Un amigo, que adversa mis ideas me preguntó, que nota te produce la fulanita enmienda para reelegir a tu Presidente, le respondí, te contaré una historia estilo fábula, pero real. Un cuatro de febrero, en una muda madrugada, de un atribulado tiempo, un Astro en su larga trayectoria hizo un alto en su camino para irrumpir en mi aposento y con su destellante fulgor invadió mi alma que resignada divagaba en la desesperanza, con voz de trueno, susurrando cálidas palabras a mis oídos dijo: ven conmigo, vamos a remontar el amarillo, azul y rojo de aquella sagrada montaña, desde donde divisaremos, a una gran multitud que se a despertado de su aletargado sopor, que por décadas distendida permanecía en aquella hermosa hamaca, llamada Venezuela.
Hoy, con el favor del ¡Todopoderoso!, Dueño y Señor del Universo, puedo asegurar, que al fin soy libre y soberano, no se por cuanto tiempo, pero libre del cepo de aquellos gringos imperiales con cara de pendejos bien administrada, que por mucho tiempo, nos lo tallaron sin vaselina, ni anestesia.
La ardorosa afrenta de este humilde ciudadano indio americano, en tiempos de la cuarta república, en repetidas ocasiones fue aguijoneada por una implacable tristeza que alteraba el fondo de la psiquis del SER, cuando cargado de impotencia observaba a unos jerarcas norteños de la cúpula militar del comando sur de Panamá, que llegaban auto invitados a nuestro país y con grosera prepotencia impartían ordenes a la oficialidad de nuestra gloriosa Fuerza Armada Venezolana, o cuando unos individuos “emperifollaos” del otrora y nefasto mal llamado Fondo Monetario Internacional, hacían lobby en hoteles de gran cielo estrellado, para chantajearnos, con aquello de apretarnos el cinturón, ya que debían liberar el precio de los artículos de primera necesidad de la clase humilde, en complicidad con la usura sin nombre que predominaba en la patria venezolana y ultrajada de aquel entonces.
¿A veces me preguntaba?, DIOS MIO, hasta cuando tanto sometimiento, elije tu Señor a esa valiente persona que reúna las cualidades básicas para tan faraónica tarea, como es, la de liberar a Venezuela de semejante yugo.
Amigo mío, he ahí, la necesidad de la fulana enmienda, el Presidente ha de seguir velando por la Patria que nos regaló Bolívar, el Comandante por nada debe colgar su fusil, de hacerlo, un lazo pendería de nuestros cuellos, la revolución venezolana en estos momentos está atravesando por una de sus etapas mas cruciales desde su inicio, el solo hecho de pensar como dicen por ahí, que Chávez es como un producto con fecha de vencimiento en el 2.013, a los que estamos de corazón con este proceso se nos paran los pelos de punta. Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, por ahora, mil veces si se queda, o reinará de nuevo la desesperanza. Presidente, pa`lante como El Ché…
Ese soldado que hoy rige los destinos de nuestro país, estamos claros, que no nos será eterno, es necesario que de entre las filas de nuestra joven dirigencia vayamos poniéndole el ojo al relevo, si es mucho pedir que sea como Chávez, al menos debe ser un líder de cualidades excepcionales y como dice el filósofo José Ingenieros en su libro El Hombre Mediocre: “El hombre excelente se reconoce por que es capaz de renunciar a toda prebenda que tenga por precio una sola partícula de su dignidad”.
“PATRIA SOCIALISMO O MUERTE VENCEREMOS” .
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