El 16 de junio de 1953, desde San José, Costa Rica, Betancourt envió la siguiente misiva
Querido Serafino
Acabo de leer que mañana se entrevistan ustedes con (Henry) Cabot (Lodge). La oportunidad hay que agarrarla por un pelo: es el momento de plantearle el punto de vista de la ORIT de que debe utilizarse la coyuntura de la X Conferencia para exigir del gobierno de Caracas la libertad de los millares de presos y el cese del terror oficial. […] Ahora bien: es FUNDAMENTAL que ustedes entreguen a las agencias noticiosas, a las tres (INS, UP, AP), un resumen de lo que dijeran a Cabot sobre la libertad de los presos ahora y el restablecimiento de un minimun de garantías ahora como comienzo de demostración por el gobierno de Venezuela de que puede ser huésped adecuado de los otros gobiernos, en la proyectada Conferencia. [2]
¡Hablar con esta confianza y solicitarle ayuda con tal desparpajo a un verdadero monstruo como lo fue Henry Cabot Lodge!, y precisamente cuando Rómulo sabía que este personaje era una pieza central en aquel momento para lanzar una invasión contra Guatemala. Realmente para Betancourt toda su vida, el fin justificaba los medios. Cabot fue el diplomático que ante el Senado de su país dijo que los comunistas habían tomado Guatemala y que en consecuencia se debía actuar inmediatamente. Betancourt estaba al tanto de esto. Henry Cabot Lodge había sido senador y uno de los abogados defensores y accionista de la United Fruit Company. Representante de los Estados Unidos ante las Naciones Unidas. Abominable abogado que recibía dinero de la United Fruit Company por organizarles cuantos negocios requiriesen la aprobación del Senado.
En plena invasión a Guatemala, desde las Naciones Unidas, Henry Cabot Lodge bloqueó las demandas de auxilio de Jacobo Árbenz. Enfiló todas sus argucias para hacer ver en el mundo el enorme peligro que representaba para la democracia en América Latina la existencia de un gobierno comunista como el de Arbenz. Compró la complicidad de Inglaterra y Francia a cambio de un compromiso de silencio de los Estados Unidos sobre los delicados asuntos del Canal de Suez, Chipre e Indochina.
Refiere Gore Vidal: "Estuve en Guatemala cuando la CIA estaba preparando su ataque al gobierno de Arbenz [en 1954], quien fue un presidente electo democráticamente, ligeramente socialista. Su Estado no tenía ingresos; su mayor creador de ingreso era la United Fruit Company. Así que Arbenz puso un pequeñísimo impuesto sobre los plátanos, y Henry Cabot Lodge se paró en el Senado y dijo que los comunistas habían tomado Guatemala y que debíamos actuar. Fue con Eisenhower, quien envió a la CIA, y derrocaron al gobierno. En su lugar, pusimos a un dictador militar, y no ha habido otra cosa que derramamiento de sangre desde entonces […]Henry Cabot Lodge Jr. -el hijo de Henry Cabot Lodge que había sido senador por Massachussets y uno de los más entusiastas partidarios de la conquista de Filipinas-, llamaba al Presidente (Dwight David) Eisenhower para soplarle al oído las palabras mágicas: Arévalo y su grupo en Guatemala son "comunistas" y van a ocupar las tierras de la United Fruit. La historia posterior es conocida: forzaron a Arévalo a irse y luego intervinieron, en 1954.”[3]
[1] Frances Stonor Sauder (2001), op. cit., p. 221-222.
[2] Ibidem, p. 116.
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