilegios perdidos.
albemor60@hotmail.com
