En el Estado Mérida, en la población de El Vigía, ocho muchachos, sin mayor conexión entre ellos fueron acribillados por ráfagas disparadas desde una camioneta doble cabina. En Barinas, Táchira, Zulia y Maracay secuestros a granel. No tengo dudas respecto a que el Pacto de Puerto Rico y el Plan “Jaque al Rey” está en el origen de todo esto. Una de las características del imperio gringo es que sus agencias de inteligencia y equipos desestabilizadores tienden a ser repetitivos. Confían mucho más en cualquier libreto que les haya producido éxito que en la creatividad más propia del temperamento nuestro. La paralización por la vía del terror fue la clave de la abstención del 2-D. Debemos recordar como unos quince días antes de esas elecciones arreciaron los asesinatos junto a un par de documentos (Los trece pasos y la Operación Tenazas) en los cuales se describía el horror que se abatiría sobre Venezuela si ganaba el Sí. En aquella oportunidad algunos cazadores de “tubazos” del lado revolucionario le brindaron toda la plataforma informativa y credibilidad que quizás no habrían tenido de otro modo. No debería extrañarnos si de nuevo somos inocentemente sorprendidos con “documentos tubazos”. Ojalá hayamos aprendido la lección, aunque lo dudo.
Conscientes de lo que se juegan y más conscientes aún de que este pueblo los derrotará en las urnas el 15 de febrero, están poniendo en juego todas las piezas de su ajedrez macabro. Denunciar a estas alturas del juego que hemos sido penetrados por paramilitares que hoy actúan con total impunidad en los barrios más populosos de nuestras ciudades es poco menos que una imperdonable inocentada. El aumento inexorable de los robos, secuestros y asesinatos, unido a la sincronizada campaña de los medios de la conspiración sobre el tema de la inseguridad muestra claramente cual es la estrategia decidida en Puerto Rico. Hoy mismo 26/1, el programa Aló Ciudadano, explota el terror abiertamente y añade veladas amenazas al 15 de febrero y la canción "no pasa nada, aquí no pasa nada".
Resulta más que evidente la conexión entre el clima de violencia que se impone al pueblo venezolano y los fines políticos inmediatos de quienes, hace tiempo, lo vienen construyendo. ¿No fueron los empresarios ganaderos quienes abrieron las puertas de la patria a paramilitares para ejecutar dirigentes campesinos?, ¿no fue la oposición la que trajo a Caracas miles de paramilitares para desatar el terror, algunos de los cuales fueron sorprendidos en la Finca Daktari?, ¿no ha sido por el Estado Zulia por donde han entrado miles de ellos a Venezuela?
El capitalismo es capaz de cualquier crimen sin detenerse en límite alguno cuando se siente amenazado. Ahí está el ejemplo doloroso del pueblo palestino o iraquí como prueba. No podemos ignorar los venezolanos que ante la amenaza de democracia de la II República Española la burguesía prefirió “Una España rota antes que roja” ¡Y cómo lo hizo! Puso las vidas de su propio pueblo humilde, al que desprecia, para que las nuevas armas del III Reich fueran probadas (Guernika fue sólo un ejemplo). Las tropas del Duce “practicaron” con los pueblos del sur de España. Un millón de muertos es el aval que confirma los “principios” inmorales del capitalismo.
Aquí tiene un problema esta nefasta clase burguesa. La Revolución Bolivariana es pacífica pero está armada. El burgués es cobarde en esencia. Jamás ha librado una sola batalla por sí mismo. Siempre pone a los pobres a batallar sus guerras. Su osadía está siempre apoyada en la “seguridad” de que no será alcanzada por la violencia que genera. La impunidad en la cual medra la hace peligrosamente osada. Es tiempo de recordarle que se conocen sus planes. Es tiempo de que el Estado supere las cadenas de los leguleyismos burgueses y logre que caiga sobre ella toda la contundencia de sus propias leyes.
Hoy como ayer, y como siempre, será la contundencia de la respuesta popular la que detenga a la burguesía criminal y apátrida. Contundencia en lo táctico: pueblo y gobierno juntos desenmascarando y castigando las conspiraciones junto a una contundencia indudable en las urnas. El 15 de febrero la burguesía, y el imperialismo que la controla, deben quedar –al menos por un tiempo- sin ganas de emprender nuevas aventuras. No hacerlo significará que montarán de inmediato el escenario de un Revocatorio para el Presidente Chávez, amén de profundizar aún más en la receta del terror a la que le han cogido el gustito. Debe ganarse con contundencia histórica el referendo constitucional y debe emprenderse de inmediato la profundización del proceso revolucionario.
Importa comenzar ya, ahora, para que no sea demasiado tarde. Podría pasarnos como le ocurrió al personaje de un cuento al que Dios le había reservado una puerta sólo para él en el cielo y se le fue el tiempo haciendo la cola en otras puertas hasta que la cerraron por no haber venido. Esta posibilidad histórica no podemos dejarla pasar sin consecuencias gravísimas. Los venezolanos estamos hoy ante un dilema hamletiano: ser o no ser. Elegir la opción que nos conduzca hacia una sociedad socialista basada en los principios de la solidaridad y la igualdad aprobando la Enmienda Constitucional, o tomar el atajo oscuro y perverso en el que nos espera el horror del capitalismo. A eso queda limitado el campo de batalla del 15 de febrero. Sí por la vida o NO por la muerte. Sí por la solidaridad o NO por el odio y el desprecio. Sí por el humanismo o NO por la competencia salvaje, la entrega de la patria y el horror.