Ni de vaina aceptaría ser Rosales

Me causo gracia un artículo de opinión que leí recientemente en un diario de circulación nacional, atribuido a un periodista que milita en la oposición. Su intención es victimizar a Manuel Rosales, ex gobernador del Zulia y por las circunstancias actuales que lo convierten en prófugo de la justicia venezolana, también ex alcalde del Zulia.

Figúrense la genialidad de este articulista que invita a los lectores a imaginarse como Rosales. Cualquiera puede caer en la tentación de suponerse por un rato el “Líder de UNT”, lo cual no es nada recomendable especialmente para personas sensatas a quienes este juego se les puede transformar en una pesadilla del tipo Freddy Cruger.

Para muestra un botón. Imagine que por un momento es Rosales, y vea en que termina todo.

Nació de una familia humilde y de la noche a la mañana, por obra y gracia de la corrupción administrativa se convirtió en un potentado hacendado, dueño de mansiones y entonces se jacta de haber surgido a cuesta de muchos sacrificios, claro de otros, esos pobres zulianos a los cuales usted privó de escuelas, hospitales y dejó morir de mengua.

Como lo pillaron con las manos en la masa usted se pira, nombra un alcalde sustituto, agarra sus cachachás y se fuga del país, deja todo en manos de testaferros y como excusa argumenta que lo van a matar, su defensores insisten en que es un perseguido político que si lo agarran lo van a trasladar a la planta, donde residen pobres infelices muchos de los cuales llegaron allí ayudados por gente como usted, es decir para los cuales usted representa un peligro y no al revés, dada su condición de delincuente de cuello blanco.

Figurése usted que posee esa tremenda capacidad intelectual y comienza a escribir un libro desde el exilio, seguro de mucha “profundidad y contenido filosófico”, como esas frases que acostumbra decir el llamado filosofo del Zulia, que inmediatamente se agotará en las librerías porque sus amigos y allegados los compran todos, esto para no tener que calarse la mamadera de gallo.

Seguro usted ya se siente como el personaje principal de La Metamorfosis de Fran Kafka, desesperado por dejar de ser ese horrible bicho en que se convirtió y aterrado gritará: “No, por favor no quiero ser Rosales, prefiero al Monstruo de Mamera”. Susto.

Mango254@cantv.net


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María A. González


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