Ignorantes e hipócritas piden que funcione el teleférico aunque se mate la gente

Se han alborotados los bandidos politiqueros de Mérida, pegando el grito en el cielo porque una investigación reciente ha arrojado que el teleférico tal como está no puede seguir funcionando. Ya dio lo que podía dar y lo recomendable es que se haga uno nuevo. En un artículo de la señora Marie Paradis podemos darnos cuenta de que los adecos ni los copeyanos jamás quisieron ni hicieron nada por nuestro teleférico. Que adrede lo fueron dejando morir. Que por culpa del sindicato que allí funcionó durante toda la época del Puntofijismo por lo que se generó una horrible corrupción con todo lo que tenían a su cargo: los cafetines, la venta de boletos, la venta de souvernis, alquiler de abrigos, etc. Y muchos de esos sindicalistas sinvergüenzas del pasado andan detrás de William Dávila Barrios con la esperanza de volver por sus fueros y ponernos otra vez el país como la representación del palacio de Satanás.

Por otro lado, ¿cuándo los comerciantes, los hoteleros, los dueños de las posadas, los millonarios vendedores del mercado principal aportaron una sola locha para que el teleférico tuviera el mantenimiento que debe tener, para siquiera difundir una postal sobre nuestra bella Mérida? ¿Cuándo? El cualquier país del mundo esto sería así, ellos que son los que sacan los más grandes beneficios del buen funcionamiento del teleférico. Pero no, todo hay que dárselos, en todo hay que complacerlos porque si no se vuelven golpistas, se unen a los malandros del Movimiento 13 y gritan que aquí vivimos en un comunismo horrible.

¿Qué dijeron esos bandidos adecos y copeyanos que hoy se rasgan las vestiduras pidiendo que el teleférico no lo cierren, cuando se mataron aquellas dos personas, precisamente por falta de mantenimiento? Lo que hicieron fue declarar persona no grata al doctor Carlos Chalbaud Zerpa porque les dijo la verdad en aquella época. Y eso que fue el doctor Chalbaud junto con su hijo Carlitos (hoy tristemente fallecido), quienes tuvieron que bajar en saco (como gatos) a los que quedaron guindando de la cabina. Una situación horrible. En aquel momento sí se acordaron del doctor Chalbaud, y lo mandaron a llamar para que les ayudara, pero como entonces dijo la verdad, lo declararon persona no grata.

Los adecos siempre han odiado el sistema teleférico de Mérida porque lo hizo el general Marcos Pérez Jiménez. Como se recordará, una vez que comenzaron a mandar los adecos, todas las grandiosas obras del general Pérez Jiménez se abandonaron, como por ejemplo: el poderoso complejo arquitectónico de la Roca Tarpeya (El Helicoide), las famosas quintas aéreas de El Paraíso, las Torres de El Silencio, todos los hoteles de la Conahuto y hasta la autopista Caracas-La Guaira.

En 1958, esos mismos adecos comenzaron la gran batalla para tratar de desmantelar el teleférico de Mérida, para vendérselo a México como chatarra, y fue necesario hacer una gran campaña a todos los niveles para impedirlo. Eso hicieron esos adecos que hoy andan con sus lágrimas de cocodrilo porque se ha decidido cerrarlo por un año. Sin olvidar que durante Luis Herrera Campins ese mismo teleférico estuvo varios años sin funcionar, con sus enormes guayas llevando sol y agua, oxidándose y pudriéndose en la aduana de Maracaibo. Y otra vez, gracias a los grandes esfuerzos del doctor Chalbaud, ese gran olvidado, se logró entonces salvar de nuevo el teleférico.

El gobierno bolivariano revolucionario del Presidente Hugo Chávez ha prometido que en un año volveremos a tener un nuevo teleférico, más seguro, más moderno y mejor equipado. Es necesario que así sea.


jsantroz@gmail.com


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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