Y como señala Mario Silva, están retomando sus fuerzas los partidarios de la línea dura que arrastrarán a la oposición a la mayor derrota política de todos los tiempos, ello, por supuesto no es gratuito, por cuanto apuestan a una salida violenta de cualquier tipo y alcances, al fin y al cabo los dirigentes bien lejos y el resto como carne de cañon al despeñadero tal como ocurrió en el año 2002, 2004 y etc,etc….
La hamburguesa se ha convertido pues en un símbolo gratuito no para saciar el hambre natural sino la apertura de la mayor de las agallas posibles en las ambiciones acompasadas con el imperio en esa carrera loca por el ansiado “sueño americano”, que inclusive, lo vislumbran como marca de fábrica del esteorotipo del nuevo venezolano, por supuesto, esto los convierte en seres sumamente peligrosos repletos de odio y con gran discordancia de la antipatria hasta la pérdida de los valores morales si los han tenido, con tal de cumplir sus sueños unos y las ansias de poder los otros.
La hamburguesa, a su vez, es la puerta de entrada ideológica, por tanto lo sublime e inofensivo de su lugar en la sociedad, nuestros niños y niñas influidos por la publicidad que bien les preparamos antes, en y después de las comidas con una alta responsabilidad de padres y representantes, les facilita la solicitud y hasta exigencia para que los lleven al lugar de esa eme amarillenta en forma de dos entradas de cuevas juntas, o los bigotes del pollito aquel, o la doble v que nos meten por los ojos como si fuera colirio que adormece, en fin el principio de la entrada al paraíso llamado capitalismo en donde jamás encontraremos las flores para la vida sino las espadas para el sacrificio en aras de la libertad para jodernos y esclavizarnos, para continuar la hazaña del ciudadano occidental y medio pendejo que aspira a ser y llegar a ser presidente de una vaina que se llama empresa, adquirir el título de empresario para producir bastante plusvalía y seguir la explotación que solo es el verdadero símbolo del capitalismo depredador con el reconocido mérito de no haber demostrado nunca un humanismo tan siquiera medio.
Esa es la verdadera razón de la lucha revolucionaria de siempre y ahora más que nunca en nuestro pueblo se debe imponer la lucha para consolidar el proceso y demostrar una vez más, de lo que somos capaces cuando nos proponemos a través de la asunción de la conciencia revolucionaria, para defender el bolivarianismo y el camino ganado hacia el socialismo posible, en fin de cuentas es bueno saberlo y repetirlo hasta la saciedad que no hay otro camino, que el camino es el camino y está lleno de obstáculos que debemos y tenemos que derrotar uno a uno, es hora de cambiar la hamburguesa y dejarla en sus exacto lugar y reconocer en nuestra arepa criolla el signo de los nuevos tiempos, el estandarte de la alimentación ideológica para cambiar las costumbres y hábitos de nuestra gente en función de un mejor país.