Un estimado i preocupado amigo, me ha enviado un artículo suscrito por este personaje que, sin figuración física ni intelectual, como uno de esos monstruos marinos adormecido sobre grandes lajas de la ignominia política, apenas saben bostezar i dejar sus colmillos afuera, ha escrito una descarga de excremento cerebral a favor de la Colombia uribista e imperial, a favor de la guerra -con alardes de la superioridad militar del imperio bien conocida i como si se tratara de su patria- para volcar todo el odio contenido en esa barrigota llena de güisqui i comidas caras, catalizado todo por el furor mediático que a diario consume, ya que creo improbable que su cerebro piense o produzca algo de valor; por eso escribió (debe ser con ayuda) para denigrar de su patria, de su pueblo, de su ejército i de su presidente “el mico de Sabaneta”. La nota que acompaña el envío, me dice con absoluta razón: “Respóndele tu a ese c... de m..., hijo de su mamá despatriado, porque a mí me da asco”. I es que el amigo, es escritor también; pero como excelente economista e historiador deportivo, está más familiarizado con la pureza i precisión de los números i a la belleza i nobleza del deporte, para tener que ocuparse de escíbalos mentales, como en aquel viejo chiste de quien decía tener una diarrea cerebral, porque todo lo que pensaba se le volvía en francés “merd”, palabra adorada por muchos colombianos. Por eso hace un “preámbulo” en negritas, insistiendo en lo de llamar mico al presidente (ver delitos en el Código Penal) aunque de todos los animales del bosque, quizá no solamente es de los más inteligentes, sino que el código genético es el más parecido al humano, mientras que el de los elefantes marinos “modificados” no les conocemos inteligencia excepto para alimentarse, como me parece el caso del señor Franceschi, un Mirounga leonino franceschi, o un Trichechus osmarus franceschi, dignos del Cono Sur o de confinar en la isla Galápagos. En un sitio como inútil i en otro como curiosidad monstruosa.
Sin embargo el adefesio no merece contestar punto por punto sus amenazantes estupideces. Solamente saber que está complacido con que el imperio aplaste a su país, a ver si la caterva de malos políticos i peores intelectuales vuelvan al ruedo; que Colombia no va a montarnos una guerrita (digo “nos” porque es a todos los venezolanos no solamente a Chávez) sino que es nada menos que los Estados Unidos el mister músculo opositor o guerrero, ante lo cual seremos hormigas contra elefantes, porque es su ALIADO MILITAR. Ellos, la patriótica oposición que quiere un país como el que tuvimos durante 40 años atrás, confían en Uribe, su presidente de todo corazón; el honesto, el veraz, el inteligente. Los que creemos nuestros aliados en la integración del Sur, son marioneta como Lula cuando se arrojó casi femeninamente al cuello de Bush; son los opositores del inmaculado Uribe los que andan con la “febrilidad” (término D’Arienzano) de la guerra. I en fin, no digamos nada de lo terrible que nos sucederá por creernos soberanos i libres, i los juicios que tendrá que soportar el Presidente Hugo Chávez Frías, cuando concluida una posible guerra, en menos de 15 días (aplastando el récord de la Wermach con Polonia) reinauguremos campos de Concentración estilo nazi. Entonces, el barrigón bigotudo, torpe i bruto de mister Franceschi, será considerado mejor vidente i pronosticador que la brujita Azzi i se le rendirán algunos honores programados, antes de encerrarlo también en una jaula de locos.
Empero, te quedarás con las ganas, pues esta revolución socialista, justa i libre, no la para nadie, menos un solemne, inmodesto, indeciso i obtuso hombre mediocre que hizo el ridículo en la Constituyente i ha vuelto de sus parrandas nocturnas, para seguir haciéndolo ahora.