La oposición está en crisis. No tiene ideas y carece de argumentos y propuestas de cara a las elecciones de noviembre. Sólo cuentan con las agresiones al presidente Chávez para mantener la candidatura caliente en la calle, pero ya esta es una estrategia infuncional y sin asidero en la opinión pública.
Incluso, con tal de ganar el mayor espacio en los medios de comunicación a sus servicios, han ido más allá apelando a su familia, la cual es blanco de los más duros ataques. Por allí exhiben a uno de sus hijos en fotos con unos amigos y al hermano, Argenis, lo acusan de ser propietario de casi toda Barinas.
En relación con estos señalamientos, Chávez ha expresado públicamente que no asumirá defensa automática por nadie y conminó a sus parientes a enfrentar la situación.
Una posición muy sensata, cada quien debe ser responsables de sus actos, sin embargo, quiero hacer dos observaciones al respecto. La primera es que me parece una cobardía, el hecho de que al no funcionar los ataques en contra del comandante, utilicen a sus allegados, para, de alguna manera, hacerle daño.
Y la segunda es que las denuncias formuladas en los períodos comiciales adolecen de credibilidad. ¿Por qué no las hacen en otras circunstancias? Valiente casualidad, la oposición sólo se entera de los hechos de corrupción cuando hay votaciones. Por eso, no les creen. Además, la gente sabe que los políticos de la IV República sólo cuentan con el descrédito y la manipulación como tácticas para las campañas electorales.
Los más osados se atreven a hacer propuestas, pero llevan en el alma la mancha de esa mentira que les dejaron los políticos del pasado, quienes acabaron con la credibilidad del pueblo. No es para menos. Mintieron 40 años. Ahora no pueden pedir siquiera el beneficio de la duda.
Hay otro detalle: los opositores jóvenes no han podido deslastrarse de esos dinosaurios de la vieja política, que aparecen apenas escuchan hablar de elecciones.
Esos mismos camaleones saben que restan votos, porque nadie los quiere, sin embargo, pueden más sus ambiciones personales. Todavía con un fuerte rechazo, abrigan la esperanza de mantener dinero, mando, dominio y autoridad tras bastidores.
De eso no hablan y menos arman una alharaca como la protagonizada cuando el Presidente hizo la propuesta de la reelección continúa. Esconden cómo han vivido la vida abrazados a los privilegios de ese poder que usufructuaron durante los años de la guanábana, del Pacto de Punto Fijo.
No dicen que hay políticos de esa calaña que siempre han estado aferrados a los privilegios del poder. Muchos como el gobernador Manuel Rosales, uno de los más férreos críticos de la reelección continúa presidencial, -aunque realmente de estos hay una larga lista que se me hace imposible mencionar en este espacio- cogieron el gusto ocupando cargos directivos en los centros estudiantiles o en las organizaciones vecinales, hasta donde llegaba la mano generosa de los partidos políticos.
Luego han sido concejales, diputados al Consejo Legislativo (antes Asamblea Legislativa), después al Congreso Nacional, (ahora Asamblea Nacional), alcaldes y gobernadores.
Hasta allí, amigo lector, usted podría preguntarse: ¿Y qué tiene de malo aspirar, le gente tienen derecho de ir escalando posiciones? Desde ese punto de vista, ninguno. Lo que se critica, aparte de que nunca hicieron algo por esas comunidades que los llevaron a esos cargos, es que internalizaron tanto el poder, que no quieren soltarlo y dar paso a nuevas alternativas, porque saben que eso les pone en la picota sus ambiciones e intereses personales.
Cuando uno hace estas observaciones, cae en cuenta de que esos políticos como Rosales, que hablan de que Chávez lleva diez años en la Presidencia, han tenido 30 o 40 en cargos de elección popular, viviendo la buena vida a la sombra del pueblo.
Eso tampoco lo dicen y cuando se dan los procesos electorales es tanta la burla y la mentira, que no hallan que prometer, y entonces apelan a descalificar a Chávez, pero repito, esta táctica ya no funciona ante un país cada vez más revolucionario y con mayor conciencia socialista.
(*)Periodista
albemor60@hotmail.com