Ayer fue un día de gloria para Globovisión y el malandro Federico Alberto quien invitó a brindar con champaña. Un acontecimiento que viene a ser hijo de aquel que se gestó durante la toma de la Casa Arzobispal en Caracas. “El Nacional” les dedicó todo el inmenso espacio de su primera degenerada página. Están de pláceme en Washington y se les envió una nota de felicitación a los funcionarios de inteligencia que “pusieron todo su empeño para que la toma fuese todo un éxito”.
El diario inmundo de “El País” (España, hermano gemelo del que se edita en Caracas) se hizo también eco de esta grandiosa jornada y colocó la noticia entre sus titulares; así también lo hizo este mismo diario cuando Lina Ron el 28 de febrero se alzó con sus camaradas en la toma del Arzobispado. Esta vez no se menciona por ningún lado a Lina, pero igual, los valientes “revolucionarios”, encapuchados y armados hasta los dientes, cerraron durante tres horas los accesos al 23 de Enero y bautizaron su batalla: "Paro popular y revolucionario contra la represión y persecución política".
La derecha del Este aprovecho para meter su cuchara de plata, y lo planteó muy claro: “Cuando nosotros coloquemos bombas y matemos cucarachas chavistas, entonces que la policía no ose pisar nuestros predios porque también haremos nuestra propio Paro de Protesta contra la represión y persecución política”.
Es decir, que aquí de ahora en adelante tendremos una guerra civil de “organizaciones sociales” alzadas todas contra el Gobierno, y éste tendrá que meterse su rabo entre las piernas, callar y tragar grueso. Los alzados de ayer dijeron que ellos conforman 30 de la referida parroquia caraqueña. Estaban con los rostros cubiertos y exhibían valerosos sus armas cortas y largas a plena luz del día, mandando para el carajo al que osara atravesárseles. Se han autodefinido los “zapatistas del Oeste” que no comen casquillo ni le dan tregua a las espuelas de la revolución total”.
El agite “revolucionario” que llenó de gozo a la ultraderecha mediática del hemisferio comenzó a las 5:00 am y terminó a las 9:30 am. Inmediatamente pasaron a dar una rueda de prensa. Los comandantes de la gloriosa toma son todos líderes de la redoma del bloque 7. La inmarcesible gesta se inauguró con el sublime incienso de los cauchos quemados que tanto apasiona a los guarimberos nuestros.
La espectacular y revolucionaria tranca impidió que el 90% de los habitantes de la zona no pudieran ir a sus trabajos, clases o al resto de sus actividades por la falta de transporte público, que no pudo funcionar. Sólo había paso de personas que iban a consultas médicas o por emergencias. Casi nadie bajó caminando a la estación Agua Salud del Metro, en la avenida Sucre.
No quieren que por ningún motivo se detenga a Juan Montoya, presunto efectivo de Policaracas que estaría involucrado en la elaboración de las cuatro cajas sonoras que estallaron el mes pasado. En la última, murió Héctor Serrano cuando colocaba el explosivo en la sede de Fedecámaras, en El Bosque. Algunos preguntaban por Lina, “¿qué pasa Lina?” Pero Lina, que aparece ahora en la portada del diario “El País”, de Rafael y Patricia Poleo, brilló por su inasistencia.
Las motos tronaban, y balas que cuestan un ojo de la cara se disparaban desde distintos ángulos como si se tratara de un combate. Se instalaron alcabalas en las cuales requisaban a los transeúntes. Aquello parecía una escena de un western de cowboys porque había quien manejaba hasta dos pistolas con destreza admirable.
Casi todo estaba tomado por estos hombres en armas: Las entradas del Mirador, zonas E, F y Central, Sierra Maestra, calle Colombia de Monte Piedad, La Cañada y la avenida Morán: Todo bloqueado con la quema de cauchos y contenedores de basura.
Estos luchadores voceaban consignas contra la Disip, y amenazaban con que si seguían los allanamientos darían una contundente respuesta política y militar. Washington, a última hora de la noche consideró que la oposición venezolana los debería considerar un grupo BELIGERANTE, EN MEDIO DE LA GRAN CRISIS LOCAL QUE HAN PROTAGONIZADO FRENTE AL TIRÁNICO GOBIERNO DE CHÁVEZ. Hoy se esperan nuevas acciones. Sobre esto de darles BELIGERANCIA se esperan declaraciones de Cabeza e’ Motor, Manuel Rosales y Antonio Ledezma.
Glen Martínez, declaró que el paro tuvo un segundo fin: "Demostrarle a la Disip la fuerza que tenemos". Denunciaron los allanamientos en los bloques 42, 43 y 44, y que en dos de estos las visitas domiciliarias fueron violentas, con perros entrenados para la detección de explosivos. Fueron contundentes: "Le hacemos un llamado al comandante Chávez para que tome cartas en el asunto".
Por su parte Valentín Santana, del grupo La Piedrita, colectivo que se atribuye el graffiti hecho en una pared de la parroquia: "Honor y gloria a Raúl Reyes", advirtió lo siguiente si continúa la búsqueda: "Nos veremos en la obligación de cerrar desde Catia a Petare. Le pedimos a la Fiscalía que cesen los allanamientos porque la Disip está hostigando a los verdaderos luchadores sociales del país".
A “El Nacional” declararon que el anuncio de cerrar desde el Oeste al Este era una amenaza: "Nos consideramos un poder, y decimos esto específicamente al comandante Lucas, de la Disip, que es parte de la burguesía". Alexis Pinto, le mandó a decir al ministro Ramón Rodríguez Chacín que a 100 metros de Miraflores existen las mayores plazas de venta de droga".
Finalmente, anoche hubo actos culturales, y en una acción relámpago apareció Juan Montoya.
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