Confusión de emociones, pena ajena, vergüenza, lástima resultaría muy poco para describir el Nuevo Show, aunque nada innovador, que han montado en su última edición los Estudiantes Sifrinos de Venezuela (Niños y Niñas estudiantes de universidades privadas y una que otra pública, en números escuálidos, hijitos de papi y mami malcriados, cuyas actividades vienen condimentadas con ropaje de marca y ultima generación de Blackberry), al realizar esa fingida, pero muy publicitada huelga de hambre por la liberación de unos inexistentes presos políticos. Y digo fingida huelga de hambre porque es público y notorio que la misma se hizo por turnos rotativos organizados para grupos distintos, en la mañana, tarde y noche.
Obviamente sus Shows son aupados por la gastada vieja clase política venezolana, representantes de la burguesía venezolana, quienes fracaso tras fracaso, siguen utilizando a estos imberbes estudiantes para que den la cara por ellos, con la promesa de glorias futuras ante la "caída inminente del tirano Chávez", vana ilusión.
A ese mismo "tipo de estudiante", ahora con caras nuevas, ya que Yon Goicochea, Stalin Rivas, el presunto violador prófugo de la justicia, Nixon Moreno y otros, pasaron de moda, se le había asignado la tarea de realizar manifestaciones violentas en el centro de Caracas con quema de árboles en la céntrica Avenida Bolívar, quema de vegetación virgen en el pulmón de Caracas, el parque nacional y montaña Waraira Repano, cierre de vías principales, etc. con resultados absolutamente nulos para su único fin, un golpe de estado que provoque la salida del líder de la revolución bolivariana, el Comandante Presidente Hugo Chávez.
El argumento utilizado en esta oportunidad para justificar semejante payasada es la defensa de los estudiantes que han encontrado infraganti trancando vias de circulación masiva, vitales para el libre transito automotor, agrediendo físicamente a mujeres y hombres policías mediante vejaciones e intentos de violación, a quienes pretenden etiquetar como presos políticos.
Pero nada coherente se les ha ocurrido para justificar su apoyo manifiesto al golpe de estado en Honduras ni tampoco han condenado la muerte de la estudiante universitaria de 17 años Wendy Ávila en los alrededores de la embajada de Brasil en Tegucigalpa, como consecuencia de la brutal represión de las fuerzas golpistas en ese país, y mucho menos han alzado su voz para protestar la prisión de los miles de presos políticos que están concentrando en los estadios de Honduras, con una cantidad de muertos y heridos hasta ahora ocultos o precariamente contabilizados.
El epílogo de este episodio no es nada alentador para el oposicionismo venezolano, la fingida huelga de hambre no tuvo eco en el país, ni siquiera los disociados y disociadas de siempre se manifestaron, ni de lejos, a pesar de la masiva campaña mediática y que la farsa de huelga de hambre se realizó en distintos lugares del país con no mas de 150 estudiantes a nivel nacional, una pírrica representación, es decir, un fracaso mas.
Oficialmente fue levantada la huelga de hambre, con pena y sin gloria bajo el supino argumento que fue lograda la libertad condicional de uno de los estudiantes violentos llamado Julio Rivas, quien había sido capturado por una comisión del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC). Otra supuesta razón para concluir la huelga es que la OEA les prometió escuchar sus denuncias a través de una prometida visita a Caracas de representantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, un anunciado fracaso mas de la ya disminuida e insulsa OEA.
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