Uribe es un gusano

La estrategia de paz estaba dando resultados. El mundo entero estaba esperanzado, tras la liberación unilateral de seis rehenes. Algunos países de Europa y América habían enviado comisionados para participar en un rescate que el propio Uribe frustró momentáneamente. La idea de que varios países se agruparan para buscar una salida al conflicto colombiano estaba tomando fuerza. El presidente francés se había ofrecido para ir personalmente en búsqueda de Ingrid Betancourt y una buena parte de la sociedad colombiana presionaba para que se buscara una salida negociada a la guerra.

No podían darse el lujo, los beneficiarios de la guerra, de permitir que desde fuera se crearan las condiciones para resolver el conflicto.

Necesario era abortar el incipiente proceso de paz… había que darle una patada a la mesa.
Conscientes estaban del costo político de una acción de ese tipo, pero no tenían otra opción.
Tenían, en consecuencia, que desarrollar una estrategia para minimizar el impacto, y qué mejor manera de hacerlo que fraguando un plan que descalificara a los principales actores del proceso de paz y al mismo tiempo desviara la atención de su acción criminal, de la violación a las leyes internacionales, de la violación de los derechos humanos y de la agresión que habrían de hacerle al Ecuador.

El manido argumento del derecho a la defensa como excusa para violar el territorio ecuatoriano, era poco creíble, como lo son también los argumentos conque pretenden disfrazar la masacre; pero eso carece de importancia si se cuenta con medios de comunicación dispuestos a repetir una y otra vez la mentira; con una buena cantidad de cipayos y apátridas en Ecuador y Venezuela y con un sistema internacional que nunca tomará una medida contra una acción que cuente con el respaldo de los Estados Unidos.

Por ello, los presidentes de Ecuador y Venezuela actuaron veloz y contundentemente. Ellos saben que la acción ordenada por Bush y Uribe, y que hoy celebran los enemigos del ideal bolivariano y herederos ideológicos de Santander, no es sino el inicio de una escalada.

En la medida en la que se haga evidente la derrota de los republicanos en las elecciones de los EE.UU. Bush y su equipo incrementarán los esfuerzos para dejar “terminada la tarea”.
Lo que más le conviene al imperio, en estos momentos, es que el imbécil de la Casa Blanca termine el trabajo sucio. Así, el gobierno que habrá de iniciar funciones el próximo año, obtendría los beneficios sin sacrificio político alguno.

Uribe es una pieza importante en esa estrategia gringa; por ello nadie puede Sorprenderse que afirme haber encontrado una computadora donde hay evidencias hasta de las bombas atómicas que, con financiamiento de Venezuela, los guerrilleros fabrican en las selvas de Colombia.

Así es Uribe, mentiroso, farsante y rastrero pero peligroso como el que más.

Por ello, porque nunca jugará limpio, es que la lucha contra él y su amo hay que plantearla en términos de demostrarle a la opinión pública internacional cuan embustero y manipulador es.

Pruebas hay suficientes. ¿No mintió en el caso del secuestro de Granda; ? ¿no mintió con las fumigaciones a Ecuador? ¿No mintió en el asesinato de alias jabón? ¿no mintió cuando afirmó que no había operaciones militares para impedir la liberación de los rehenes? ¿no mintió cuando dijo que el niño Henmanuel había sido torturado por la guerrilla? ¿no mintió cuando negó sus nexos con Pablo Escobar Gaviria? ¿No mintió cuando negó ser el jefe máximo de los paramilitares?

¡Gusano! Eso es lo que es Uribe. Y al mundo hay que demostrárselo.

Gusanos, también, son todos aquellos “pseudovenezolanos” que por odio a Chávez se colocan del lado del enemigo, evitando lucir descarados con frases muy bien estudiadas, pero del lado del enemigo sin lugar a dudas. Por ello es que coinciden con Uribe y con los gringos, porque no son más que gusanos.




Esta nota ha sido leída aproximadamente 2270 veces.



Alexis Arellano


Visite el perfil de Alexis Arellano para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Alexis Arellano

Alexis Arellano

Más artículos de este autor