Traiciones políticas
Alberto Morán / Periodista
albemor60@hotmail.com
En el Zulia la oposición se lanzó con una estrategia en la que envían una serie de bates quebrados al sacrificio para mantener la candidatura caliente en la calle, en tanto tienen en el refrigerador a los verdaderos aspirantes, que de vez en cuando salen a escenas fungiendo de salvadores de la patria.
Sí, asumen un papal ante la opinión pública, según la cual, hacen ver que como la gente les implora, les ruega que acepten las candidaturas, harán el duro sacrificio de lanzarse al ruedo electoral.
Quizás para cuando se publiquen estas líneas, la oposición haya definido las candidaturas, de todos modos, el gobernador Manuel Rosales ha mantenido un aparataje tendente a ser nuevamente alcalde, pero sin que nadie les descubra las costuras, es decir, sin que la población se dé cuenta que brinca en un sólo pie de las ganas que tiene de presidir otra vez el municipio. Eso le podría permitir perpetuarse en el poder, porque, conociéndolo, ¿Quién dice que después no decida volver a la Gobernación del Zulia y se mantenga de aquí para allá y de allá para acá todo el tiempo?.
Mientras que, Pablo Pérez, hace lo propio. Es el candidato de Rosales a la Gobernación, cuestión a la que quiero llegar, porque este aspecto da al traste con los intentos de unidad de la oposición.
Las traiciones políticas rompen con las posibilidades de adherirse en torno de un candidato o más bien: de unificarse ante las imposiciones de Manuel Rosales.
Lo de Saady Bijani, alcalde de San Francisco y aspirante a la Gobernación, no es cuento. Va hasta el final y lo creo, porque es obvio que se siente traicionado por Rosales. De esa forma lo han manejado algunos medios de comunicación, incluso de la oposición.
Bijani pensó que Rosales lo apoyaría, pero no fue así. Analistas políticos coinciden en que al gobernador no le conviene un hombre como el burgomaestre de San Francisco en el Palacio de Los Cóndores, debido que le sería imposible manejarlo a su antojo, como creen puede hacerlo con Pablo Pérez.
Tal posición no se la he escuchado a Saady, sin embargo, en el lanzamiento de su candidatura dejó bien claro que no aceptará imposiciones de Rosales, por lo que no me cabe duda que esos análisis están en lo cierto.
La posición de Juan Pablo Guanipa, quien opta a la Alcaldía de Maracaibo, aunque en un tono conciliador, también deja entrever su desacuerdo con Rosales. Lo he escuchado diciéndole que ceda paso a los nuevos líderes y que como abanderado de la oposición, asuma el compromiso que le corresponde desde esa tribuna.
Alfonso (Toto) Márquez, alcalde de Machiques y precandidato a la Gobernación, pese a que asume una actitud más bien pasiva, tampoco comparte las imposiciones de Rosales y se pronuncia porque los que pretendan contarse tengan igualdad de condiciones.
Mervin Méndez, alcalde de Lagunillas e igualmente aspirante a la Gobernación, es de la opinión que para lograr el consenso, se debe escoger al candidato por medio de encuestas.
Como es obvio, rechazan el dedo de Manuel Rosales y más aún, el de la traición, la falta de lealtad, porque estos dos alcaldes, estoy seguro, que se sienten con similares o mayores credenciales que Pablo Pérez, para optar a la Gobernación.
Pero el serrucho se les tranca, con las desmedidas ambiciones de Rosales, quien además de querer regresar a la Alcaldía, pretende tener control del Ejecutivo regional a través de Pablo Pérez.
¿Qué le puede importar lo que alguna vez habló con Saady Bijani y algún otro de los alcaldes en aquellos tiempos, cuando requería del apoyo de todos ellos para seguir en la Gobernación? Nada, pero lo cierto es que ahora esos políticos le reclaman una solidaridad y sensatez en la escogencia del candidato de cara a las elecciones de noviembre, que no tiene.
Y es que cuando de poder se trata, Rosales sencillamente piensa primero en él, segundo en él y tercero en él, como decimos aquí en Maracaibo.
Por eso, antes de despedirme permítanme recordar, que una de las acepciones de traición que nos suministra el Drae expresa: f. Falta que se comete quebrantando la fidelidad o lealtad que se debe guardar o tener…así que, allá Rosales con su conciencia.
(*)Periodista.
albemor60@hotmail.com
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