En Europa reside la madre de las perversiones sociales y políticas, por lo que de vez en cuando nos pare a algún genio extraordinario. Europa es la madre del racismo, de la esclavitud, del más estúpido fanatismo: puritanismo, sadismo y belicismo infernal. Desgraciadamente, nuestros políticos, cuando se dan un paseo por sus magníficas locuras, regresan alucinados queriendo que los imitemos en todo. Así fue como empezamos a degradarnos, a vivir en medio de permanentes estados de sitio y guerras civiles interminables. Ahora, Europa, fieramente aznarizada, decide que la semana laboral se extenderá en ocasiones hasta las 78 horas semanales y se podrá encerrar a los inmigrantes sin papeles durante 18 meses antes de expulsarlos. La policía ya tiene derecho a detener a cualquier persona 42 días sin cargos; por otro lado, los servicios secretos cuentan con autorización para interferir en los correos electrónicos sin mandato judicial. Para eso hubo allí una revolución francesa y para eso se han matado en dos espantosas guerras mundiales. Cuántos siglos perdidos para que idiotas de toda laya ahora sean los que dominen en ese continente: Berlusconi, el aznarito Zapatero, Zarkozi y la loca ultra-nazista Angela Merkel. La rehostia, pues. En eso ha terminado la Unión Europea, la gran abanderada del modelo social que más protegía al ciudadano. Es decir, desmantelado el Estado de bienestar. La jornada laboral máxima pasará de 48 a 60 horas e incluso a 78, y por eso mismo odian a Chávez porque quería dar un gran ejemplo reduciéndola a 36 horas. ¿En qué quedó aquel debate de hace 10 años, en Francia, de reducir la jornada laboral a 35 horas? ¿Y en aquella Unión que se desgarraba las vestiduras atacando a Austria porque un partido allí amenazaba con ensañarse contra los inmigrantes? La izquierda, en esta vieja prostituta y apolillada Europa vuelve a ser un horror, un crimen, una maldición. Incluso hasta en los países nórdicos. Es decir, coincidiendo en todo con las madres del terrorismo mundial: Mc Donald’s, Coca Cola, Walt Disney, Exxon Mobil y el resto de las transnacionales del crimen. ¿Y los derechos humanos?, pues que se vayan a la mierda, que sólo se sacarán a relucir en el momento en que se desee hundir a algún país de África, Asía o Latinoamérica.
El escritor Mario Vargas Llosa en lugar de atender con su “genio” esta tragedia mundial, resulta que ahora horriblemente aznarizado, borboneado y zapaterizado, proclama que lo que más le preocupa de la situación del planeta es "la influencia de Venezuela y de Hugo Chávez'', porque "el socialismo autoritario'' que "ha resucitado'' este político "está desestabilizando a buena parte de Sudamérica''. Nadie en Europa desestabiliza nada y las cosas por allá van, según él, a pedir de maravillas. No propone que en eso de la inmigración imitemos a Europa y comencemos a dar por el culo a tanto racista europeo que nos está destruyendo el continente con sus deforestaciones, con sus sistemas de explotación, con sus malditas perversiones políticas como sucede por ejemplo en Santa Cruz, Bolivia. Eso a él le parece de fantástico. Si por don Mario fuera ya él hubiera acabado a plomo limpio a todos esos malditos indios bolivianos, y a los de su propia tierra. Es lo que más desea en el fondo de su corazón. Dice en tono recalcitrantemente aznarizado: "Ese, desde luego, es un gran peligro y debe ser un motivo de preocupación para quienes no queremos que haya un retroceso hacia formas dictatoriales, tan vigorosas por desgracia en nuestra tradición histórica''. Claro, la tradición homicida de Europa, que de vez en cuando, para divertirse un poco con sus genialidades, cuelgan por doquier guillotinas y siembra millones de cadáveres en campos de concentración. Vargas Llosa dice que a la vez hay grandes esperanzas de que en Venezuela renazca la libertad de mano de Yon Goicochea, un genio-chamo, que acaba de recibir el premio Milton Friedman a la Libertad del centro de estudios Cato Institute. “Eso me llena de una gran felicidad porque dentro de la propia Venezuela, hay una oposición democrática muy resuelta al proyecto totalitario de Chávez, encabezada sobre todo por gente joven, y eso es importantísimo'', agregó.
"La batalla no está perdida ni muchísimo menos, pero creo que hay que mantenerse muy conscientes y activos, si no queremos que América Latina vuelva otra vez a ser una tierra de dictaduras'', añadió. Para él en cambio, está "muy satisfecho'' con la situación actual de Perú, un país que ‘‘está progresando. Eso es una realidad que nadie puede negar, está creciendo económicamente y las instituciones democráticas funcionan''.
Acaba de pasar tres meses en Perú, y ha visto "unos consensos muy amplios a favor de la que es la única fórmula que trae progreso y desarrollo a los países: democracia política y economía de mercado''. Y en España que es su "segunda patria'' apoya el bello avance de los nacionalismos periféricos que están decididos a impedir, cueste lo que cueste, que los peruanos sigan emigrando a Europa. Vargas Llosa, es un miembro activo del Partido Popular, y pidió el voto para Unión Progreso y Democracia (UPyD), la formación que lidera Rosa Díez. Finalizó orgullosamente: "Yo creo que este partido es muy consciente del peligro que representan los nacionalismos. Lo es desde luego Fernando Savater, que para mí es uno de los pensadores más lúcidos que tiene España. Y al mismo tiempo, es un partido muy moderno que defiende la economía de mercado, la democracia. Tiene una visión mucho más moderna, más laica de la sociedad que el Partido Popular; por todo eso y mucho más, pido un aplauso para ese vital, genial y glorioso muchacho, visionario de las nuevas juventudes mundiales, Yon Goicochea. He dicho”. RIP.
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